Capítulo 11

297 20 1
                                    

—¡TWILIGHT!

La princesa de la amistad se despertó de golpe, aunque el sueño estaba por ganarle, se levantó para ver qué sucedía. Juró haber escuchado a su asistente gritar, así que fue a su habitación.

—¿Qué sucede? ¿Estás bien, Spike? —tan rápido como abrió la puerta de la habitación del dragón, dijo tales preguntas. Por otro grito de este último, ella retrocedió un poco, e incluso la puerta se cerró.

—Algo... me pasó —murmuró—. ¡No te acerques, no quiero que me mires! —exclamó el escamoso.

Twilight se preocupó, quería ver a su asistente, pero él se había cubierto con su sábana; y tomando en cuenta que las cortinas tapaban la iluminación del exterior, eso no ayudaba mucho.

—Spike...

—Oh, Twilight, me veo horrible. No sé qué rayos me pasó —decía el dragón, completamente alterado—. Tengo algo puntiagudo en mi cabeza y... alas...

Esas palabras sorprendieron enormemente a la princesa, dejándola aún más preocupada. Se acercó un poco más a su cama, desobedeciendo lo que su asistente le había pedido. Forzó su vista y, en ese breve instante, se percató que él había crecido; ya que su sábana apenas le cubría la mitad de su cuerpo. Twilight, aterrada, pensó que se trataba de otro ataque de codicia.

—Escúchame, Spike, sea lo que sea yo estoy aquí para apoyarte. No dejaré de quererte sin importar como luzcas —dijo la yegua morada.

—¿Lo prometes? —preguntó Spike.

—Lo prometo —aseguró.

Él se quitó la sábana y abrió levemente la cortina. Twilight, al verlo, quedó boquiabierta, no podía creer lo que veía; casi se desmaya de la impresión, pero logró mantenerse firme.

—Por Celestia... —musitó, llevándose sus cascos a su boca.

—¡¿Ves?! Me veo horrible —exclamó su asistente.

Ella se acercó, comenzándolo a observar de arriba abajo. No podía creerlo, aún estaba incrédula; incluso pensó de que se trataba de un sueño, así que agitó su cabeza en un intento por despertar, más eso no ocurrió.

—¿Cómo pasó? —ella le preguntó, aun mirándolo.

—No lo sé. Cuando desperté ya estaba así —contestó Spike, quien ya estaba un poco más relajado.

—No puedo creerlo. Es que no entiendo, ¿Cómo es esto posible? —balbuceaba mientras apreciaba a su "pequeño" asistente. Se acercó a él hasta tenerlo lo suficientemente cerca como para extender y tocar sus alas—. Pero no te pongas triste, te ves bien.

—No mientas, Twilight.

—No lo hago —refutó—, luces muy apuesto, créeme —dijo, tratando de levantarle el ánimo—. Pero, dime, ¿Usaste alguna poción?

—¡Para nada! —negó rotundamente—. Y si la hubiera, dudo que pueda hacerme esto.

—¿Comiste algo raro? O hiciste algún hechizo. Puede que esto haya sido provocado por magia. No lo sé.

—Creo que sí fue por magia...

—Viéndolo bien, no lo creo, ¿Quién podría hechizarte? Pero no te preocupes. Buscaré la forma de resolver esto. Por el momento... solo mira el lado bueno.

Spike se hallaba muy asustado. Su nueva apariencia lo sorprendió. Ni en sus más locos sueños imaginó que luciría así.

Bajo de su cama (en la cual ya no cabía) y se miró en el espejo. Era un pegaso, sí, así es, un pegaso. Su melena y sus ojos eran de color verde, y su crin era de tonalidad morada.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 17 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

The Magic Of Love (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora