Melanie García Jones, es una chica que ha vivido con su padrastro desde que tiene uso de razón, luego de que su madre falleciera la relación de ambos se reforzó haciendo que Gabriel, su padrastro, la acompañe en cada una de las etapas de su vida. Et...
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Vine con Danny a casa de Stiles, este le había pedido que fuera para hacer su trabajo del laboratorio y como no lo soporta tanto y yo estoy aburrida, me pidió que le acompañara.
—¿Que quieres que haga qué?— preguntó incrédulo Danny, me miró a mí y yo me encogí de hombros desentendida.
—Ratrees un mensaje.— le respondió Stiles casi desesperado.
—Vine por el trabajo de laboratorio. Eso hacen los equipos.— se negó.
—Ay y lo haremos, cuando rastrees el texto.— insitió Stiles.
—¿Que te hace creer que sé hacerlo?— preguntó aún negado a hacerlo.
—Yo...leí tu reporte de arrestro.— confesó Stiles y volteé a ver a Danny sorprendida, el suspiró.
—Te-Tenía trece años.— se escusó Danny.— Retiraron los cargos.
—Como sea.— dijo el rapado.
—No. Haremos tarea.— se volvió a negar, tomó una silla que estaba cerca para sentarse.— Pideselo a ella mejor.
—Por favor, Lanie, me has visto hacerlo muchas veces.— me delató mi tan lindo amigo Danny.
—Sí, pero eso no quiere decir que haya aprendido algo.— negué y me acosté en la cama del de lunares, y al pasar por al lado de Derek revolví su pelo. Evidentemente no está se humor ya que me gruñó.— Calma, lobito.— susurré y el rodeó los ojos fastidiado.
—¿Y quién es él?— preguntó Danny apuntando disimuladamente al hombre lobo.
—Mi primo...Miguel.— la respuesta de Stiles me hizo reír.
—Lo siento.— me disculpé.
—¿Hay sangre en su camiseta?— preguntó Danny y me giré a ver la polera de Derek.
—Sí, sí. Tiene horribles derrames en la nariz.— excusó Stiles.— Miguel.— lo llamó, Derek lo volteó a ver molesto.— Te dije que podías usar una de mis camisetas.
Derek se quitó la polera y se dirigió a la comoda del rapado para buscar otra, noté a Danny mirarlo embobado y sonreí divertida. Te entiendo Danny, me pasa lo mismo.
—Como sea. Ambos sabemos que tienes la habilidad rastrear ese mensaje, así que tal vez debamos-
—Stiles.— lo llamó Derek interrumpiéndolo y enseñándole su polera.— Esto. No me queda.— reí por su enojo mientras que Danny lo sigue mirando embobado.
