Nao Yoshida, una autora erotica, y Toji Fushiguro, un mercenario profesional, forman una alianza para tomar un penthouse por mano propia que se le fue arrebatado a Nao por su ex idiota. Ella al no poder pagarle a Toji por sus servicios, le ofrece qu...
Nao corría por las transitadas calles de Tokio. El sol brillaba intensamente, pero no superaba el gran resplandor en la sonrisa de la joven escritora. En sus brazos guardaba algo más preciado que el oro, por lo que lo protegía con mucho cuidado. Se movía de lado a lado con agilidad para esquivar a los demás peatones que se movían con lentitud en comparación. Nao no recordaba la última vez que estaba tan emocionada por llegar a casa. Su respiración estaba entre cortada, pero sus piernas no dejaban de moverse. "¡Debo contarle a Toji!", pensó emocionada.
Toji saco su cabeza del agua y se recostó en el borde de la tina. Soltó un suspiro de relajación y cerro los ojos. Había tenido una semana muy pesada en el trabajo, por lo que decidió darse un relajante baño. Sukuna le había conseguido mucho trabajo esa semana y sus músculos apenas estaban soportando. Estaba pensando seriamente si debía pedir la noche libre, pero no tenía ninguna razón lo suficientemente buena como para hacerlo.
Nao entró con un portazo al baño. Toji abrió sus ojos de golpe ante la visita imprevista. Ella se acercó con la respiración entre cortada, pero una gran sonrisa pegada al rostro. Él acomodo las burbujas de la tina apresurado para que cubrieran su entrepierna lo mejor posible.
—Sé que nos tenemos confianza, pero no puedes entrar al baño cuando sabes que está ocupado—. Toji la regaño entre dientes.
—Renuncie al Quickie—. Anuncio Nao felizmente. Toji frunció el ceño ante su extraño aviso.
—¿Interrumpiste mi baño para decirme eso?—. Pregunto molesto, pero Nao no dejo de sonreír. En ese momento se dio cuenta de que ella estaba ocultando algo detrás de ella.
—Espera... Si renunciaste, eso significa que...—. Pensó en voz alta. Nao asintió emocionada mientras ampliaba su sonrisa con gratificación.
—¡Publicarás tu novela!—. Descifro entusiasta.
Después de tortuosos meses de revisiones tras revisiones con su correctora de confianza, Nao finalmente se sintió lo suficientemente segura de su propio trabajo como para mandarla a varias editoriales. Tras un par de rechazos, una editorial sí quiso publicar la gran novela que anunciaría su regreso.
—¡Hoy fui a la editorial a ver el producto final!—. Anuncio Nao feliz mientras revelaba lo que escondía detrás de su espalda.
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Nao le mostró la brillante portada de la novela. La imagen principal era un par de manos que anunciaban el título de su nueva novela Entre lealtad y deseo. El título estaba en letras cursivas, blancas y elegantes que hacían contraste con el fondo oscuro.
Toji sonrió al ver al libro. Se secó las manos con una toalla y lo tomo para revisarlo. Lo hojeo con una sonrisa orgullosa. No pudo resistir las ganas de abrazarla a pesar de estar completamente desnudo y mojado. A Nao se le subieron los colores al ver el miembro de su compañero por una fracción de segundo. "Mierda, es grande" pensó sonrojada. Toji la apretó contra su pecho sin importarle si ella terminaba empapada.
