22. La salvación

14 1 0
                                    

Tras horas caminando, encontramos una casa a lo lejos en medio de la nada y por lo que parece está intacta, no parece que hayan pasado por ahí los nazis, miro a Derek esperando su aprobación y dice:
-Debemos ser cautelosos, no hacer ruido y inspeccionar la casa Derek me mira pensativo.
Asiento con la cabeza y nos disponemos a ir hacia la casa, no hay nadie, parece que la han abandonado recientemente, entonces Derek me dice:
-Está bien, parece que no hay nadie, nos quedaremos aquí, lo raro es que no hay rastro ni de ruedas de coches ni de disparos, parece ser que desconocen este lugar.
Yo contenta lo miro y digo:
-¿Buenas noticias eso verdad?
-Depende como lo mires, o son buenas o tienen está casa vigilada por si llega algún judío que se haya escapado del tren o del campo.
Pensativa digo:
-Lo segundo suena muy retorcido.
-Así son ellos, acostúmbrate a estar siempre alerta ya que ningún lugar es seguro.
Frustrada con el ceño fruncido me dispongo a ir dirección la cocina, aver si hay algo para comer.
Derek viene tras de mi y me quedo impactada al ver tanta comida junta, empiezo a comer como una loca todo lo que veo, entonces Derek me dice:
-Despacio, podrías morir.
Asustada miro la comida y le digo:
-¿Como morir? ¿Por comer?
-porque llevas más de dos meses a base de trabajos forzados y comiendo una sopa de nada con un poco de pan, trata de comer despacio y poco hasta que tu cuerpo se acostumbre otra vez, aún me acuerdo del día en que llegaste al campo, tan hermosa como siempre....
Me pongo colorada y le digo:
-¿Acaso alguien a muerto por comer?
-han habido casos de supervivientes que han escapado del holocausto y como tenían mucha hambre han comido tanto que el cuerpo no ha podido procesar tanta comida de golpe, piensa que estáis en los huesos de tanto esfuerzo y de no comer en condiciones.
-Yo eso no lo sabía, pensé que podría comer todo lo que quisiese, cuando quisiese.
-Si quieres sobrevivir tienes que tratar de comer poco a poco para que el estómago pueda funcionar y poco a poco irás recuperando peso, pero come despacio porfavor te lo pido.
Sonrojada con la boca llena de comida por la falta de alimentos y vitaminas en mi cuerpo y mi piel lo miro y asiento con la cabeza, trago saliva me acerco al sofá y sin darme cuenta, caigo en un profundo sueño, entonces escucho su voz:
- Despierta tienes que cenar.
-No tengo hambre estoy cansada, me duelen mucho los pies.
Me despierto de un salto al notar un escozor inmenso en la planta de los pies, abro los ojos y lo veo echando un producto de un botiquín, saca unas vendas y me venda los pies, alza la mirada me mira con mucha pena en sus ojos y dice:
-Tendras que estar un tiempo en cama, intenta no hacer esfuerzos y si te tienes que levantar avísame, ah por cierto te he echo a mano estás zapatillas para que puedas moverte por si tienes que ir al baño.
Me acerca las zapatillas y están llenas de gasas por dentro y con una venda para que sean lo más acolchadas posibles, lo miro a los ojos con ternura.
-¿Como es que un chico tan bueno como tu no está casado?
-Bueno, quizás no ha aparecido la indicada ¿Quieres café?
-si porfavor.
Se aleja dirección a la cocina mientras lo observo y mi mente solo puede pensar en:
-Esto no puede ser, te estás enamorando de un oficial de las S.S, ellos han matado a un montón de gente inocente sólo por su ridícula idea de la raza área.
Se acerca a mí Derek con mirada confusa:
-¿Que ocurre?
-Derek tenemos que hablar....
-Si claro, tu dirás
-Eres oficial de las S.S, esto, que por cierto no se que somos me va a volver loca
-¿Ese es el problema?
-Claro, yo no puedo estar con alguien que ha matado a gente inocente por defender un idealismo que es la raza área.
-Sinceramente Nayeri, siento con toda mi alma oír esas palabras, pero yo no soy como el resto, no he matado jamás a nadie, me da igual la raza o de donde venga cada uno, todos si nos golpean sangramos por igual.
Impactada de sus palabras lo miro a los ojos y con la mano en el pecho, mirándolo a los ojos digo:
-¿Enserio piensas así?
-por supuesto, nadie es superior a nadie, ni yo soy superior a nadie por llevar un simple traje, esto no define quien soy.
Se levanta y se va a unas de las habitaciones de la casa, a los diez minutos, aparece con ropa cómoda, un chándal negro y una camiseta de tirantes blanca.
Colorada lo miro de arriba a abajo, retiro la mirada y me acomodo con mi café en las manos.
Viene directo a mi, me coge la mano y hace una mueca para que deje el café en la mesa, me mira, coge mi mano y la pone en su pecho, dice:
-¿Lo notas?
-¿El que?
-los latidos de mi corazón
-si, claro
-esto es por ti, Nayeri desde que te ví me enamoré locamente de ti y me juraría que nadie jamás te hará daño.
Me acerco a él, acariciando su nuca y con mi mano en su pecho y entonces nos fundimos en un profundo beso, y no un beso cualquiera, un beso lleno de sentimientos, de ira, de pena y de nostalgia.
Acabamos de besarnos y dice:
-sé que ahora estás muy débil, pero te cuidaré siempre, aquí o donde estemos, tienes que recuperar fuerzas ¿Te apetece cenar?
-si claro ¿Que hay?
-no te preocupes soy un cocinillas, se me dan muy bien los fogones.
Cenamos y acabo agotada de comer, voy al baño a verme y mi cuerpo está mustio, estoy muy desmejorada, mi cara pálida, mis pómulos caídos por la falta de nutrientes, mis piernas delgadas con marcas, mi espalda y mis costillas....
Aparece Derek:
-incluso así, eres hermosa.
-No mientas, estoy horrorosa no parezco yo.
-con el tiempo volverás a ser tu, ya verás.
-Nolose, no me gusta verme así.
-Anda ves a descansar que hemos tenido un día muy duro.
Voy a la cama y cuando me dispongo a dar un paso me desplomó....

recuerdos del nazi que me enamoróDonde viven las historias. Descúbrelo ahora