El valle de la noche

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Cuando vislumbraron finalmente la pequeña aldea, se detuvieron. Después de 2 días de correr para llegar al valle, sintieron que, finalmente, podían bajar el ritmo.

Jiraiya: De acuerdo – Como el más veterano, era la persona al mando. Seguido de Yugao, que era una Anbu – No podemos ir a lo loco. No sabemos cómo seremos recibidos

Suigetsu: ¿Y qué propones?

Yugao: Entraremos por la puerta principal y veremos qué sucede. Si ssalen a recibirnos pacíficamente, hablaremos. Si no, solo nos defenderemos. Sin matar a nadie

Realmente, no podían hacer mucho más. No era cuestión de exterminar definitivamente estos clanes. Así que, tomando la iniciativa, Jiraiya empezó a caminar. Escoltado por el resto del grupo

Alcanzaron en cuestión de minutos la puerta principal. La cual no era más que un par de pilares que marcaban el final de la pequeña muralla. Al ser una aldea realmente escondida, de la que nadie conoce, no requerían de mucha seguridad. Pero no entraron. Se mantuvieron allí, estáticos.

No pasaron ni 2 segundos, antes de que dos personas se asomasen. Uno era un hombre de tercera edad de barba grisácea. Era calvo y de aspecto realmente viejo. La segunda persona era una mujer de pelo rubio como si fuese oro. Un traje algo ajustado, con un arco en la espalda con su carcaj correspondiente

Jiraiya: Buenos días - Se presentó educadamente, con una sonrisa. Quiso levantar su brazo, cuando recordó que no tenía. Y estaba guardando el poco chakra del Kyubi que le quedaba para formar un brazo – ¿Con quién tenemos el placer de hablar?

Fushida: Mi nombre es Fushida – Se presentó el hombre – Ella es Himeno

Yugao: A qué clanes pertenecéis - Al instante, ambos se tensaron brutalmente. No esperaban ser pillados tan de golpe

Jiraiya: Perdonad. Sé que será bastante chocante que sepamos esta información. Pero debemos de hablar con quién lleve la aldea. Es importante

Himeno: ¿Y qué me confirma eso?

Jiraiya: La posibilidad de una 4ª gran guerra ninja

La cara de Jiraiya era una seria. El dúo dudó un poco, antes de separarse, dejando un hueco para que el grupo pasase. Agradecidos, aprovecharon el acto para pasar al interior de la aldea.

No era una aldea precisamente grande. Estaba dividida por diferentes complejos medianamente grandes para lo que la aldea podía ofrecer. Por ello, había unos 5 o 6 complejos diferentes. Obviamente, uno por clan. Y, en el centro del todo, una solitaria casa de tres plantas.

Fushida: Himeno os acompañará a hablar con él. Yo me retiraré a mi clan por ahora – Se inclinó para marcharse. Sin embargo, Yugao no había terminado

Yugao: Antes no respondisteis. ¿De qué clan sois?

El dúo vaciló un poco el sí responder o no. Sin embargo, y si iban tan seriamente como esperaban, guardarse estos secretitos tal vez fuese lo peor que podían hacer

Fushida: Soy Fushida Dragonblood. Y ella es Himeno Runelf – Finalmente soltó sus apellidos. Y, con ello, el nombre de sus clanes

Jiraiya asintió agradecido, antes de ver a sus acompañantes. Debían darse prisa. Himeno fue algo tosca y grosera, limitándose a mirarlos mal y responder con las sílabas justas a sus preguntas. No le gustaba la presencia de estas personas en aquella zona que consideraba sagrada

Los guio a la casa central, donde entraron sin vacilar. Himeno los dejó en una habitación y salió. Dejando solo al grupo procedente de Uzu.

Jiraiya no perdió el tiempo. Colocando debajo suya un sello de invocación inversa, en caso de tener que marcharse apresuradamente. Luego se sentó sobre sus rodillas, encima de un cojín colocado en el suelo. La ambientación de la casa era antigua, como en una época más feudal. Tal y como el recinto Hyuga. Detrás suya se sentó el resto del grupo.

Naruto: el legado de mi familia (Pausada Hasta Nuevo Aviso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora