El Sabio: Libro Uno: Convertirse -COMPLETO-

Capítulo 7

Capítulo Siete

"Albus!"

Miró desde su escritorio y casi corrió por su vida. En cambio, dijo, "Ah, Minerva, ahí estás," como si la hubiera estado buscando. Pensó que tal vez una actitud casual de su parte calmaría la situación. No funcionó.

Ella se le acercó y puso sus manos temblorosas sobre su escritorio para poder inclinarse un poco hacia adelante y mirarlo directamente a los ojos. Incluso su apretado moño negro temblaba. Estaba furiosa como nada que él hubiera visto antes. Lo que significaba que lo habían descubierto. Realmente había estado temiendo este día.

"No me atiendas, Albus, estoy de mal humor", dijo en pocas palabras, sílabas recortadas.

"Así que ya veo", murmuró, recostándose en su silla para alejarse del calor en sus ojos. Sentado en su percha en la esquina, Fawkes dejó salir un trino preocupado, pero Minerva ni siquiera le echó un vistazo al pájaro. "Puedo preguntar cuál es el problema?"

"Te sirve de algo fingir que no lo sabes? ¡No me ayuda!"

Ahora sintiendo una verdadera alarma de que la mujer podría hacerle daño antes de que tuviera la oportunidad de explicarse, simplemente dobló las manos en un campanario, descansando los codos sobre el escritorio.

"Asumo que esto es sobre Neville, entonces?"

"Cuando escuché por primera vez que alguien lo llamaba el Niño que vivió, pensé que debían haberse confundido, así que me reí y los corregí y los envié en su camino. ¡Ahora resulta que deben haber pensado que era un tonto! Todos lo dicen, Albus, absolutamente todos. ¡No fue un error, solo estaban repitiendo el conocimiento común — común para todos menos para mí! Alguien se compadeció de mí y me explicó toda la historia: cómo Neville era solo un bebé, pero con padres como Frank y Alice podría llegar a ser peligroso para los Mortífagos, cómo sobrevivió a un ataque de Voldemort tal como lo hizo Harry Potter. Todos dicen que tiene tanto derecho a ser llamado así como el pequeño Potter, que no vivió después de todo, ¿verdad?"

"Es realmente bastante extraordinario, ¿no?" Albus murmuró, mirando sus dedos entrelazados.

"Bueno, todos pensamos que eres una persona extraordinaria, Albus."

"Qué tiene que ver conmigo?" preguntó inocentemente.

"No me juegues como un tonto, ya no. Inventaste esa historia. Te aseguraste de que todos supieran que Neville también había sobrevivido a un ataque de Voldemort que ni siquiera sucedió!" Ella golpeó sus manos sobre el escritorio en la última palabra. "Le contaste a Fudge la historia tú mismo? ¿Es ahí donde comenzó? Quiero decir, de verdad, Albus, ¿cómo te atreves a hacer esto? No ves lo bajo que te has agachado para hacer algo como esto?"

Permaneció plácido por fuera, esperando que ella llegara a la parte pertinente de su diatriba. Él podría ser paciente mientras ella lo daba una conferencia.

No le tomó mucho tiempo.

"Por qué?" preguntó, su voz ronca y cansada. Ella se hundió en una silla. "Por qué lo hiciste?"

Albus desenredó sus dedos y puso las palmas de las manos sobre el escritorio. "Porque perdimos a Harry."

"Ni siquiera lo sabemos con seguridad."

Sus brillantes ojos azules se rompieron de molestia en un punto tan trivial. "Si Black no lo mató de inmediato, lo llevó a donde se escondía Voldemort y el niño murió allí! ¿Qué crees que hizo Black, llevó al niño a cenar con la reina todos los martes? No, Minerva, el niño Potter se ha ido, y Black nos miró con la nariz cuando se lo llevó. Pero todavía necesitamos un Niño Que Vivió, ¿no ves eso?"