Capítulo 11: Valentina Quedate Quieta

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- Enzo 26 -

Estaba de rodillas disfrutando de la dulzura de Julián, amaba ese sabor en su piel, no se si era el jabón que usaba o que, pero la verdad no podía parar de disfrutar del sabor que tenía el pito de mi novio.

«Que rico» pensé cuando me lo puse en la boca... Ahí estaba yo bajo la luz de la luna en medio de unos árboles haciéndole tremendo petardo a Julián. Mi novio tenía esa sonrisa que tanto me gustaba, echó su cabeza para atrás mientras se la chupaba y tiraba algún que otro gemido cuando pasaba mi lengua por el frenillo del glande. Era bastante bueno en esto, se dónde hay que ir para gozar. Yo había aprendido del mejor, mi Juli lo hacía como los dioses.

- Te gusta? - pregunté intentando recuperar aire, tragar los veinte centímetros de mi novio no era algo fácil, por más que lo intentaba no podía tragarme todo, siempre terminaba sin aire al tratar.

- ¡Me encanta! - soltó Juli mordiéndose los labios.

Julián era tan sexy cuando hacía eso. Me volvía loco. Me puse de pie para retomar nuestros besos, mi pija estaba dura como una roca, Juli la agarro con su mano izquierda y comenzó a pajearme mientras me comía la boca. Yo correspondí sus besos con furia.

Luego de unos minutos así agarré la cadera del castaño y lo dí vuelta para apoyar mi verga entre sus cachetes bien entrenados. Julián gimió al sentir el calor ahí abajo.

- Acá no - dijo él sin parar los movimientos de cadera que había empezado cuando apoyé mi miembro en su culo.

- Por que? - pregunté empujando la punta contra su entrada. Julián se quejó.

- Porque no... Nos pueden descubrir.

Tenía razón, la posta era que cualquiera podría acercarse y vernos con los pantalones bajados. No me importaba mucho. No quería esperar más tiempo quería culiar a mi novio ya.

- Que nos descubran, que importa? - solté yo empujando mi pito más adentro. Julián se estremecía contra el árbol, soltó un gruñido cuando terminé de meterla. Comencé con los empujones, cuando escuché mi teléfono sonar. Julián se alteró ante el ruido...

- Callá eso - dijo mi novio.

Miré al suelo dónde había dejado el teléfono, la luz de la pantalla mostró la cara de Mac Allister. Sin salirme de Juli tome el aparato y le corté.

Seguí empujando contra el castaño, pero fui interrumpido de nuevo por una llamada, de nuevo era el colorado «¿Que pija quiere este ahora?» pensé.

Había cortado de nuevo, quise seguir cogiendo con mi novio pero cuando estaba a punto de retomar la acción apareció alguien frente nuestro.

Escuché un grito y me quedé quieto, petrificado, si no me movía no me veían. No pude distinguir quién era la mujer en frente nuestr, maldije al alcohol por ponerme en este estado. Respire aliviado cuando Julián reconoció dicha persona.

- Emilia? - formuló Julián que se subió el pantalón rápidamente.

«Como que emilia?» Miré abajo y aún estaba con la pija al aire, me apuré a agacharme para levantarme el pantalón, no quería que la concheta viera mi hermosa verga, pero terminé comiendo tierra. La cabeza me funcionaba mal, veía las cosas dar vueltas debo haberme caído, creo.

- Que carajos están haciendo? La puta madre Julián - habló Emilia. Ella se había tapado los ojos. Julián me ayudó a ponerme de pie y me subió los pantalones mientras le contestaba a su amiga.

- ¿Que haces vos acá? - preguntó mi novio.

- Salvando sus vidas - respondio la rubia - Vos pelotudo Porque no ves el teléfono? - me dijo con enojo.

El Veneno (Enzulian) [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora