Parte 3

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Tardaron tanto como se tenían que tardar en llegar a la ciudad infectada, pero sin ser suficientemente rápidos como para que Jiang Cheng estuviese satisfecho. Para muchos fue un dolor en el pecho ver como una ciudad a la que se le conocía en Lotus Pier como una de las ciudades más amenas era ahora como una ciudad muerta, tantas casas y lugares hechas basura como resultado de notables luchas agresivas y violentas, les hacían a todos sentir bastante mal.

Bajaron la mitad de aquella mitad que partió del Muelle, Jiang Cheng fue de aquellos que pisaron la tierra roja de la sangre de todos aquellos de Yunpin. 

Jiang Cheng sabía que ese picor, ese dolor y calor en su corazón era gracias a su poca competencia en ayudar y cuidar a su secta; a su gente, a sus niños, a sus ancianos, a sus familias, a su felicidad, tranquilidad... y a su vida. 

Jamás, en todo el tiempo que lleva sirviendo al bien y cuidado de su gente, había visto una masacre y destrozo en esa magnitud, y a pesar de querer pensar que puede, que será recuperada y salvada la vida de las victimas de Yunpin, realmente el y todos saben lo que pasará cuando den con el paradero de todos aquellos.

Su mente y corazón estaban acomplejados por la situación y eso no le permitía pensar como desearía pensar, se sentía como una hoja débil y pequeña que lo único que podía hacer era lamentarse de haber caído del árbol. Deseaba que alguien le dijera cómo debía manejar la situación, que le permitiera calmarse y relajarse en sus brazos y que le susurrase que todo estará bien, pero, ¿realmente podría pasar? ¿qué es que acaso había olvidado dónde es que se encontraba parado? o ¿cuánto tiempo ha estado perdiendo?

─ Todos ustedes. ─ Jiang Cheng llamó la atención de todos aquellos discípulos sanos que lo acompañaban: ─ Busquen sobrevivientes y cierren toda entrada, no permitan que cultivadores, errantes, comerciantes o animales entren o salgan de Yunpin. De eso podría depender que esto se mantenga como la enfermedad de Yunpin. ─ Todos y cada uno de los que escucharon sintieron el peso de esas palabras y lo tomaron como una responsabilidad y trabajo que mantendrá la salud de las familias que esperaban sus regresos. 

Jiang Cheng una vez más dejó a sus discípulos y sobrevoló la ciudad, sin tomar en cuenta como es que un par había desaparecido de entre todo aquel alboroto, sin tomar en cuenta a aquel hombre con ojos de sangre escondido bajo los pies de esos dos discípulos, cual bestia esperando a su comida. 

Sobre Sandu se guiaba a si mismo hacia donde suponía estarían el resto de discípulos que se dirigían a capturar a todo aquel que escapó de la ciudad, cerró levemente los ojos cuando pasó sobre el camino de sangre y cuerpos, sin embargo, sus ojos se abrieron con sorpresa cuando un cuerpo vestido con una túnica morada se hallaba tirado inmóvil en el suelo, tal y como un muerto. La taquicardia volvió y el sudor frío le mantuvo despierto.

Bajó rápido y sin cuidado de Sandu con la intención de ir y comprobar la salud de aquel discípulo, y así como fue de apresurada su intención, así de apresurado fue el cadáver en levantarse y atacar despiadada y descuidadamente, los movimientos ni siquiera eran movimientos limpios o pensados por una mente calma y segura, eran movimientos guiados por la desesperación y carentes de técnica, como la de un animal ansioso de comer. Jiang Cheng sólo cortó la cabeza de aquella cosa que ya no podía reconocer como un discípulo, sino más bien, como un animal.

La situación le hizo pensar rápido, sin perder tiempo subió a Sandu y sobrevoló el camino de sangre como ya estaba pensando hacer antes de su enfrentamiento, sin embargo, sus emociones eran otras, al igual que la expresión y rapidez con la que iba. Tan sólo había pasado un momento, no había pasado ni medio Shi desde que había visto el grupo de discípulos al que pertenecía su anterior atacante, así que, si este había sido el destino de uno de aquel pequeño grupo, ¿los demás seguían vivos? intentó pensar que sí, después de todo, no eran simples discípulos que había escogido al azar, son discípulos que el mismo había exigido un buen desempeño en su entrenamiento, todos y cada uno de ellos están preparados hasta para una guerra, quiso relajarse diciendose eso, pero.... si ellos morían, si todos están muertos, ¿realmente esto se podría acabar? ¿podría controlar las muertes que se llevaría la enfermedad de Yunpin? 

Tal y como siempre ha hecho, pensó en ese destino, cientos de discípulos actuando como cadáveres feroces y llevando a toda la secta consigo, tal y como siempre ha sido, miró a una secta totalmente desecha, a su secta; a todo Yunmeng Jiang. Pero el sentimiento no fue como todas esas veces a las que se enfrentó a un problema de magnitud similar, realmente sintió como si ya estuviese viéndolo frente a sus ojos, como si en vez de ver todos aquellos árboles ensangrentados estuviese viendo nuevamente a la secta en llamas y agonizando en dolor, viendo esas muertes y calcinaciones de cuerpos y paredes, esos ríos rojos como la lava quemaron los ojos de Jiang Cheng y realmente pensó en que no podría ir sólo a buscar quienes fueron afectados por la enfermedad e inevitablemente, dejó de contar con las vidas de aquellos discípulos a los que había ordenado seguir a todo aquel que había huido. 

Jiang Cheng, tal vez, se había comenzado a preparar para ver los rostros muertos de todos sus discípulos. Siguió en su camino a pesar de no tener esperanzas en la vida de nadie. El camino de sangre no parecía tener un fin, tal cual como había pensado en el inicio de este, sólo era un camino recto y maloliente por lo fresca que todavía se mantenía aquella sangre que teñía los suelos que Jiang Cheng no veía necesidad de pisar, la velocidad con la que tenía que moverse tenía que ser tanta como para llegar en lo que se acababa un incienso, aunque no supiera a donde es que tenía que llegar. 




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No pasó tanto tiempo para que de manera dura y repentina Sandu se detuviera y por la cantidad de energía espiritual y rapidez  que Jiang Cheng había implementado, cayera fuertemente y directo hacía un árbol que no hizo más que golpear dolorosamente su cabeza, se culpó, mas no preocupó por su falta de atención en detenerse correctamente.

Tomó poco tiempo para que se levantara cuidadosamente a ver el final del camino, el final del camino que daba inicio a cientos más, subió en Sandu y se elevó conmocionado y con la respiración agitada, ahí lo vio; desde las nubes, desde lo más alto y frío, todos aquellos que habían escapado simplemente se separaron y buscaron caminos diferentes, dejando tras de si caminos de sangre.

Todavía desde las nubes miraba, esperando, anhelando el canto de cualquier ave o sonido de cualquier animal, y al no encontrarlo, el silencio simplemente le hizo sentir la muerte más presente.












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Me enfermé, me enfermé justo cuando tenía la inspiración más cabrona k en mi vida m había dado 😾

Espero k si les este gustando y le esten entendiendo pueblo 🐢

La flor dentro de un Jiang | MDZS ·XiCheng·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora