Jiang Cheng no pensó mucho en que es lo que estaba por hacer, después de tantos años y tantos momentos que había pasado, era la primera vez que actuaba por impulso y sentimientos, sin embargo, después de ver ese camino solitario y delgado de sangre ¿realmente podría ignorarlo? con obviedad no podría hacerlo, no podría hacerlo, no puede hacerlo, no debería hacerlo y no lo hará.
Y la razón del por qué ni siquiera se preguntó cómo es que esos cadáveres seguían expulsando sangre de sus cuerpos a pesar de llevar un día entero desangrándose o del por qué es cómo que todavía no se daba cuenta del por qué su discípulo lo atacó, era porque, aunque no lo haya ni pensado, aunque no se lo haya preguntado o planteado, ese delgado y sangriento camino iba directamente a Lanling Jin, una secta en la que no podría simplemente llegar y masacrar a los contagiados, así que, si todos los que se enfrenten a la enfermedad mostraban ese tipo de reacción a la presencia de otra persona, realmente era un peligro y verdadera molestia.
Jiang Cheng se guíaba por los rastros de sangre que el cadáver violento había dejado, intentando alcanzarlo. La sangre fresca le confirmaba que no había sido hace mucho que se había pasado por ahí, sin embargo, Jiang Cheng arrugó con fuerza su entrecejo cuando notó que los chorros de sangre comenzaron a verse como diminutas gotas.
Al ver esto, su ritmo comenzó a disminuir, observaba más detenidamente cada gota pensando que de esa manera logrará alcanzar a su objetivo de manera efectiva, en ese momento se culpó de no haber avisado a nadie sobre el discípulo que lo había atacado. Repentinamente se detuvo, furiosamente golpeó el suelo al bajar de Sandu, tal cual como un niño hubiese hecho al hacer un berrinche.
─ ¿¡Qué mierda estoy haciendo!? ─ No se sentía él mismo, una incomodidad demasiado grande habitaba en su corazón junto con una tensión en su garganta que no le permitía respirar fuerte y hondo como le gustaría hacer.
Tocó bruscamente su pecho y apretó intentando suprimir todo, intentando hacer que nada saliera y aunque no sentía cambios lo hacía apasionadamente y con más fuerza con cada segundo que pasaba, lo que le estaba haciendo sentir dolor de su propia mano pero sin sentirlo como algo dañino, sino, como algo confortante.
Sabía que no era sólo el miedo de perder a su secta, sabía que había algo más haciéndolo sentir incómodo y frustrado, pero por más que quisiera identificarlo, su corazón no le dejaba decirlo o aceptarlo y sólo le dejaba sentirlo, lastimarlo como azotes del látigo más fino y pesado, no sabía de donde venía, sólo que estaba ahí.
Intentó calmar su ceño fruncido, la fuerza le estaba comenzando a cansar lo suficiente como para sobar su frente y notar su inminente dolor de cabeza. Levantó la mirada confundido, no se dió cuenta de cuándo es que sus rodillas tocaron el suelo.
Ese silencio abrumador otra vez le hizo sentir la muerte tan cerca que se le hizo imposible no mirar hacia atrás, buscando otra presencia, una presencia que sorpresivamente encontró, que no era nada más que un ave que había descendido del cielo, se sintió miserable al asustarla con sus movimientos bruscos y asustados. Se permitió suspirar.
« Regresaré, no debería no haber avisado a nadie, fui impulsivo. Tan tonto com... » Su pensar fue interrumpido por un gruñido hambriento proveniente de detrás de si, su cuerpo quiso paralizarse, sin embargo, su mano fue más rápida y tomó a Sandu, que se hallaba en el suelo, esto mismo le sorprendió a Jiang Cheng pero no le permitió a su rostro manifestar aquel asombro, en vez de eso, arrugó su ceño y miró fijamente a quien se hallaba frente a él.
En el rostro sangriento y mordido por lo que pudo notar Jiang Cheng, se podía ver cómo es que en sus ojos no se podían identificar brillo alguno, que fue uno de los factores de aquel "cadáver" que Jiang Cheng más ignoró pues, lo que más le llamó la atención fue esa túnica morada que llevaba puesta sobre si de manera tan desordenada, como si se la hubieran puesto rápidamente.
Por lo que quedaba del rostro de aquella persona podía saber perfectamente que no era alguien que haya tocado Muelle de Loto, no podía recordar ni una sola parte de aquel que lo miraba fijamente, no era un discípulo y saber eso le generó calma a su corazón, su agarre en Sandu fue más firme y su posición más rígida, por ello, cuando finalmente fue atacado, no le fue difícil defenderse a si mismo con firmeza y seguridad.
Pensó en usar a Zidian, sin embargo, sabía que tenía que guardar fuerzas para que cuando pasara algo peor pudiese hacer lo mejor para defender y defenderse.
Lo que Jiang Cheng no sabía si considerar cadáver lo atacó fuertemente solamente con sus brazos y torso, tan ansioso como lo fue su discípulo al atacarlo anteriormente, pero este en especial le causaba algo extraño, la mirada siempre se mantenía firme en los ojos de Jiang Cheng, esos ojos secos y carentes de vida sólo lo miraban a el, sus movimientos podían ser tan fuertes y violentos pero sus ojos siempre serán para mirarlo, tan fijamente que le causaba algo similar a ahogarse en pesadas aguas.
Jiang Cheng en un momento de descuido permitió que su atacante accediera a su torso, el que vorazmente intentó morder como si fuera un animal, lo detuvo colocando con destreza a Sandu en la boca de este, cortando en dos la cabeza de aquel que sólo pudo caer como saco al suelo.
Jiang Cheng no entendió el por qué quiso morderlo, ¿qué clase de cadáver feroz haría eso? e incluso si no lo fuera ¿un enfermo lo haría? le causaba tantas preguntas aquella simple acción, pero en medio de todas ellas, se dió cuenta de que la incomodidad que no hacía mucho tiempo le había detenido, ahora, había desaparecido en mayor parte, lo suficiente como para permitirle seguir aquellas gotas de sangre que ahora podrían significar la presencia de algún otro afectado por la enfermedad de la ciudad de Yunpin.
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La flor dentro de un Jiang | MDZS ·XiCheng·
Fanfic¿Qué es lo que está ocurriendo con la secta Jiang? ¿Por qué de repente aislaron a una ciudad entera? ✮✮✮ El mundo de la cultivación realmente no se sentía completamente recuperado después de lo que ocurrió en la campaña para derribar al sol, todo...