|Capítulo 4|

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—¿Qué hacemos ahora? —interrogó Harry.

—¡¿Qué hacemos ahora?! ¡¿Me estas jodiendo Harry?! —se enfureció la castaña — ¡esto no es como si te olvidaras de comprar tomates en el supermercado! —dijo sarcástica —¡alguien se metió con nuestras vidas! ¡nos separaron quien sabe cuándo y borraron parte de nuestro pasado...! ¡MI VIDA ES UNA COMPLETA MENTIRA!

—¡NO ESTOY JUGANDO HERMIONE! —le gritó devuelta Harry, sin agregar que no solo la vida de ella era una mentira; al menos el sabía que era un Potter, y quienes eran sus padres —¡PERO NECESITAMOS UN PLAN!

—Tienes razón —admitió a regañadientes la joven castaña — ¡Pero esto nos supera Harry! Necesitamos un adulto—declaró levantándose y alejándose de su hermano.

—¿Y a quien le podemos pedir ayuda Hermione? ¿eh? —le preguntó — ¡no sabemos en quien podemos confiar! ¿y si terminamos confiando en la persona equivocada? ¿que evitará que quien nos puso en esta posición nos haga algo peor? —insistió Harry —ya nos separaron una vez Hermione, terminé viviendo con nuestros tíos...

Y vaya si no era horrible pensarlo. Hermione, a pesar de todo, terminó en un hogar con padres relativamente cariñosos, ¿pero Harry? él fue condenado a vivir con los Dursley —que eran sus tíos también le dijo una voz a Hermione, algo que decisivamente ignoró—, a ser tratado como un elfo doméstico...

Harry suspiró, viendo como su amiga hermana, se quedaba callada pero con mil pensamientos corriendo a través de sus ojos, como cada vez que se encuentra con un problema al que no tiene una solución inmediata.

Esto se les estaba yendo de las manos más rápido de lo que pensaba. Eran demasiadas las incógnitas que tenían sobre lo que pasó, sobre quién manipuló así sus vidas...

¿Había siquiera algún lugar seguro en el mundo mágico? Harry ya no estaba seguro.

—Dijo que ha estado viviendo con sus tíos señor Potter—observó amablemente Bliezza, aunque sonó más como una pregunta que un a afirmación, con el ceño fruncido en su rostro —¿se refiere a los Malfoy? —inquirió con voz angustiada

—¿Qué? ¿Por qué viviría con los Malfoy? —preguntó totalmente confundido Harry, olvidándose por completo de su hermana ante tal estupidez que estaba escuchando.

Los dos goblins en la habitación se miraron el uno al otro, frunciendo sus rostros en una conversación silenciosa, ¿los goblins eran capaces de hablar entre ellos telepáticamente? Se preguntó Harry.

Iogderd, una vez terminada su discusión, sacó de su escritorio un largo y alto rollo de pergamino que abrió sobre la mesa de café frente a los sillones, llamando completamente la atención de Hermione.

—Me parece, señores Potter, que su situación es mucho más compleja de lo que cualquiera esperaba —sentenció su gerente de cuentas. Hermione, ahora sentada a su lado en el cómodo sillón, le mando una furiosa mirada de ojos entrecerrados y suspiró pesadamente. Ella quería respuestas, no más galanterías —es tradición, y un requerimiento entre las más antiguas casas, que todos los herederos a la edad de quince años se hagan un examen de herencia como el de ustedes hoy —empezó pacientemente antes de ser interrumpido por Bliezza.

—Por supuesto, el pedido que se hace a la diosa es completamente diferente en cada caso. Harry hoy pidió que se le mostrara su ascendencia, sin pensar bien que deseaba ver. Es un error muy común. —declaró la sanadora restándole importancia —este tipo de rituales, que no especifican en el hechizo lo que uno desea ver, se basa en la intención del lanzador. El señor Potter solo habrá pensado en quienes compartían su apellido y, por tanto, todas las otras familias mágicas con las que tengan conexión no estarían calificadas para mostrarse.

Manual de supervivencia en el mundo mágico para tontos y novatos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora