𝐌𝐈𝐃𝐍𝐈𝐆𝐇𝐓𝐒, james potter

twenty two.

Después de una rápida plática con Sybill, y después de inventarle a Harry una razón diferente por la que necesitaba hablar con su amiga, Lana de guardó toda la reflexión que había hecho para sí misma.

Decidió que hablaría de su inquietud primero con Elisse, luego Donna y por último con Elowyn. Lo hará por separado para evitar posibles interrogatorios viniendo de 3 personas a la misma vez.

Y está el tema de Harry... es el que más le carcome. No quiere mentirle, pero tampoco quiere decirle, porque sabe que Harry no sabe guardar secretos y en cualquier momento le dirá a James. Ella no quiere eso, claramente.

El primer entrenamiento de la semana estaba pro comenzar y su mente no está en donde debería de estar, quiere golpearse por eso.

Así que se obliga a correr las diez vueltas de calentamiento junto al resto del equipo. Algo que no pasa desde que es capitana.

—¿Qué te motivó a correr junto a tus súbditos? —Donna pregunta luego de recuperar el aliento, han terminado todas sus vueltas primero que todos.

—Necesitaba pensar y es aburrido pensar sobre una escoba —Lana responde.

—¿Nuevas estrategias?

—Tengo un par de ideas, sí —miente con una sonrisa de lado.

—¿Nivel Amos? —pregunta con miedo.

—Nivel Lana —ella responde con malicia.

Donna se queja en voz alta, pero acepta que parte de su deber como jugadora titular, es aceptar que algunas veces tiene que hacer todo lo que su capitana diga. El resto también lo acepta.

Lana pasa todo el día haciendo los mismos ejercicios que sus compañeros, le da tiempo de seguir distrayendo su mente hasta que tenga que usarla para expresar algo que la inquieta.

No sabe cuándo lo dirá aún, pero sabe que no será hoy. O mañana.

Cuando llevas años en Hogwarts, aprendes ciertas cosas sobre el castillo, encuentras ciertos escondites. James Potter los conocía todos.

Todos excepto el que Lana usa cuando quiere estar completamente sola y concentrada en algo.

Ahora James necesita concentrarse en algo. Ahora James sigue a Lana por todo Hogwarts en busca del misterioso lugar que ella había mencionado.

¿Cómo James tuvo tanta suerte? Podemos repasar los acontecimientos anteriores. Empezando por una hora atrás.

Cuando James se encontraba en la biblioteca casi al borde del llanto debido al estrés de no entender un tema específico. Estaba solo. Bueno, tenía la compañía de tres libros abiertos y montones de pergaminos regados a su alrededor.

—Hola —la voz de Lana lo sacó del trance en el que se encontraba, cuando él levantó la cara, ella tenía la cabeza ladeada y lo miraba con mucha confusión. James nunca había estado tan estresado y frustrado mientras estudiaba en la biblioteca solo como en ese momento—. ¿Qué estás haciendo?