three.

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—Te juro que no fue mi intención —el pelinegro a su lado susurra con una mezcla de preocupación y miedo

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—Te juro que no fue mi intención —el pelinegro a su lado susurra con una mezcla de preocupación y miedo.

Mal.

Apenas era su segunda clase y Lana ya había empezado su día mal.

Le había advertido, una y otra vez al profesor Slughorn que poner a Sirius Black como su compañero de pociones no sería buena idea y él no le había hecho caso, como siempre.

Ahora su poción había explotado en su cara, por suerte no fue lo suficientemente letal como para hacerle un daño grave, pero debe ir a la enfermería de todas formas, según el protocolo.

—No te me vuelvas a acercar nunca —Lana espeta mientras sale del aula a toda prisa. Se limpia el resto de poción mal hecha y mal oliente del rostro.

Sabe que Sirius era un imbécil, Regulus se lo ha dicho un millón de veces antes. Lo sabe  y por eso no quiere acercarse a él o a sus amigos.

Sabe que es un idiota, pero nunca imaginó que sería tan estúpido como para mezclar los ingredientes incorrectos en una poción avanzada de alta importancia "sólo por diversión".

Lo peor es, que su día había empezado bien, sin ningún disturbio entre Donna y Elowyn, sin ningún reproche por parte de Elisse, sin la constante insistencia de Harry por hacerla comer algo diferente en el desayuno.

Realmente estaba en calma, al menos hasta hace cinco minutos.

—Es increíble que Slughorn no se haya preocupado por ti —Harry espeta, igual de enojado que Lana. Están parados en medio de un pasillo y ahora es visible para Lana y también para cualquier persona que pueda pasar por ahí en ese momento—. Es un incompetente, ¿por qué siquiera es profesor? ¡Es obvio que no está calificado para llevar a cabo tan importante responsabilidad! ¡Es un papanatas!

Harry pierde el control pocas veces, principalmente porque una vez que lo pierde, es muy difícil mantenerlo a raya. Pero Lana es su única amiga y tocarla a ella es como meterse con lo más preciado que Harry tiene.

—No lo sé, he pasado años cuestionándome lo mismo —ella dice, claramente menos enojada que Harry.

—¡Mira tu cabello! —Harry vuelve a exclamar, igual que una madre enojada—. ¡Lo arruinó! ¡Ahora olerá mal y sólo los dioses saben si podrá estar sano de nuevo!

Las antorchas que iluminan el pasillo (aún de día) empiezan a temblar a su alrededor, Lana sabe que Harry está haciendo eso. No puede controlarlo, pero intenta tranquilizarlo.

𝐌𝐈𝐃𝐍𝐈𝐆𝐇𝐓𝐒, james potter Donde viven las historias. Descúbrelo ahora