twenty five.

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Las tres escobas a esa hora del día suele estar muy lleno, todos anhelan una cerveza de mantequilla y pasar el rato con sus amigos. A la mayoría no les molesta el ruido o la cantidad de gente que hay, pero a Lana sí, es por eso que solo ha ido muy pocas veces en su vida y muy pocas veces se ha quedado más de diez minutos.

Lleva una hora hablando con James en el sótano de la tienda, en donde guardan los barriles de cerveza y otras cosas. En donde James y sus amigos se han encargado de convertirlo en una especie de guarida para ellos y cualquier persona que quiera pasar el rato con ellos riendo en un sótano.

—Ahora, siguiente pregunta —James murmura y se recuesta en el respaldo del sofá. Lana está frente a él y llevan alrededor de veinte minutos haciéndose preguntas aleatorias el uno al otro, solo para pasar el rato—. ¿Qué lugar del mundo te gustaría conocer?

—España.

—Elabora en eso, ¿por qué España de todos los lugares del mundo? —él vuelve a preguntar.

—Mi tía estudió un tiempo ahí, dice que es maravilloso. Me mostró muchas fotos, quedé fascinada. Me gustaría ir a los lugares de los que me habló, probar las cosas que ella probó, ya sabes, conocer.

—Creo que es lindo —James murmura.

—¿Has estado ahí?

—No —sonríe—. Creo que es lindo cómo hablas sobre las cosas que te gustan. Las cosas que deseas, ya sabes. Es lindo.

Lana se queda en silencio. Siente la necesidad de sonreír, quiere mostrarle una enorme sonrisa a James, pero prefiere reprimirlo.

—Gracias —murmura en su lugar—. Me toca preguntar algo ahora.

—Adelante. Soy un libro abierto. Hablo en serio, no me molesta hablar, me gusta responder preguntas. Sobre todo si son sobre mí... ¿vas a preguntar algo sobre mí?

Lana ríe un poco mientras piensa su pregunta.

—Uh... ¿tienes un reloj contigo ahora?

—Sí claro, ¿por qué?

—¿Podrías revisar la hora?

James lo hace. Ya es pasada de la hora en la que deberían haber regresado. Se lo dice.

—Sí... debemos irnos —ella responde.

—Estoy muy cómodo —se queja.

—No estarás tan cómodo cuando Lily nos quiera arrancar la cabeza por llegar tan tarde —se levanta y empieza a caminar hacia la salida, mira a James una última vez—. Rápido.

—De acuerdo —murmura mientras rueda los ojos y camina detrás de ella.

Para cuando llegan al castillo, Donna ya los estaba esperando en la puerta. Mirando efusivamente de un lado a otro, probablemente buscándolos sin un resultado exitoso.

—No se ve muy amistosa —James murmura al ver su expresión aún desde la distancia.

—No fue buena idea desviarnos —Lana arruga la nariz, su mirada también puesta en Donna—. Aunque me relajé un poco, así que supongo que no importa tanto.

James festeja en sus adentros, pero sigue preocupado por el regaño que están por recibir.

—Lamentamos la tardanza —James es el primero en hablar, muy nervioso.

Lana entrega el paquete de dulces a su amiga. Donna le sonríe y luego mira a James.

—¿Se divirtieron? —pregunta.

—Sabes que Hogsmeade es el lugar más divertido del mundo —Lana responde con sarcasmo. Donna la mira y Lana sabe que insiste en una respuesta, suspira y vuelve a hablar—: Sí.

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𝐌𝐈𝐃𝐍𝐈𝐆𝐇𝐓𝐒, james potter Donde viven las historias. Descúbrelo ahora