Otro día, otra mierda. (prólogo)

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Habían pasado ya un par de años, el cuarteto en 1ero de preparatoria; 16 y 15 años, respectivamente.

Era relativamente temprano, 4 a.m.

El equino castaño de lentes estaba encerrado en su habitación terminando de leer unas cuántos libros de la biblioteca de su escuela para terminar un trabajo de hace más de 2 semanas que ha estado posponiendo sin razón aparente.

-Sí el hijo de puta no me lo recibe así juro qué me tiro del balcón.- Dice molesto entre dientes mientras tecleaba en el computador.

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Pasaron una hora para que sonara la alarma que fue callada abruptamente por el castaño quién, ahora, estaba recostado en su cama en un intento fallido de descansar.

Sólo suspira cansado para poner su antebrazo en su cara tapando sus ojos; no se levantaría hasta que alguien se lo pidiese.

Y así permaneció unos 20 minutos hasta que la puerta de su habitación se abrió dejando ver a su madre molesta.

-¿Por qué no estás listo todavía?- Cuestiona seria su progenitora castaña cobrizo mientras le observaba esperando respuesta.

El contrario no dijo nada sólo se se sentó en el borde de la cama cansado para tomar sus lentes y ponérselos.

-Me dormí otro rato.- Responde sin levantar la mirada.- Ya me arreglo.- Agrega en un bostezo.

La mayor sólo le miró unos momentos para luego suspirar.

-Ya no tardes por qué se les hace tarde y te falta desayunar.- Dice para luego irse y cerrar la puerta detrás de sí.

El de lentes sólo rueda los ojos aburrido para levantarse y buscar su uniforme perezosamente.

Una vez abajo sólo se dedica a tomar una manzana que estaba en un tazón junto a más frutas mientras sus otros tres hermanos sólo le observaban.

-¿No vas a desayunar?- Pregunta su hermana de lentes un tanto preocupada.- Ayer tampoco cenaste.

-Realmente no tengo hambre.- Responde el equino encogiéndose de hombros.- Y en técnica estoy desayunando.- Dice para darle otro mordisco a la manzana.

La equino castaña de lentes no dice nada más y sólo sigue comiendo.

Por su parte el canino de cabello chocolate y el otro equino castaño intercambian miradas para luego negar con la cabeza mientras qué su padre sólo se acerca para quitarle la manzana a su hijo.

-Pony, haz estado comiendo poco en éstos días por lo menos desayuna aunque sea, la mitad del plato.- Pide su padre serio y el menor sólo rueda los ojos.

-La manzana era mi desayuno papá.- Menciona de mala gana entre dientes.

Retando con la mirada a su progenitor quién se mantenía serio, sin corresponder a esa provocación.

-¿Acaso quieres ponerte mal cómo la semana pasada?- Cuestiona serio y su hijo suspira resignado.

-Bien, pero dame la manzana.- Pide extendiendo la mano y el castaño mayor se la regresa.- Eso será mi almuerzo entonces.- Agrega seco para meter la fruta en la mochila.

Y se aleja para sentarse en el comedor y comer de mala gana mientras era observado, ahora, por sus dos padres.

-Y hasta que acabes nos vamos.- Dice su madre cruzada de brazos y el castaño bufa.

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Una vez en la escuela estaban los cuatro hermanos caminando por los pasillos hacia sus respectivos salones.

•Confiar en el Amor• Zizzy x Pony 💚💜 (Piggy AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora