Ateez acababa de debutar. La felicidad que sentían era inmensa, pero también lo eran las responsabilidades y presiones que se acumulaban con cada día que pasaba.
Tener un rendimiento perfecto en sus actuaciones, realizar la mayor de actividades posibles para acercarse con sus fans, la viva competencia de la industria, las estrictas reglas de la empresa, la constante incertidumbre de si su música le gustará a la gente. Eran demasiadas cosas que no los dejaban descansar como corresponde cuando tenían la oportunidad.
Esto los llevó a actuar de formas de las que no se enorgullecen. Ocurría de vez en cuando, no era algo seguido. Alguno de los miembros se escabullía en la noche para comer algo a causa de la ansiedad y el estrés, ignorando la dieta que les imponía la compañía, se presentaban peleas absurdas entre ellos o simplemente rompían alguna regla sin ser conscientes de todo lo que conlleva.
Hongjoong entendía perfectamente las razones de los miembros para actuar así, a veces actuaba como si no hubiera visto nada y los dejaba ser, a veces los regañaba seriamente, y cuando iban demasiado lejos se veía en la obligación de castigarlos.
Cuando se estaban preparando para su debut la empresa les aconsejó buscar un método para disciplinarse entre ellos, la convivencia diaria de ocho personas en algún punto traería problemas, aunque quisieran evitarlos era imposible no tener algún choque en ningún momento.
El grupo tomó el consejo y hablaron al respecto, les costó mucho llegar a un acuerdo, pero terminaron optando por castigos físicos. No fue algo que les gustara, pero pensaron que sería necesario considerando el carácter de la mayoría.
Aunque los miembros menores solían sacar de quicio a Hongjoong, todavía le resultó difícil castigarlos, pero tomó la decisión de ser fuerte y afrontar eso como el líder del grupo. Hasta el momento no se había visto en la necesidad de castigarlos muchas veces, y recordaba tan vívidamente cuando tuvo que hacerlo, que cada mañana rogaba para sí mismo que no se metieran en problemas para no tener que volver a hacerlo.
Había castigado a todos los miembros al menos una vez, a todos menos uno. Seonghwa nunca había hecho nada lo suficientemente grave como para ser castigado y eso era uno de los más grandes alivios del líder. Castigar al mayor sería algo sumamente difícil para él y deseaba nunca tener que hacerlo, sin embargo, ese día se dio cuenta de que el momento había llegado.
Lo que sentía al ver lo que tenía enfrente se podía explicar con una simple palabra, decepción.
Una de las muchas reglas que tenía que seguir Ateez en ese momento, era que no podían usar sus celulares. Aunque fue algo difícil de aceptar para algunos al comienzo, todos pusieron de su parte y respetaron la norma. O al menos eso creía Hongjoong, pero ahora ve que estuvo equivocado, a uno de los miembros no le importó y la rompió de todos modos.
Cuando estaba tratando de dormir en lo que Seonghwa se iba a bañar escuchó una alarma proveniente de un celular, pensó que había escuchado mal y trató de ignorarlo, pero luego de un par de minutos volvió a sonar y se dio cuenta de que no era su imaginación. Siguió el sonido y al levantar la almohada de Seonghwa encontró el celular del que venía la alarma. En ese momento sintió su sangre hervir como hacía tiempo no le pasaba. Iba a matar a Seonghwa.
Lo que más le molestó es que no era un solo celular, el muy desgraciado tenía dos.
Cuando Seonghwa entró a la habitación solo con una toalla alrededor de su cintura, Hongjoong no dudó en verlo con toda la molestia que sentía en ese momento.
- ¿Qué es esto? - Le preguntó secamente.
- Oh... lo encontraste.
Hongjoong tenía ganas de reírse en su cara por toda la furia que sentía. Seonghwa ni siquiera era capaz de disculparse o lucir arrepentido, es más, parecía que no le importaba en absoluto.
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K-Pop Spanking One-Shots
FanfictionOne-Shots de Spanking disciplinario de boygroups. Sin contenido sexual. Si no te interesa la temática por favor abstente de leer.