Los días pasaban amenos, ya habían pasado cuatro días y aun no podía volver a Kaster y estar con Jared. Pero dentro de lo malo se sentía bien en el rancho de Colton y Jeff, siempre la trataban con cariño y la llevaban al pueblo, a montar a caballo o a pasear por el monte, que era una de las cosas que más le gustaba a Jyl, ya que podía ver ardillas y algún que otro conejo.
La parte negativa, es que algunas noches se despertaba alterada por culpa de las pesadillas, no siempre, pero a veces soñaba con el accidente, y volvía a vivir esos momentos, pero peor, ya que en sus sueños Colton y Calvin morían, o incluso otros en los que Jared lo mataban de un disparo, tal y como Colton había hecho con el terrorista.
Una de esas noches se había despertado gritando y llorando.
-"Pequeña, ya estamos aquí¡"- escucho como Jeff irrumpió a toda prisa en la habitación seguido por Colton.
Extendió los brazos rápidamente para que la cogiesen, se sentía tan devastada, y lo único que la calmaba era el sonido de los latidos del corazón. Jeff se la colocó en la cadera meciéndola y apretándola, mientras la Colton recorría su columna vertebrar con movimiento rítmicos, desde la nuca hasta el final.
-"Vamos niña, todo está bien, solo ha sido una pesadilla"- el agente trató de calmar los sollozos.
-"Colton...tu...m-morías...él...él..."- no pudo terminar la frase, ya que se empezaba a ahogar con las lágrimas.
-"Shhhh, shhhh, calma, calma..."- repetía Jeff besando su coronilla.
-"¿Quieres dormir con nosotros?"- preguntó Colton mientras le apartaba el flequillo que empezaba a cubrirle los ojos. Rápidamente Jyl asintió aferrándose más al abrazo.
Los dos hombres, junto con la pequeña, se dirigieron a su habitación, dejaron a Jyl en el medio de la cama y se apretujaron cada uno por un lado, tratando de calmar a la joven y que fuera capaz de conciliar el sueño de nuevo.
Despertó con el sonido de un coche alejarse de la propiedad, se incorporó rápidamente y miró por la ventana, pero no alcanzó a ver el vehículo, por lo que bajo corriendo las escaleras, ¿se habían ido?, pensó la joven preocupada.
-"Niña, Jeff te ha dicho varias veces que no corras por las escaleras"- Se giró y vio a Colton en una esquina colocando documentos en la estantería.
-"¿Jeff se ha ido?"- preguntó echando una ojeada a toda la estancia.
-"Si, ha ido a Kaster por asuntos de trabajo"- le explicó, mientras se acercaba a ella y la giraba en dirección a la cocina. -"Venga, ahora a desayunar"-
-"¿Fue a ver a Jared?"- Jyl se sentó en la silla que acostumbraba a estar.
-"Así es"- y sin decir más, el agente empezó a preparar el desayuno. Jyl le embargó un sentimiento de pena, ella quería haber ido, pero sabía que aún era peligroso, y que Jared no se lo tenía permitido, pero aun así...se sentía triste.
-"Anima esa cara niña"- dijo, dejando un bol de cereales enfrente suya -"Si todo va bien, en nada volverlas a ver al señor Shepard"-
-"¿Tú crees?, ¿pronto?, ¿Cuándo?"- preguntó animada, metiendo unos pocos cereales en la boca.
-"Para el carro, niña. Jeff volverá a la tarde y nos pondrá al tanto de los avances"- dijo, sentándose a su lado con una media sonrisa. -"Ten"- y diciendo esto, le puso la fatídica pastilla delante.
Jyl bufó cuando la vio, otra vez esa maldita pastilla, era tan grande que casi no podía tragarla, la odiaba, y tendría que estar tomando esas vitaminas un buen tiempo, la miró detenidamente y luego centró su vista en el agente, que tomaba su café distraído leyendo el periódico.
-"Colton"- llamó, y este alzó la mirada en su dirección.
-"¿Puedo tomar la pastilla más tarde?"-
-"Ah no niña, Jeff me dejó claro que te la tenías que tomar, y no creo que haga falta que te mencione lo que me dijo si no lo hacías"- Glup..., Jyl trago fuerte, sabía de antemano lo que pasaría, y eso le puso la piel de gallina. Jeff podía ser una persona muy cariñosa y atenta, pero cuando se enfadaba era lo peor, y su trasero aún seguía sensible. Con pesar, agarró la pastilla y después de varios intentos, logro tragársela.
-"¿Puedo ir a las cuadras?"- ese sitio era uno de los preferidos de la joven, ya que estaban los caballos y su amigo el gato, que ya empezaba a hacerle más caso.
Después de un afirmativo por parte del agente, subió a su cuarto a cambiarse y abrigarse, ya que ese día había amanecido con el cielo completamente encapotado, y un viento del norte hacía que la sensación térmica fuese de varios grados por debajo de la marcada. Cuando llegó la tarde estaba tan cansada de haber jugado con los caballos y con el gato que se quedó frita en el sofá, tenía la intención de esperar la llegada del coche de Jeff, pero sus parpados ganaron el duelo, y calló en los brazos de Morfeo.
-"Pequeña, despierta"- sintió caricias en su rostro, y poco a poco fue abriendo los ojos amodorrada. -"Si duermes tanto, luego no dormirás por la noche"- al final abrió sus ojos y se encontró con la mirada llena de ternura del exmilitar.
-"Jeff¡"- salto a los brazos del mayor que la apretó a su fuerte pecho.
-"¿Cómo ha pasado el día está pequeñaja?"- le dio unos cuantos besos sonoros en la mejilla y el cuello que hicieron a Jyl retorcerse por cosquillas -"¿Has sido una buena niña?"- preguntó levantándose con ella en brazos.
-"Me he tomado la pastilla, puedes preguntarle a Colton"- susurró escondiendo su rostro en el hueco del cuello y el hombro de mayor.
-"Muy bien, eres una niña muy obediente"- la elogio acariciando su espalda de arriba abajo, sabía que Jyl necesitaba grandes dosis de cariño, sobre todo después del accidente, y ese era un aspecto que cumpliría a raja tabla.
-"¿Has estado con Jared?"- preguntó mirando al mayor a los ojos.
-"Así es, me ha dicho que te dijera que te quiere mucho y que pronto os veréis"-
-"No es justo, tú lo has visto hoy..."- susurró con pesar, apoyado la cabeza en el fornido hombro de Jeff.
-"Vamos pequeña, solo unos días más y lo volverás a ver, umm"- le dijo muy cerca de su oído, mientras le daba suaves palmadas en el trasero, Jyl suspiró y se dejó querer.
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Cuntercurt
Teen FictionLa vida de Jyl, una joven de 14 años, es una lucha diaria por la supervivencia en las implacables calles de la ciudad de Kaster, estado de Cuntercurt. Con la astucia y el coraje forjados por las circunstancias, Jyl se ha convertido en una maestra de...