Capítulo 14 - La Biblioteca

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Habían pasado por lo menos unas cuantas horas, cuando Colton, entró en la habitación y encontró a la joven dormida en la bañera del piso superior, se acercó lentamente y la zarandeó ligeramente para no asustarla. Jyl abrió los ojos poco a poco al notar el contacto.

-"Colton..."- dijo incorporándose aún algo somnolienta y la voz llorosa.

-"Hola, niña"- la sujeto para facilitarle la salida de la bañera.

Para sorpresa de Colton, la joven se echó a sus brazos en el momento en que él la sostuvo y empezó a llorar en su pecho. Pasaron un tiempo abrazados, hasta que Jyl se calmó y se separó del agente.

-"Lo siento..."- dijo, poniendo se de pie.

-"Será mejor que volvamos, el señor Shepard está preocupado"- comentó abriendo la puerta para salir.

-"Colton, seguro que estará muy enfadado, ¿verdad?, le he gritado y..."- a Jyl se le cayeron unas lágrimas al recordad como se había comportado con el gobernador.

"El señor Shepard solo se preocupa por ti, niña, venga, vamos a verle"- y emprendieron la marcha hasta llegar al despacho del gobernador.

Cuando entraron Shepard alzó la vista, estaba sentado en su escritorio, como siempre, la joven permanecía cabizbaja, no se atrevía a mirarle a la cara, Colton explicó al gobernador donde la había encontrado, después de la explicación el agente se retiró dejando a Jyl.

El gobernador se levantó y se acercó hacia la joven, esta alzó la vista con cara culpable -"Quiero que vayas a esa esquina y te pongas mirando contra la pared"- dijo, llevando a la joven por la nuca suavemente hacia ese lugar.

-"No podrás moverte hasta que yo te lo diga, cuando te llame te haré una serie de preguntas y dependiendo de lo que contestes, recibirás un castigo"- dijo el hombre con una voz sería y grave -"por lo que te aconsejo que medites en este tiempo todo lo que has hecho, ¿Has entendido?"-

-"Si..."- murmuró levemente. Notó como el gobernador se alejaba y se volvía a sentar en frente de su escritorio.

Vaya, esto era nuevo, nunca la habían puesto de cara a la pared, la verdad es que no se le veía muy enfadado, Jyl pensaba que le gritaría, pero no, solo estaba bastante serio. Estuvo un buen rato allí de pie, la verdad que esas preguntas que Shepard le haría le asustaban, sobre todo si de las respuestas dependiera un nuevo castigo.

-"Joanie, ven aquí"- la joven respiró hondo y se dio la vuelta, el gobernador estaba de pie apoyado en el borde de su mesa con los brazos cruzados, avanzó hasta quedar a uno o dos metros delante de él.

-"¿Qué es lo que has hecho hoy para merecer estar de cara a la pared?"- pregunto.

-"Te he gritado, te he faltado al respeto, me he ido corriendo y te he dicho que te odio, pero no es verdad, no te odio..."- contesto con un hilo de voz llorosa.

-"¿y qué más?"- volvió a preguntar. La joven lo miró pensativa, no recordaba haber hecho algo más, aparte de lo mencionado.

-"umm..., ¿tirar los libros?"- respondió Jyl.

-"Aparte de eso, jovencita, has tenido una rabieta, por lo general las rabietas no son algo del todo negativo, son normales en los niños, pero lo que sí es negativo, es el hecho de que sigues sin acatar mis normas"- respondió Shepard con el ceño fruncido.

-"Por lo que a partir de hoy voy a ser más duro contigo"- continuó el gobernador -"No puedes ver a ese joven, no puedes salir sin mi permiso, tampoco te devolveré tu teléfono, y si sigues comportándote de esta manera, tardarás mucho en volver a ver tu monopatín, y por supuesto no toleré ninguna subida de tono en mi presencia, ¿te ha quedado claro?"-

-"Si...lo siento"- dijo la joven con los ojos vidriosos.

-"Ahora vamos a ir al comedor a que comas algo, con esta pequeña escapa te has saltado el almuerzo"- dijo con mala cara.

La comida fue silenciosa, pero Jyl lo prefería así, se sentía muy culpable por lo que había hecho, lo único que quería era ir a su habitación y encerrarse allí, y que las horas pasasen, sentía una presión en el pecho de angustia, pero cuando al fin terminó de comer y de tomarse las pastillas, Shepard le dijo:

-"Ahora quiero que vayas a la biblioteca y recojas los libros que has tirado, luego quiero que vuelvas a mi despacho y hagas una redacción sobre lo importante que es tratar los libros con respeto"-

La joven asintió y fue a la Biblioteca, recogió los libros que estaban en el suelo y los volvió a colocar en su sitio, por orden alfabético, y luego, muy a su pesar, se dirigió de nuevo al despacho del gobernador, este volvía a estar en su escritorio, pero había una silla justo a su lado con unos papeles delante.

-"Ven, siéntate aquí"- dijo señalando la silla -"quiero que cubras las tres hojas con la redacción, ¿de acuerdo?"- dijo, mientras le acariciaba la nuca. Eso era una buena señal, pensó Jyl, esa muestra de afecto indicaba que ya no estaba enfadado y su entrecejo se había suavizado. Por lo que la joven se apresuró a redactar sin quejarse, mientras el gobernador seguía trabajando y recibiendo llamadas.

Al cabo de una hora y media aproximadamente, la joven terminó las tres hojas, fue un auténtico suplicio, ya que realizar una redacción sobre la importancia de tratar bien los libros y rellenar esas hojas no era nada fácil, ya no tenía temas para relacionar, pero por suerte logro escribir suficiente para completar dicha tarea.

-"Ya he terminado"-

-"Buena chica"- dijo y cogió las hojas que la joven le entregó, ojeó por encima la redacción -"Está bastante bien, tienes algunas faltas ortográficas, pero con el tiempo irás mejorando" - contestó con una leve sonrisa de satisfacción.

-"¿Has aprendido que debes obedecer todo lo que te diga y que no debes alzarme la voz bajo ningún concepto?"- pregunto mirando a los ojos de la joven.

-"No volveré a hacerlo, te lo prometo"- contestó la joven.

-"Muy bien, ahora puedes irte, en unas horas te llamaré para cenar"- y diciendo esto, se acercó y beso la frente de la joven con ternura.

Jyl no aguantó más y se echó a los brazos de Shepard, que la cogió como si fuese un niño pequeño, acunándola en su regazo. -"Eres una buena niña, y aunque a veces te portes mal, eso no significa que deje de quererte, ¿lo sabes, no?"- dijo secando las lágrimas que empezaban a brotar de ella. Jyl asintió y se acurrucó todo lo que pudo en el pecho del mayor.

-"¿No quieres irte?"- preguntó acariciando su mejilla.

Jyl solo negó con la cabeza y permaneció en el regazo de Shepard muy pegada, este continuó trabajando con ella encima, mientras de vez en cuando le acariciaba y susurraba cariñosamente. Cuando notó que la despertaban se dio cuenta de que se había quedado totalmente dormida en los brazos de Shepard.

-"Despierta, pequeña, es hora de cenar"-

Después de la cena, Jyl se encontraba agotada por el ajetreado día que había tenido, por lo que se metió en cama justo después y se volvió a quedar dormida al momento.

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