Capítulo 42 - La Pastilla

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-"Colton¡, Coltoon¡"- el agente escucho desde su despacho en la planta de arriba del rancho, como Jyl lo llamaba y seguidamente escuchó pasos apresurados corriendo por la casa.

EL agente se encontraba modificando los planos de las instalaciones de la casa del gobernador para aumentar la seguridad, aún no había vuelto al trabajo debido a su brazo, necesitaría unos cuantos días para recuperarse completamente, por lo que se encargaba de rediseñar y revisar los avances que se realizaban día a día en Kaster. De pronto la puerta se abrió de repente, revelando a una agitada Jyl que corrió a su lado abrazándolo.

-"Colton, ayúdame, por favooor"- rogó la joven pegándose a su pecho buscando resguardo.

Jyl había aprendido que cuando Jeff se enfadaba, Colton podía calmar la situación y apaciguar el enfado del mayor, e incluso podía llegar a evitar algún que otro castigo.

-"¿Qué has hecho ahora, niña?"- preguntó el agente elevando su mentón para ver cómo se le aguaban los ojos.

-"Yo...yo..."- reprimió algunos sollozos -"Yo no quería tomarme la medicación, y...le tire la pastilla a la cara..."- lo último fue dicho escondiendo su rostro en la camisa de Colton.

-"¿Se la tiraste a la cara?"- preguntó incrédulo, sabía que ese tipo de berrinches Jeff los cortaba con unos buenos azotes, y en estas situaciones él poco podía hacer, ese tipo de faltas de respeto solían enfadar mucho al mayor. Se escucharon pasos subir las escaleras y en segundos la puerta se abrió dejando ver a un Jeff con cara severa, haciendo que la chiquilla se aferrase más si cabe a Colton.

-"Jyl, ven aquí"- su orden fue seca y firme, haciendo temblar a la joven.

-"Jeff, creo deberíamos calmarnos todos"- intercepto Colton, intentando rebajar el ambiente.

-"No Austin, esta vez sí se merece un buen castigo"- dijo enfadado, y luego dirijo su mirada a la joven con el ceño fruncido -"¿Cres que puedes tirarme cosas a la cara, eh?"- Jyl permaneció agazapada escondiendo su rostro, no se atrevía ni a mirarlo, por su tono sabía que estaba muy, muy enfadado.

Escuchó pasos acercarse y unos fuertes brazos alzándola, Jeff la sentó en su antebrazo y salió con ella de la habitación, Jyl no se atrevía a decir nada, solo unos leves sollozos se escucharon, estaba segura que esta vez no se libraba de un castigo.

Entraron en el dormitorio de ellos, el mayor se sentó en la cama y dejo a la joven de pie enfrente suyo, pasó un tiempo sin que ninguno de los dos dijera nada, Jyl permaneció con la mirada al suelo hasta que la alzó debido a ese silencio, ella había pensado que Jeff empezaría a castigarla al momento de cerrar la puerta, pero eso no sucedió.

Cuando logro hacer contacto visual, se encontró con la mirada penetrante del hombre, que la miraba seriamente con los brazos cruzados.

-"¿No tienes nada que decirme?"-

-"Lo...lo siento"- dijo al fin la joven arrepentida. -"no quería hacer eso..."- susurró bajando la mirada de nuevo.

-"Tus ojos en los míos"- Dijo, haciendo que la joven elevase de nuevo la mirada -"Agradezco la disculpa, pero no voy a tolerar este tipo de acciones, aunque se trate de un berrinche. Por lo que hoy te has ganado un buen castigo"-

-"No, Jeff, no volveré a hacerlo"- rogo, con ojos vidriosos.

-"Te diré lo que va a pasar"- le dijo mientras la sujetaba por el brazo y la atraía hacia él lentamente -"Primero te quitaré el pantalón del pijama y te daré unos merecidos azotes, y luego te tomarás la pastilla"- sentenció agarrando el elástico para bajarlo.

A Jyl se le pasó por la cabeza echar a correr, pero era evidente que no podría llegar muy lejos, en tres zancadas, Jeff la habría alcanzado y eso sería aún peor, intentó alejar las manos del mayor para evitar que le quitara el pantalón, pero un fuerte manotazo en su muslo la hizo retirarlas con un doloroso quejido.

Con maestría Jeff le saco la prenda con rapidez y automáticamente se encontró boca abajo, notó como le bajaba la ropa interior, e intentó levantarse, pero fue inútil, con una mano en la espalda y la otra en los muslos quedaba completamente inmovilizada.

-"¿Por qué te voy a castigar, jovencita?"- preguntó.

-"P-por t-tirarte la...la pastilla a la cara"- Jyl ya se le saltaron las lágrimas aun sin empezar.

-"Nunca más"- y acto seguido comenzó a golpear alternado cada nalga. En ese momento Jyl empezó a gritar y llorar con más fuerza, sentía que con cada golpe un calor ardiente se extendía entre nalga y nalga, y lo peor fue cuando empezó a azotar el inicio de sus muslos.

-"Nooo, Jeff, paraa...no volveré a hacerlo¡¡"- gritaba pero el hombre era implacable, y no se detenía.

Notó como la alzaba un poco, elevando más si cabe su trasero y dos fuertes azotes cayeron sobre el inicio de sus nalgas, haciéndola gritar de dolor. Jeff quería asegurarse de su mensaje, y esas dos últimas nalgadas fueron especialmente fuertes. Jyl lloraba a moco tendido.

Notó como la cambiaban de posición y se encontró en el regazo del Jeff pero esta vez abrazada y apretada al pecho del mayor, estuvieron un largo tiempo, hasta que Jyl logró calmarse. Le escocia horrores el trasero y se había quedado sin fuerzas de tanto llorar, por lo que se dejó mimar y acariciar, permaneció con los ojos cerrados hasta que sintió como Jeff se levantaba y la dejaba sentada en la cama. Jyl se quejó levemente al sentir el contacto del colchón con su trasero aun desnudo, estaba segura que no podría sentarse cómodamente durante una temporada.

El mayor agarró el pantalón del pijama que se encontraba en el suelo y se lo puso delicadamente intentando no rozar mucho el trasero de la joven, sabía que había sido estricto pero consideró necesario, ya que la faltas de respeto si no se atajaban a tiempo, podrían desembocar en verdaderos problemas a largo plazo.

Jyl estaba cansada y sensible, solo quería ser abrazada, pero por otra parte, sentía un enfado muy dentro de ella, odiaba cuando Jeff la castigaba, no era justo, a cada poco él estaba en cima, ordenándole cosas constantemente: haz esto, haz lo otro, tomate la pastilla, comete todo...

Cuando Jeff intentó cogerla en brazos, ella se revolvió y salió apresuradamente de la habitación, no quería verlo, estaba enfada, y la cosa empeoraba ya que a cada paso, notaba el roce del pijama en su trasero, y era horrible¡

Entró en su propia habitación y se tiró en la cama boca abajo escondiendo su rostro en su querido mono peluche, pensó en Jared, y de cómo le apetecía estar a su lado, sentir su calor y su cariño. Lo necesitaba, y él no estaba. Al poco, sintió pasos y escucho como habrían su puerta.

-"Vete"-

Jeff no hizo caso a ese pedido, y se sentó en el borde la cama acariciando la espalda de la joven en forma de círculos.

-"Tienes que tomarte la pastilla, pequeña"- Jyl soltó un suspiro, no se libraba de ella.

Apenada se incorporó y dejó cogerse por Jeff que la llevó en brazos hasta la cocina, donde la dejó en una silla que tenía un cojín puesto de antemano. En frente tenía la fatídica pastilla un vaso de agua, la odiaba, era enorme, y le costaba mucho tragarla. Con dificultad, logro tragarla con un gran sorbo de agua, dejó el vaso sobre la mesa y miró a Jeff, este lo miraba con cariño, lo que la hizo formarse un pequeño puchero, seguía enfadada con él.

-"Quiero llamar a Jared"- pidió en un susurró, mirando de reojo al mayor.

-"Esta bien, pequeña, pero antes quiero un beso y un abrazo"- Con reticencia, se bajó de la silla y se acercó al mayor, que la volvió a cargar en sus brazos y le dio un tímido beso en la mejilla, este la apretó fuertemente contra su pecho, y empezó a acariciar circularmente las maltratadas nalgas de la joven. Jyl, escondió avergonzada su rostro en el cuello del mayor, la verdad que esos masajes apaciguaban un poco el escozor que aún seguía sintiendo.

-"¿Estas mejor, pequeña?"- le preguntó dándole numerosos y sonoros besos en la parte del cuello que tenía libre.

-"No...me duele mucho, has sido muy malo conmigo"- le reclamó apretándose más contra el cuerpo del mayor.

-"¿Asique he sido muy malo con esta pequeñaja?- jugó con su barba de pocos días para hacerle cosquillas -"ummm, me pregunto ¿porque habrá sido?"- al poco, Jyl no se pudo aguantar y las cosquillas la hicieron reírse y retorcerse.

-"Pero mira que tenemos aquí, ¿un pajarito quiere salir a volar?"- se río con voz cristalina, haciendo vibrar todo su pecho.

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