cuatro

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Los atacantes calleron como moscas sobre el auto del recién construido matrimonio, Yibo tenía a Zhan en sus brazos le había prometido a sus padres y tíos los Xiao que protegería al chico incluso con su vida, pero el golpe lo había dejado muy estropeado.

El chófer junto a los pocos guardias que aún quedaban en pie, le hicieron frente a los agresores, hasta donde podían pero los superaban en número y en estabilidad pues algunos solo seguían batallando por miedo al joven Wang, preferían morir antes que decirle a Yibo que habían dejado que se llevarán al Xiao por su ineficiencia.

Los atacantes estaban a punto de salir corriendo del lugar, a pesar de estar más muertos que vivos no se rendían por ahora el maldito de Wangji estaba inconsciente y a pesar de eso no soltaba al doncel que dormía plácidamente en sus brazos al menos esa era la impresión que daba.

Desde un lugar seguro Yang vigilaba que sus hombres cumplieran sus órdenes, pues tenía prohibido por su esposo que se involucrará directamente con ese hombre, Wang Yibo era un empresario honesto y exitoso en apariencia pero era un hombre cruel y despiadado en las sombras.

Song Lang el esposo de Xue Yang había competido con ese hombre en ambas caras de la moneda, Wang Yibo y Wangji como lo conocian en el bajo mundo eran sinonimos de respeto por obvias razones, Lang habia recibido muchas patadas en las bolas de parte de el hombre, en otras palabras, Song Lang había mordido el polvo de la manera mas manera contundente, en el plano empresarial por Yibo y en los negocios turbios por Wangji.

En un breve instante que parecía para los pobres , maltratados y sangrantes escoltas del Wang, una eternidad el equipo fantasma logró arrebatar al doncel Xiao de los brazos del inconsciente Wangji, este pego un chillido nada masculino que hizo que todos se taparan los ojos con horror.

Habían despertado a la bestia, para acabar con el colmo el único que podría calmar a ese demonio estaba inconsciente, que dios se apiade de nuestras almas, declaró el líder de los escoltas, al ver cómo esos idiotas tomaban al doncel de los cabellos para tratar de que se callara, hooo noooo, santa mierda grito otro del lado Wang, será mejor que nos resguardados señor, exclamó el más lastimado.

No , no podemos dejarlos que lo lleven al limite , si es así ni nuestro señor saldrá vivo de esta, apenas estaban discutiendo sobre sus acciones, cuando unos gritos de dolor comenzaron a oírse en el otro bando, Zhan había arrancado la garganta a más de tres tipos de un solo movimiento, se reía de una manera inocente mientras lamia la sangre de sus dedos.

Uno a uno el chico los fue despachando, acaso ese era el delicado doncel Xiao, no era un doncel mimado que lloraba solo por que le negaban una golosina, que diablos había pasado aquí, alguien cometió un error, un enorme error, pero ahora solo les quedaba tratar de escapar de ese mocoso rompe huesos.

Después acabar con los enemigos, que por cierto eran muchos, al menos para el Xiao y su delicada apariencia, volteo a ver a los que estaban tratando de pasar desapercibidos, escondidos detrás de la camioneta donde antes viajaba con ese hombre que ahora era su esposo.

Miro a muchos hombres sangrantes, no reconocía a ninguno, busco con la mirada los ojos dorados de su amo y señor, pero no los encontró, así que bueno tenía tiempo de sobra para despedazar a otros cuerpos más, así que empezó a caminar hacia ellos.

Lele tomó el cuerpo de su jefe,pensó en salir de ahi al menos con el Wang, tratar de sacarlo del alcance pero era demaciado tarde, la bestia Xiao lo había detectado, esa era su confirmación de que esa noche no llegaría a su casa otra ves, no arroparía a sus gemelos en su cama,ni volvería a decirle te amo a su mujer.

Consentido...???Donde viven las historias. Descúbrelo ahora