Hanbin conoció a Zhang Hao durante las vacaciones en casa de sus abuelos, sin imaginar que durante las próximas semanas surgirían sentimientos que ninguno tenía previsto, ¿Pero que pasara una vez Hanbin regrese a su hogar?¿lo recordará?...
- " A todos los pasajeros con destino a Canada, favor de dirigirse a la fila de abordaje... "
8 horas antes ...
Hanbin y su madre regresaron a casa después de comer un helado en el parque, al entrar todo el lugar se encontraba en total silencio y de no ser por la mochila que se encontraba en la sala de estar, Hanbin no hubiera gritado con emoción.
- ¡Mamá! Es la mochila de papá
Hanbin corrió hasta la cocina donde se encontraban sus abuelos sentados y junto a ellos su padre, ninguno decía nada, solo estaban sentados viendo a la nada hasta la llegada de Hanbin.
- ¡Papá volviste! - saltando a los brazos de su padre.
- ¡Hola campeón! ¿Te portaste bien?
- Si, mamá y yo te echamos de menos
- Y yo a ustedes, pero te tengo una sorpresa
- ¿Enserio, que es? - respondió emocionado
- Por que no vas y lo descubres, está en mi mochila
Hanbin atravesó el gran pasillo para llegar hasta la mochila y al abrirla se encontró con una caja llena de pinceles, acuarelas y lienzos de diferentes tamaños.
- Es increíble, muchas gracias
- ¿ Por qué no vas a tu cuarto y dibujas algo?
- Si haré algo para Hao y se lo daré mañana
Los mayores permanecieron en silencio hasta que escucharon los pequeños pasos de Hanbin sobre las escaleras y el sonido de la puerta de su habitación cerrarse.
El señor Sung tenia algo que decir, algo que estaba a punto de cambiar sus vidas y a pesar de ser una decisión apresurada, no habría nada que lo hiciera cambiar de opinión.
Las negociaciones con los inversionistas en el extranjero habían salido mejor de lo esperado, así que por su participación y destacada colaboración, había recibido un ascenso como parte del equipo directivo del nuevo proyecto, sin embargo la única condición era vivir en Canadá lo antes posible o al menos antes del inicio del nuevo proyecto a tan solo dos días.
La empresa se encargaría del alojamiento y los víveres necesarios durante su estancia, además del financiamiento de la educación de su hijo. Era la oportunidad que por tanto tiempo había estando esperando y no debía desperdiciarla.
El señor Sung tenia en su bolsillo tres boletos de avión con destino a Canada para esa misma noche, así que no había nada que discutir, la decisión ya estaba tomada.
Nadie se había percatado de la presencia de Hanbin al otro lado de la puerta hasta que no pudo contenerse más y grito con todas sus fuerzas.
- ¡ NO ME QUIERO IR, TODAVÍA NOS QUEDAN DIAS AQUI ! - provocando que todos se sobresaltaran.
- Bebé tranquilo ven con mamá y hablemos.
- No puedo dejar a Hao solito, le prometí que mañana jugariamos - respondió con lágrimas en los ojos y un pequeño puchero
- Lo se cariño pero nos tenemos que ir.
- ¡No quiero!
- Hanbin escucha a papá un momento ¿Si? - dijo la mujer dejando que el mayor se acercará a su pequeño.
- Bin yo sé que es difícil pero es por nuestro bien, te prometo que vamos a regresar.
- Pero es que yo no me quiero ir sin ver a Hao, se lo prometí, le dije que todavía no me iría - respondió derramando más lágrimas que al comienzo.
- Bin para cuando nos vayamos ellos ya estarán durmiendo, no puedes despertarlos, puedes dejarle un mensaje con la abuela y ella se lo dará.
- Pero papá yo no me quiero ir, tengo algo que decirle - dijo Hanbin tratando de contener su llanto.
- Tenemos que irnos Bin, asi que ve a tu cuarto y prepara tu maleta.
- !No es justo!
Hanbin subio nuevamente las escaleras hasta llegar a su habitación y cerrarla, dejando a todos en la cocina en silencio sin saber que hacer.
Al cabo de unos minutos la señora Sung toco la habitación de su hijo para tratar de hablar con el.
- Bini soy mamá, ¿Podemos hablar?
Hanbin abrió la puerta y enseguida abrazó a su madre aún dejando escapar pequeños sollozos.
- Cariño yo sé que no quieres irte pero papá lo hace por nosotros y está muy triste por qué te enojaste.
- ...
- Está bien si no quieres hablar, pero escúchame un momento.
- ...
- Bini estoy segura que Hao entenderá por qué no te has despedido de el y se que no estará molesto contigo
- ¿De verdad lo crees?
- Estoy seguro de eso, así que termina tu dibujo y la abuela se lo dará.
- Prometes que regresaremos.
- Te lo prometo...
Las horas pasaban como el agua entre las manos, la maletas estaban listas, su habitación estaba en orden como el primer día que habían llegado, todo estaba listo y no había nada que pudiera hacer.
Mientras la pareja acomodaba el equipaje en el maletero y sin que nadie se diera cuenta, Hanbin corrió con todas sus fuerzas hasta el parque, dejando el pequeño lienzo con un sobre para Hao en una de las bancas donde siempre lo esperaba por las mañanas, con la esperanza de que pudiera llegar a sus manos.
- "Haohao papá está de vuelta y me tengo que ir, no sé cuándo volveré pero ahora vivire en el país de la hoja de arce, perdón por no despedirme, te prometo que nos volveremos a encontrar " - Hanbin
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Hanbin ahora se encontraba a punto de abordar el avión y lo único que deseaba era que Zhang Hao recibiera su mensaje y en algún futuro poder encontrarse una vez más...
