╰┈➤ 𝗘𝗡 𝗨𝗡 𝗠𝗨𝗡𝗗𝗢 𝗟𝗟𝗘𝗡𝗢 𝗗𝗘 𝗣𝗘𝗥𝗦𝗢𝗡𝗔𝗦 𝗖𝗢𝗡 𝗣𝗢𝗗𝗘𝗥𝗘𝗦, donde el fenómeno de las peculiaridades ha puesto en escena al mundo, no es de extrañar que tengas uno, pero sí bastante extraño.
Una peculiaridad que te permite conoce...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Había un momento y un lugar para todo y, francamente, éste no era el momento adecuado.
Regresaste a clase con dificultad, con la esperanza de agarrar tu mochila que dejaste descuidadamente. Al alejarte de Midoriya y All Might, tu mente daba vueltas con los eventos que sucedieron y las palabras que tu compañero de clase había pronunciado.
── Obtuve mi don de otra persona.
── ¡Algún día lo haré mío!
Dejaste un suspiro. ¿Qué significó todo? Midoriya definitivamente no era del tipo que bromea, pero sus palabras casi parecían sobrenaturales. Pero claro, tus propios secretos también eran bastante sobrenaturales.
── Una peculiaridad de alguien más... ¿quién? ── Pensaste sin palabras, haciendo girar uno de tus mechones blancos como la nieve en tu dedo. Una peculiaridad que cataliza una velocidad extrema y una superfuerza, pero que le provocó huesos rotos.
¿Quizás fue un miembro de la familia? ¿O tal vez un héroe reconocido?
Nerviosa, subiste las escaleras a trompicones, pesadamente agobiada por cientos de posibilidades sobre la condición de Midoriya. La ventana junto a las escaleras te daba la vista del cielo rojo anaranjado, mientras All Might estaba charlando con Midoriya.
Frunciste el ceño, sacudiendo la cabeza para olvidar los interminables razonamientos de la impulsiva confesión de Midoriya.
Por mucho que quisieras entrometerte, sabías que no eras alguien que hablara. Como Midoriya dejó en claro que no iba a abrirse más, tú tenías tus propias cosas que te gustaría mantener ocultas por el momento.
No era el momento adecuado para contárselo.
Tampoco es el momento adecuado para que escuches la explicación de Midoriya.
Por eso respetarás sus límites tal como él lo hará.
Al llegar a la entrada de tu salón de clases, alguien te detuvo rápidamente con una mano que te sujetaba el codo, lo que provocó que te detuvieras abruptamente. Miraste al perpetrador, tus ojos azules se encontraron con los familiares ojos Índigo, cansados y aburridos con los tuyos.
