╰┈➤ 𝗘𝗡 𝗨𝗡 𝗠𝗨𝗡𝗗𝗢 𝗟𝗟𝗘𝗡𝗢 𝗗𝗘 𝗣𝗘𝗥𝗦𝗢𝗡𝗔𝗦 𝗖𝗢𝗡 𝗣𝗢𝗗𝗘𝗥𝗘𝗦, donde el fenómeno de las peculiaridades ha puesto en escena al mundo, no es de extrañar que tengas uno, pero sí bastante extraño.
Una peculiaridad que te permite conoce...
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Cruzaste lentamente los pasillos de la U.A., caminando con cierta lentitud hacia tu aula. Bostezaste con cansancio mientras te arreglabas la corbata a toda prisa.
Fue agradable ver la escuela llena de estudiantes después del cierre por el evento de la USJ. Solo se oía una ligera charla en los pasillos, lo que te tranquilizó un poco. Supongo que la mayoría de los estudiantes no estaban preocupados por la llegada del Pokémon anunciado ayer.
Por otro lado, podrían asumir que era una broma.
¿Quizás tu compañero de clase también lo asumiría? Eso iría bien y te evitaría una confrontación. Pero claro, les dieron un lugar en primera fila para ver tus poderes y apariencia Pokémon. Así que dejaste de pensarlo con un profundo suspiro. Ya ni siquiera era una sorpresa que lo supieran. Caminaste hacia tu aula, sintiéndote más ansiosa a cada paso.
Aún así, te sorprendiste al poder ponerte el uniforme correctamente después de despertarte un poco más tarde de lo necesario. El viaje a Deika fue bastante agotador, mucho más de lo esperado, ya que los eventos de ayer estuvieron llenos de sorpresas para las que suponías que tu cuerpo no estaba preparado.
Entraste al aula sin pensarlo dos veces. No tenía sentido estar frente a la clase preocupándote por las posibilidades; era ahora o nunca. Deslizando la puerta en silencio, te saludaron todos tus compañeros charlando en sus asientos, incluyendo a un Iida algo frustrado en el suyo. Eso fue rápido.
── Oh, soy la última. ── Pensaste mientras cerrabas la puerta tras de ti, alertando a tus compañeros, que ahora te observaban fijamente al llegar.
Se hizo el silencio, quizás por unos segundos. Y solo pudiste quedarte de pie frente a la puerta, incómoda, con las miradas de todos fijas en tu figura rígida. Oh, definitivamente conocían la conexión entre tú y el Pokémon, así que estás perdida.
Quizás podrías fingir que estabas completamente desorientada, pero rápidamente descartaste la idea; ya no había vuelta atrás. Tus ojos comenzaron a moverse con incomodidad.
── Uhh... Bien, buenos di- ── Saludaste con una sonrisa forzada
── ¡Sinno-chan! ── Abriste los ojos de par en par, cuando de repente algunos de tus compañeros se pusieron de pie y corrieron hacia ti con amplias sonrisas. Un uniforme flotante te atrapó, lo que te hizo abrazar inconscientemente a la alegre Hagakure.
