Capítulo 7: Siempre trenza tu tristeza.
El plan de hoy es: Seguir con vida un día más.
En los últimos días la caza contra las brujas había aumentado; y el hecho de que me había expuesto frente a desconocidas me hacían tener el perfil más bajo que de costumbre.
No se lo había comentado a nadie de mi familia. Tenía miedo y estaba avergonzada por haberlas decepcionado.
Prefería callar y esperar por mi destino.
—¿Mica? —mi hermana me regresó al presente—. ¿Cómo se lee esto?
Me fijé en dónde su dedo señalaba y comencé a leerle aún con la mente nublada.
Tengo miedo...
[🔥🔥]
A lo lejos miré como la silueta de Rose caminaba con urgencia hacia el bosque.
Comencé a seguirla solo para pasar el rato con ella, topándome con la escena de la pelinegra llorando en la orilla del lago de la otra vez.
—¿Rose?
Su cuerpo se contrajo a simple vista y en un intento disimulado se limpió las lágrimas.
—¿Estás bien? ¿Qué pasó?
—Sí —asintió sin voltear—. No es nada. Un bebé y su madre murieron en mi primera asistencia de parto sola.
¡Oh!...
—Estoy segura de que no fue tu culpa —intenté consolarla después de unos minutos en silencio—. Estoy segura de que hiciste todo lo posible para ayudarlos.
—Y lo hice... Pero...
La chica no pudo seguir pues su llanto regresó. Rápidamente me senté a su lado, la acerqué a mí y la dejé desahogarse.
Sus sollozos apretujaban mi alma y sacudían su cuerpo entre mis brazos.
—La mujer no tenía familia —lloró—. Ni siquiera sabía quién era el padre. Pero ella quería vivir.
Admiraba el trabajo de las parteras, no solo se dedicaban a ayudar a mujeres desconocidas a traer bebés al mundo de la manera más cómoda posible para ellas; sino que también aseguraban la salud. Todo eso con las emociones firmes.
—Ella quería a su bebé y quería vivir. Y yo lo arruiné —su respiración se cortaba—. ¡Yo los maté!
Pero al final del día, ellas eran humanos con sentimientos reales. Aunque no quisieran, sentían las ganancias y pérdidas como cualquier otro.
Ojalá no hubiera pérdidas; pero hace tiempo aprendí que la muerte era natural.
En algún momento les pasará a todos; solo queda aceptarla.
—¿Sabes que hace mi madre con la tristeza? —pregunté acariciando su espalda—. Trenzamos la tristeza.
—¿Cómo? —se separó limpiando sus lágrimas.
Con delicadeza tomé un mechón de su cabello y comencé a trenzarlo como Margaret hizo tantas veces conmigo y Miriam.
—Siempre trenza tu tristeza —su cabello negro empezaba a tomar formar—. Así el dolor quedará atrapado entre los cabellos y no podrá llegar al resto del cuerpo.
Su llanto empezaba a disminuir con cada cruce de cabello que hacía; eso me llenaba de paz.
—Cuéntale a la trenza tus penas —susurré—. El cabello es tan fuerte como la raíz de un viejo roble y tan suave como el musgo del bosque. Capaz de atrapar la tristeza como una telaraña atrapando sus presas.
Terminé de trenzar y la amarré con un pequeño cordón que traía conmigo.
—Cuando sientas que ya es tiempo de soltar, deshaces la trenza y dejas que el viento se lleve lo que se queda de tristeza.
Contemplé mi creación antes de mirar a la chica de frente.
—Hice lo mejor que pude. Margaret las hace más bonitas...
A los segundos sentí los brazos de la chica rodeándome con fuerza, instintivamente hice lo mismo.
—¡Gracias, Micaela!
Me limité a sonreírle y aceptar un segundo abrazo lleno de conformidad.
—Eres mi mejor amiga —murmuró.
—Y tú la mía —dije de vuelta llena de ternura.
Aunque en realidad era mi primera y única amiga.
Creo que siempre tuve la sensación de que no encajaba en la sociedad. Tal vez fue la primera vez que me hablaron sobre la sabiduría que podían poseer las mujeres.
Sabía lo peligroso que era tener amigas; incluso sabía el peligro que corríamos mis hermanas y yo al tenernos las unas a las otras.
Pero aun así lo quería. Quería tener amigas. Tener a alguien en quien confiar, con quien compartir mis alegrías y tristezas.
Y creo que por fin lo había cumplido.
Por fin tengo una amiga tan leal y de gran corazón como lo es Rose.
En los momentos más difíciles estaré a tu lado.
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Lavinia
RomanceSi alguien me hubiera advertido que todo terminaría como empezó, no hubiera corrido el riesgo. ¿O sí? [...] Primeras palabras escritas: 16/03/2022 Primer capítulo publicado: 26/04/2024 Últimas palabras escritas: 11/10/2024 Último capítulo publica...