Alexa Rodriguez, una famosa actriz y de vez en cuando también modelo se adentra en nuevas emociones y sentimientos que cambiarán el rumbo de su vida por completo tras conocer al actor Enzo Vorgincic. ¿Que fue lo que los unió?
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Ambos se quedaron un buen rato en el baño mientras Alexa se calmaba muy poco a poco. Enzo quería asegurarse de que Alexa se calmaba lo máximo, aún que seguía llorando sin cesar. Al fin y al cabo era algo inevitable, aquello la había traumado de por vida.
Enzo envolvía a la joven entre sus brazos y no dejaba de acariciarla para que se diera cuenta de que seguía allí con ella, y que no iba a dejarla sola más.
—Gracias Enzo. —su voz completamente rota rompió el silencio que se había creado. —Gracias...
—Mientras yo esté aquí todo estará bien. —dijo con un tono de voz sereno tratando de disimular el nudo que tenía formado en su garganta.
No podía ni imaginarse lo que debía sentir en esos instantes Alexa, pero sabia que debía estar destrozada.
—Quiero irme de aquí. —exclamó la chica en un hilo de voz.
Enzo agarró su mano tras separarse del abrazo y acarició su rostro de nuevo mientras sonreía levemente. Era tan preciosa, que le dolía verla tan mal. Le dolía que hubiera tenido que vivir eso y no haber sido capaz de evitarlo.
—Eres preciosa, Alexa. —dijo sin dejar de acariciar su mejilla con su pulgar.
Alexa bajo la mirada y la cabeza mientras dejaba ir más lágrimas. La joven no tan solo se sentía asquerosa por lo que acababa de pasar, también sentía vergüenza por cómo Enzo la había visto. Sabía que esa imagen quedaría grabada en la mente del actor y eso le hacía sentir mucho peor. No creía sus palabras, el mentía.
El actor se dio cuenta que lo mejor era dejar el tema. Todo era muy reciente y sabía lo duro que eran esos temas. Sin ni siquiera ser mujer se sentía mal. No conocía de nada a Alexa, y lo tenía presente, pero quería protegerle por encima de todo. Quería envolverla en sus brazos y no soltarla con el objetivo de poder protegerla de todos aquellos hombres asquerosos y malvados.
—Vamos. —extendió su mano para que la joven la agarrara y no se lo pensó dos veces antes de hacerlo.
Alexa sentía como Enzo era el único que podía protegerla ahora. Era el único que había estado con ella ahí todo el tiempo. La había protegido y le había salvado la vida. Confiaba mucho en Enzo.
Juntos salieron del baño y antes de salir de aquel bar decidió agarrar a Matías un momento para avisarle de que se marchaban.
