IV

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Una bocanada de humo aligeró la atmósfera, el cigarrillo se acercó a sus labios en forma de mariposa, la punta teñida de rojo brillante. Su brazo se apoyaba en la madera de los rieles del balcón, donde las plantas colgaban de los lados.

Mientras ella agitaba sus ojos para disfrutar del alivio de la droga, este fue sacado de sus labios para ser arrojado por el balcón. Sus ojos se abrieron al ver al causante de su perturbación, encontrándose con un par de ojos por encima de ella.

—Fumar es malo para tu salud. —El suspiró, apoyado en el balcón

— ¿Y cual es el punto? — Ella puso los ojos en blanco, sacando su paquete para agarrar otro. Todo el paquete desapareció de su mano cuando Jisung se lo arrebató, y lo arrojó duramente por el balcón

— ¿Qué mier--

— shh. — Jisung puso un dedo en sus labios. — Despertarás a los monstruos.

Aeri se burló. — uno ya se despertó. — Dijo y se empujó fuera del balcón, dio un paso hacia la puerta para ir y agarrar otros de sus paquetes de cigarrillo guardados en su gabinete.

Una mano se encontró con la puerta de cristal, deslizándola para mantenerla cerrada mientras el cuerpo de Jisung estaba siendo recargado en sus brazos, sus ojos en llamas la miraban en blanco, confundido. —¿Qué monstruo? —dijo, recibiendo una sonrisa, y la imagen de la chica elevando una ceja.

— Lo estás mirando ahora mismo.

Un monstruo era como alguien quisera ser llamado, pero cuando reconoces que de hecho eres uno, se cose en tu persona. No tenía miedo de los monstruos, ni de ser un monstruo. Tenía miedo de que la gente pensara que no era uno, porque entonces, ella habría conocido a una persona más intrépida que ella.

Aeri apretó su mano alrededor de la manija de la puerta, dándole un tirón antes de que fuera cerrada de golpe de nuevo, y ella apretó sus labios en frustración. — Dejame tomar mis cigarrillos. — Ella rodó los ojos, deslizando su mirada a la de él.

— Son malos para ti. — él tomó un pedazo de papel arrugado de su bolsillo, rasgando una tira de él y dándoselo a ella. — Haz estrellas es mejor. — Este casi sugirió como si ella no hubiera estado haciendo estrellas durante toda su vida. Esas estrellas de papel eran un alivio del estrés, pero cuando ese alivio se volvía ineficiente, habían otros métodos.

Ella asintió lentamente, tomando el papel y comenzó a doblarlo, ella había sido, extrañamente, obediente, pero eso no duró mucho cuando movió su cabeza hacia él y deslizó la estrella en su mano, tirando la puerta hacia ella y casi lastimando el brazo de Jisung.

— Aterrador. — Y lo decía en serio. Jisung la siguió, buscando en su habitación cualquier exceso de paquetes de cigarrillos mientras el dúo salía de su habitación. Al oír los pasos que la seguían, Aeri puso los ojos en blanco y bajo por las escaleras, con los dedos que bajaban por la barandilla. Esta dirigía a agarrar sus cigarrillos del suelo, pero se dio cuenta de que Jisung todavía estaba detrás de ella.

— Deja de seguirme. — se burló, mirándolo descuidadamente

—No te adelantes. — Este arrastró una esquina de sus labios hacia arriba, antes de colocar su mano en la puerta detrás de ella y se inclinó más cerca. Ella tenía esa expresión desinteresada, como siempre lo estaba.

—solo para recordarte que esta es mi c--

—Muévete. — Jisung se inclinó, empujando la puerta y deslizándose alrededor de su cuerpo. Ella se burló, la curiosidad alcanzando su máximo interés mientras giraba alrededor, ojos pegados en la espalda de Jisung.

𝐃𝐄𝐀𝐓𝐇 𝐖𝐈𝐒𝐇 𝐩.𝐣𝐢𝐬𝐮𝐧𝐠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora