𝐃𝐄𝐀𝐓𝐇 𝐖𝐈𝐒𝐇 𝐩.𝐣𝐢𝐬𝐮𝐧𝐠

V

— ¿Te sabes los números? —Él de repente se interesó. Dejando caer todas sus pertenencias, él se apresuró a ella mientras ella se dio la vuelta con una sonrisa astuta.

— ¿Qué números? — Actuar inocente era uno de sus rasgos fuertes, pero definitivamente no admirable. Su sonrisa estaba torcida, básicamente insinuando que sabía más de lo que parecía.

— ¿Cómo... cómo sabías algo ab-

— Solo escúchame. — Ella dijo mientras levantaba la mano, jugueteando con las hebras desordenadas de su cabello que le cubrían la frente. El no se alejó, estaba demasiado intrigado con esta fuente de información. — No ganarás la carrera contra mi hermano. Es despiadado, mucho. — Aeri se burló. — Si quieres caminar en una zona de guerra donde solo va a haber un vencedor, entonces adelante, ve a tu carrera.

—Aeri m— Jisung le agarró la muñeca, la hizo girar para que sus ojos se encontraran con los de él. — ¿me has estado espiando?

—¿Por qué crees que te elegí? — Ella sonrió, con los ojos formando una luna creciente.

— Eres aterradora. — Este dejó caer su muñeca.

— Gracias.

—Eso no era un cumplido.

—Lo sé. — ella lo escaneó arriba y abajo. — Sígueme.

***

— Es él. — Aeri señaló al hombre que salió de una reunión de equipo, con el casco colocado cuidadosamente sobre su cabeza.

— ¡Qué demonios Aeri! ¡Voy a ser atrapado! — Jisung se quejó entre dientes, tirando de la mano de Aeri odiosa mente con ojos abiertos mientras se agachaba junto a la multitud.

— Nadie sabe que eres Número--

Una mano se posicionó alrededor de su boca, tirando de ella por su abrazo mientras casi caían por los tramos de escaleras.

Se quedaron así por dos segundos, hasta que ella le cavo los dientes en la mano, a lo que jisung gimió, alejándose de ella.

— ¿Quién es el cretino ahora? — sus ojos brillaron, viendo como la atención de todos cambió a Jisung. La atención no se detuvo mucho en Jisung, hasta que toda la multitud volvió su atención a Aeri.

— ¡La princesa está aquí! — Y los siguientes eventos incluyeron gente corriendo hacia Aeri, derribándola mientras sus ojos se oscurecieron rápidamente, un velo de venganza la rodeó.

Jisung rápidamente perdió toda su atención en Aeri, tratando de salir de allí de inmediato. No tuvo en cuenta que no había ninguna manera posible de que alguien lo hubiera reconocido como Número 5, pero su imaginación le dijo lo contrario. Y por el hecho de que los miembros de su equipo ahora se apresuraban a ver la conmoción, sabía que tenía que salir de allí.

Aeri se desvaneció en su cabeza a pesar de esa situación, se arrepintió de dejarla atrás cuando la multitud se había callado como si les hubieran puesto una caja sobre ellos.

Aeri tenía una navaja de bolsillo, agarrada entre sus dedos mientras apuntaba hacia el suelo. Todo se congeló, y la mandíbula de todos se abrió ante la princesa que estaba delante de ellos.

Tuvieron suerte de que el pitido de salida se escuchara a través de la atmósfera, todos rápidamente dirigiéndose de nuevo a los asientos para ver la carrera que estaba a punto de comenzar.

Jisung suspiró, mezclandose entre la multitud y agarró sus hombros para tratar de alejarla de ese lugar. — Aeri, guarda el cuchillo. — Jisung apretó los dientes, arrancó el cuchillo de su agarre y lo dobló, guardandolo.