7. DE MUJER A MUJER.

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La pareja estaba de vuelta en Mónaco después del "tiempo" que se habían tomado.

Durante esa semana Emily había pensado más de lo que habia pensado en toda su vida, se estuvo replanteando mil y un cosas sobre ella, sobre su relación, sobre su vida.

Por su parte, Sebastian solo pensaba en que todo estaría bien, pasó su semana despreocupado sin imaginar que algo podría cambiar.

–¿Estás segura de que no quieres venir conmigo? — cerró su maleta y se tiro a la cama a un lado de la castaña.

–Tengo cosas que hacer en el trabajo.

–Eres la jefa del departamento, puedes ausentarte un par de días.

–Prefiero estár cerca de la oficina por cualquier cosa.

El alemán partiría en la madrugada hacía el siguiente Gran Premio, después de una especie de reconciliación en la que el tema de su futura paternidad no había sido abordado de nuevo, ambos estaban tranquilos el uno con el otro.

La había invitado para hacerse compañía y tal vez salir a turistear o tener una cita pero ella se había negado rotundamente.

–Te encanta ir conmigo,¿Qué pasa ahora?

–Te lo dije ya, hay algunos pendientes que quiero dejar listos antes de navidad.

–Emi, la verdad.

–Oh merde, me conoces tan bien. — chasqueo la lengua — Okey si, tengo un par de cosas por resolver, podría hacerlo desde lejos pero...

–Pero.

–No quiero pasarla escondida en el hotel ni salir por la salida de emergencias, escapar de la prensa ni esas cosas.

–Así es más divertido, la adrenalina de ser descubiertos por todos y... — cerró la boca al ver la expresión seria de la chica — Tienes razón ma belle, no es tan divertido.

–Ya no quiero esconderme, Seb.

Esas palabras resonaron en lo más profundo de su cerebro, usó un tono cansado e irritado. La comprendía, claro.

–Yo tampoco.

–Voy a pedir pizza y vemos unas cuantas películas antes de que te vayas. — se estiró para tomar el teléfono fijo del tocador — ¿Pepperoni con extra queso?

–Y champiñones porfavor, últimamente he estado comiendo demasiado.

–Seguro son réplicas de los síntomas de Hanna, leí que es bastante común en parejas muy unidas. — le dió una sonrisa sincera y pegó el teléfono a su oreja sin darle oportunidad de responder.

No lo había dicho mal intencionada, sin enojo o envidia, ni siquiera a forma de reproche. Había aceptado por completo el cambio en la vida de su novio, pues su coraje no evitaría que su hijo naciera o despareciera, nada ganaba peleando.

Media hora más tarde la pizza llegó, Emily bajó a la recepción para recogerla mientras Sebastian elegía la película.

–Huele deliciosa, iré por el vino y un par de copas. — el hombre se levantó de un salto y corrió a la cocina.

–¿Otra vez eso?

–¿Qué?

–¿Cómo que qué? Son horribles.

–No hables mal de Crepúsculo en mi presencia o me olvidaré de cuánto te amo.

–Un día filtrare a los medios unas cuantas cosas sobre ti, ya me imagino el titular.

–No te atreverías.

–“Conoce los extraños gustos y fetiches de Sebastian Vettel” — dijo imitando la voz de un comentarista — “¿Campeón o Sociopata?

The Last Day || Sebastian Vettel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora