Emily se sentía extraña caminando por el departamento donde vivió los peores y mejores momentos de su vida, una sensación agridulce que no podía borrar de su pecho. Los deja vú aparecían cada dos por tres, sobre todo estando con Sebastian; él haciendo el desayuno, él haciendo ejercicio, él dejando su ropa por todos lados, él, él, él.
La francesa se encerró en el baño, necesitaba pensar y replantearse todo lo que estaba sucediendo en su vida, sus últimos días junto a Sebastian para ser más específicos. Había caído, estaba enamorada nuevamente del alemán que rompió su corazón años atrás, y solo pudo golpearse mentalmente por permitir que eso pasara.
Mierda, mierda, mierda. No dejaba de repetirse a sí misma.
¿Cual sería su próximo movimiento? Ni ella misma lo sabía.
—Hallo, schön. Compré un par de cosas para la cena.
La voz del piloto resonando por todo el departamento la sacó de sus pensamientos, se lavo la cara antes de salir del baño y acercarse a él con una sonrisa.
–Bonjour.
–¿Ya desayunaste algo o acabas de despertar?
–Me hice una ensalada y un batido, no te preocupes.
–¿Qué tal la fiesta de anoche?¿Te gustó?
–Eeh si, claro, fue divertido pero no entendí del todo porqué.
–¿Porqué qué?
–No era un día especial, ni tu cumpleaños ni el mío, nada...
–Fue una celebración por nuestro regreso y reconciliación.
–¿Regreso y reconciliación? — mordió el interior de su mejilla nerviosa por la respuesta, ¿iba a pedirle que volvieran a intentarlo?, si, llevaba un par de días diciéndole que le diera otra oportunidad pero no estaba segura de si solo bromeaba o lo decía en serio.
–Si. Me perdonaste por todo y regresamos a Mónaco. Juntos.
–Seguro.
–Vamos a darnos un baño, quiero salir a caminar por la playa y comerme un enorme helado de mango.
Le dió un apretón en la mejilla y salió corriendo hacía el baño, dejándola más pensativa.
Apretó sus puños en señal de frustración y siguió el mismo camino que él.
Horas más tarde, mientras caminaban descalzos en silencio, sintiendo el arena entre sus dedos, disfrutando del muy gratificante clima, a lo lejos pudieron observar una pedida de matrimonio. Emily mordió su labio restándole importancia, y Sebastian fue invadido por una duda.
–No has probado tu helado.
–¿Huh?
–Se derretirá pronto si no te lo comes, hecho agua ya no sabe tan bien. — la castaña asintió en su dirección y se llevó la cuchara a la boca evitando la mirada del piloto a toda costa — Bueno, y...¿Cómo fue tu compromiso?
–Igual que cualquier otro. Hubo un hombre y un anillo en el lugar.
Quiso sonar sarcástica y divertida, pero las palabras salieron en un tono sarcástico fastidioso.
De inmediato los ojos del rubio siguieron el camino de su muñeca hasta su dedo anular, no había notado que no tenía puesto su anillo de compromiso, ¿en qué momento se lo había quitado?¿se había peleado con su novio?¿iba a romper con él?
–Lo siento, no quise sonar grosera, es solo que tengo tanto en la cabeza que no estoy a gusto. — su timidez le causó gracia, seguía siendo la misma chica orgullosa que se avergonzaba de sus errores.
ESTÁS LEYENDO
The Last Day || Sebastian Vettel
FanfictionFueron tantas las promesas que Sebastian le hizo a Emily, que en algún momento dejó de creerlas sin darse cuenta. Y cuando lo dejó ir, cayó en cuenta de que siempre fue y nunca llegaría a ser más que una aventura en la vida del piloto.