Capítulo 4: Ipso facto

29 2 1
                                    


02:12am
Wolftrap, Virginia

- ¿No has vista nada más? - Preguntó de nuevo Jack, mirando a Will, el cuál estaba envuelto en una manta ya que bajó la temperatura por aquel momento.

Will volvió a asentir con la cabeza, su mirada estaba perdida en suelo mientras veía la nieve, cómo cubría toda la hierba, las huellas de sus perros estaban todavía por ahí después de haberlos sacado a jugar, se alivió un poco. Jimmy salió de la casa con una pequeña cajita donde metieron los ojos para poder estudiarlos en el laboratorio.

- No hemos encontrado nada más, Jack. - Añadió Jimmy.

- Bien, mañana nos vemos Will. Necesito que estés totalmente descansado. - Replicó Jack yéndose en dirección al coche de policía.

De repente, sale Brian despavorido de la casa, como si hubiese visto un fantasma. Su rostro estaba pálido, tartamudeaba y no podía formular palabra alguna.
Jack sacó la pistola que llevaba en el cinturón, Will se levantó sorprendido.

- ¿Qué ocurre Brian? -Preguntó Jack acercándose poco a poco a donde se encontraba su compañero.

- L-lo he visto. - Respondió mirando fijamente la puerta oscura de la casa.

- ¿A quién has visto Brian? - Preguntó Will intentando calmarlo con un tono de voz más calmado.

- A Hannibal. -

El corazón de Will dió un vuelco, su cicatriz empezaba a darle un punzante dolor, solo pudo hacer una mueca de dolor. Tomó la pistola de Jack y se adentró a la oscura casa, con la vista y los oídos agudizados fue adaptando sus ojos a la oscuridad. Sus pasos eran tan sigilosos como el andar de los gatas en la medianoche, solamente podía escuchar el acelerado latido de su corazón, escuchó algo caerse, como una rama pequeña. Éste se giró de inmediato pero no vio nada, cuando de repente, un susurro de una voz ronca nombraba el nombre del atemorizado Graham.
Will se volteó de nuevo y pudo confirmar que quién se encontraba allí con él era la misma oscuridad, se alivió un poco, volvió a donde se encontraba Jack y el resto.
Les explicó lo sucedido y con todos algo más calmados, deciden marcharse a sus respectivos hogares.

Will entra a su casa, cierra la puerta y deja la manta encima del sillón, de repente algo le agarró las muñecas por detrás y notó un rodillazo en su espalda. Cae arrodillado y un grito leve salió de su boca, siente cómo sus rizados cabellos son agarrados con fuerza y lo levantan para que su cara esté alzada.

– Pensaba que me echabas de menos Will, ¿tan rápido te quieres deshacer de mí? – Una voz ronca y muy conocida habló cerca del rostro de Will, se acercó a la boca la mano con el guante para poder quitárselo con ésta, acarició delicadamente con sus fríos dedos la cara de Graham.

– ¿Que es lo qué quieres? – Preguntó Will mientras sentía su cabellera ser agarrada con fuerza.

– Vengo a ver mi obra maestra. –

ℭ𝔬𝔯𝔭𝔲𝔰 𝔢𝔱 𝔪𝔢𝔫𝔰 𝔣𝔲𝔯𝔦𝔬𝔰𝔬𝔯𝔲𝔪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora