Capítulo 5: Ecce homo

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04:15am
Wolftrap, Virginia

Forcejeando para que Hannibal le dejara libre, Will solo podía actuar de forma sarcástica ante su agresor por cada frase o pregunta que éste le hiciese.
Tiró al de cabellos rizados en la cama que estaba deshecha previamente, sus manos estaban atadas con una bridas de plástico que había sacado Lecter de uno de los bolsillos de su cazadora, estaban situadas por encima de su cabeza mientras el doctor las agarraba con fuerza. Hannibal estaba sentado de tal forma que sus piernas envolvían al contrario, se encontraba encima de él, agarrando con una mano las dos ya atadas de Will, con la otra fue deslizándola hasta el vientre donde se encontraba la cicatriz, todavía en proceso de cicatrización, que Hannibal le había regalado a Will.

– Debe sentirse agradecido por esto que le di. – Dijo Hannibal, acariciando con sus dedos la marca del abdomen de Graham.

– Más que un obsequio, fue una manera estúpida de desperdicio de carne. – Replicó Will con un tono sarcástico.

– En absoluto Will, yo siempre aprovecho lo mejor de mis presas. –

Dicho eso, Hannibal dejó su rodilla rozando casi la entrepierna del contrario, sujetando con más fuerza las manos de Will, posó su mano en el vientre donde notó los leves puntos de le herida e hizo fuerza hacía abajo para ver cómo el de cabellos rizados y oscuros se retorcía de dolor.
Una expresión de agonía se iba dibujando lentamente en el rostro de Will pero solo pudo esbozar una sonrisa burlona:

- ¿Eso es todo lo que tienes Doctor Lecter? – Preguntó Will, pero no pudo seguir hablando ya que la rodilla de Hannibal estaba ya rozando su entrepierna y presionando con más fuerza la herida de Will, el cuál consideraba que estaba cicatrizando, pero no era así.
Una bola de emociones estaba nublando los pensamientos de Graham, una mezcla entre dolor y placer se apoderaban de él

– Déjeme decirle Will, que a usted lo tenía guardado cómo mi sublime postre. – Contestó Hannibal, dejando su rostro cerca del abdomen y cintura de éste para poder dejar unas mordidas, para luego dejar la guinda del pastel en el cuello de Graham, donde Hannibal clavó sus feroces dientes entre el cuello y el hombro de su presa, mordía con agresividad y lo único que podía hacer Will era ahogar sus gritos y gruñir, pues Hannibal no solamente mordía con más intensidad si no que además, movía su rodilla en "aquella" zona del contrario y seguía apretando con fuerza la herida del contrario.

Tras después de unos segundos que a Will se le pasaron como minutos eternos. Hannibal separó su boca del cuello de Will para dejar un rastro de saliva mezclada con la sangre, que salió en abundancia, de Graham.

– Una exquisita delicia, diría yo. ¿Usted qué cree, Will? –

Will no pudo más que respirar con dificultad, sus ojos se cerraban por el cansancio que le había provocado la fuerza "inhumana" de Hannibal aplastando su herida y la nueva marca en su cuello, notaba la sangre deslizarse por su clavícula. Sus ojos se cerraron lentamente mientras que lo único que veía era a Hannibal regodeándose delante de él con una expresión de victoria.

Aquella noche fue un punto a favor que tuvo bajo la manga su cazador y su presa había sido cazada excepcionalmente.

ℭ𝔬𝔯𝔭𝔲𝔰 𝔢𝔱 𝔪𝔢𝔫𝔰 𝔣𝔲𝔯𝔦𝔬𝔰𝔬𝔯𝔲𝔪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora