Capítulo 4: Deseos

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El paseo con Yeji fue una buena distracción para MinHo y no habían fallecido cómo Han había creído por ir en su vehículo. La omega era divertida y alegre, una grata compañía. Habían recorrido varias tiendas en tan sólo unas horas que el día fue como un suspiro para Lee, Hwang terminó con varias bolsas en su vehículo que fue llevado hasta el centro comercial por los mismos hombres que resguardaban al rubio antipático en la mañana, los miró con el ceño fruncido mientras Yeji se despedía con un beso volador y se marchaban de seguro a una bonita mansión.

Lee se dirigió a su departamento en su auto y llegó casi al anochecer, las calles estaban abarrotadas de vehículos y el suyo no era muy veloz, cansado fue hasta su habitación cuando llegó a su hogar, se retiró cada prenda y decidió darse una ducha, observó con ojos brillantes la bolsa que descansaba sobre el edredón de su cama, Yeji le había regalado un precioso conjunto de bragas con un portaligas de encaje negro, había rechazado el gesto rotundamente, pero después de que la omega hubiese insistido, terminó por aceptar el regalo.

Ingresó al cuarto de baño que estaba en una esquina de su pieza, se metió en su bañera después de nivelar el agua para que estuviese tibia y rociar un poco de sales en el líquido, disfrutó de la calidez del agua y lo relajado que su cuerpo comenzó a sentirse, quiso dejar su mente vacía de pensamientos, pero al parecer su cerebro no tenía los mismos planes, recordó cada momento de ese día hasta llegar a uno en específico, él de rodillas frente a la entrepierna de Jisung, la voz ronca de éste colándose en sus oídos, irónica, arrogante, pero tan sensual que lo tenía gimiendo mientras lo imaginaba ahí, su piel canela perlada por el agua, sus manos recorriendo su cuerpo, maniobrándolo a su antojo porque él lo dejaría, sus labios pegados a su piel, los músculos del alfa flexionándose con cada movimiento hecho para usarlo para su placer, el miembro erecto abriéndolo y quemando sus entrañas por el nudo que presionaba contra su próstata, su mente lo estaba matando.

-A~alfa- gimió mientras tenía espasmos por su orgasmo.

El omega abrió sus ojos asustado del rumbo que habían tenido sus pensamientos, retiró de su interior los dedos que sin ni siquiera darse cuenta había ingresado pensando que era Jisung que lo llenaba, el alfa que sería su maldito jefe a partir de ahora, eso estaba muy mal, no podía seguir fomentando un deseo hacia éste. Salió de la tina y secó su cuerpo rápidamente, envuelto en su bata regresó a su habitación, eligió un pijama cómodo y se metió entre sus sábanas cuando ya estaba vestido, la culpa de sus recientes actos seguía carcomiendo su mente.

Al día siguiente se levantó desganado, se había dormido muy tarde pensando en su actuar, ¡tuvo un orgasmo pensando en el ceo de su empresa!, ¡su jefe!, eso era algo terrible y que no podía seguir ocurriendo, debía olvidar cualquier sentimiento que no fuera lo estrictamente laboral con aquel alfa rubiecito engreído, meditó en si era buena idea volver o no a aquella empresa, pero decidió que sí lo haría, era una gran oportunidad que estaba teniendo después de todo lo malo que había pasado con la empresa de sus padres, se prometió a sí mismo que trataría de evitar todo contacto con Jisung, se duchó y dirigió a su habitación para vestirse.

MinHo decidió que se concentraría en arreglarse y dejaría de pensar en algo que ya no podía cambiar, buscó ropa interior para colocarse y observó aquella tanga de encaje junto al liguero que le había regalado Yeji, los tomó entre sus manos, pero decidió que los ocuparía en otra ocasión, eligió un bóxer de algodón y lo dejó sobre el edredón, buscó un pantalón de tela negro que se ajustaba perfectamente a sus piernas y una camisa blanca con volantes en la parte delantera, sus botas favoritas y una chaqueta que hacía juego con su pantalón. Comenzó a vestirse y se observó en el espejo de cuerpo completo que tenía en su habitación, se veía atractivo y elegante según su punto de vista.

Se mantuvo con sus sandalias mientras desayunaba y al terminar fue por sus botas a su habitación, también agarró un abrigo negro largo que tenía, había observado por la ventana de la cocina y el clima afuera era bastante frío, conforme con sus decisiones de vestimenta, se colocó sus botas frente a la puerta y salió de su departamento para enfrentar su primer día de trabajo en la empresa de sus sueños.

Un ceo enamorado- Hanknow Donde viven las historias. Descúbrelo ahora