Capítulo 5 - Jugando con fuego
La pista de baile estaba llena de gente.
Lovino levanto la vista encontrándose con la dulce mirada de Antonio que hizo que de repente todo en la cabeza de Lovino dejara de zumbar, la música se paro, el momento se congelo....Pero no fue la sonrisa del español lo que provoco esta reacción, fue cuando sintió sus cálidos labios ser presionados contra los suyos, entonces ya todo dejo de importar....La chica que gritaba por que alguien había tirado un vaso de champan en su traje, el chico que estaba haciendo el ridículo en medio de la pista de baile....Todo.
Lovino al fin pudo colar sus dedos entre el alborotado y suave pelo de Antonio.
-Sal conmigo- susurro suavemente contra los labios de Lovino rompiendo el beso algo agitado ya que había mantenido el beso con la esperanza de que durara para siempre.
-Estúpido bastardo- La piel de Lovino se empezó a teñir de un rojo carmesí -Yo....-.
Las palabras de Lovino fueron cortadas por una voz más dulce que el algodón de azúcar.
-Antonio- su voz sonaba como una débil campanilla.
La dulce criatura de cabellos dorados posó su mano con la máxima delicadeza sobre el hombro del moreno.
-¿Bailamos?-pregunto poniendo ojitos de cordero degollado -Van a poner mi canción favorita-.
-Estoy con Lovino- se quejo con una voz firme -No puedo dejarlo solo-.
Bella miro a Lovino sonriendo suavemente.
-¿Te importa que me lo lleve un par de minutos? Solo será un baile-.
Lovino se mordió el labio inferior para no decir "Y tuviste que llegar en el momento idóneo" de la forma más sarcástica que pudiese y asintió con inseguridad.
-Esta bien, no te preocupes- dijo Lovino.
-¿Ves? No hay problema- sonrió la belga arrastrando a Antonio mientras el español soltaba alguna que otra queja.
Lovino soltó un prolongado suspiro apartando la miradas se los ojos de agonía que le dedicaba el español.
-Disculpe ¿Es usted Lovino Vargas?- pregunto un chico mucho más alto que Lovino y rubio.
-Sí que lo soy- Lovino observó de arriba a abajo al chico.
-¿Le importaría acompañarme?- Pregunto el chico calmado.
-Sí que me importa- dijo Lovino alzando las cejas.
-Es para hablar de la señorita Bella- El chico mantuvo una mezcla entre calma e indiferencia.
Lovino reflexiono durante unos minutos en los que alterno miradas entre el cabeza de tulipán y Antonio que ahora bailaba en el medio de la pista con una sonrisa en su cara.
-¿Como puedo saber que dices la verdad?- gruño Lovino.
-Porque soy el guarda espaldas de la señorita Bella-.
Lovino suspiro y miró al cabeza de tulipán directamente, a los ojos, a esos ojos verdes pero sin luminosidad que poco tenían que ver con los de Antonio.
-Esta bien- gruño Lovino -Pero haz algo y te enteras de porque la mafia italiana es tan famosa-.
El holandés aparto la vista de Lovino y se alejo un poco de la fiesta, lo suficiente para no oír la música zumbar en sus tímpanos pero lo suficientemente cerca para que nadie sospechara.
-Escucha niño, la familia de Bella tiene mucho dinero, si te alejas de Antonio te pagaran- el rubio tocio un par de veces -Pero si no acepta abstente a las consecuencias-.
-¿Qué clase de consecuencias?-pregunto Lovino cruzándose de brazos.
-Las que sean-.
-Creo que me la voy a jugar- dijo altanero Lovino alzando una ceja.
El holandés agarro de la camisa del cuello a Lovino susurrando un ''Eso solo lo hará mas divertido para mi Vargas''.
-Mejor para ti entonces bastardo holandés- Lovino parecía escupir las palabras de la manera mas odiosa que podía.
El rubio alzo su puño amenazando con dejarle la cara llena de moretones.
-Tulipán, ponle un solo dedo encima y no la cuentas- gruño la voz de Natalia detrás de él.
El chico soltó el cuello de la camisa del italiano y se coloco su corbata negra. Después de eso se marcho y desapareció con paso ligero en la oscuridad de la calle.
-Lovino ¿Te hizo algo?- pregunto Toris corriendo hacia él mientras Natalia observaba como el chico se marchaba mientras rompía un cuchillo de plástico.
Lovino negó con la cabeza aun sin comprender del todo lo que había ocurrido mientras el castaño clavaba su mirada preocupada en los ojos de Lovino.
-Será gilipollas...-Natalia soltó el cuchillo y lo hizo añicos clavando su tacón en el.
-¡Natalia!- Toris se giro para mirarla atrayendo la atención de la bielorrusa.
-Oh, si, lo siento mamá- dijo Natalia con un tono sereno que hizo que Lovino soltará una suave risita.
La albina camino hacia el italiano y se detuvo un par de decímetros de él con una mirada serena y algo seria.
-Ten cuidado con el cabeza tulipán y sobre todo con esa- dijo Natalia señalando a Bella que aun charlaba con Antonio -Esa chica lleva arruinando las relaciones de Antonio desde que lo conoció en el instituto-.
La música comenzó a sonar y la belga paso su mano alrededor del cuello del hispano. No le gustaba verla tan cariñosa.
-¿Él sabe algo de esto?- pregunto Lovino mirando a Natalia a los ojos.
-Prefiero que se de cuenta de eso por si solo, si él no se puede dar cuenta de lo que pasa o simplemente lo ignora es su problema-.
Lovino miró hacia Natalia algo confundido.
-Si quieres ve y dicelo, me sentiría mal si le digo que su querida amiga de la infancia es una put...- Toris cubrió la boca de Natalia.
-¿Pero por que Bella quiere a Antonio si él es gay?- pregunto Lovino mientras Natalia le mordía la mano a Toris.
-Tiene la estúpida creencia de que si lo sigue atando a ella cambiará de opinión ya que no tiene otra opción- La albina sujeto las manos de Toris -Aunque he de decir que eres el primero que no toma el dinero y evade los problemas, todos los novios de Antonio desaparecían de la noche a la mañana porque se habían transferido a otra escuela-.
Lovino miro nuevamente a Antonio y sonrió un poco.
-¿Qué pasaría si hiciera una locura Arlovskaya?- pregunto Lovino con la mirada clavada en el español.
Natalia y Lovino intercambiaron miradas cómplices.
-Que espero que recuerdes que estoy sentada a tu lado en clase y que vamos a ser muy buenos amigos a partir de ahora-.
-Bien-.
Lovino volvió a la fiesta y se abrió paso entre la gente que al verlo con tantas prisas abrian un pasillo para dejarle paso.
Llego a la pista de baile y no se detuvo en su marcha. Aparto a la belga del lado de Antonio bajo la mirada de muchas personas y beso a Antonio, pasando sus dedos entre sus suaves cabellos y entrelazando sus lenguas comenzando un combate donde todos perdían y todos ganaban.
-Si- susurro Lovino contra los labios rojos del hispano mientras mordisqueaba su labio inferior.