Capítulo 9 - Luz del día
Justo cuando la primavera se estaba marchando, tres días después de que Antonio se hubiese dormido, despertó. Despertó y se encontró al italiano a su lado, en su rostro se veía que había llorado mucho.
¿Qué hora era? ¿Que día era? ¿Qué hacía en el hospital?
Antonio sintió un dolor intenso recorrer todo su cuerpo en el momento en el que se intento sentar mientras miles de preguntas retumban en su cabeza.
La caída.
La razón de todos sus dolores y la respuesta a la mayoría de sus preguntas se resumían a algo tan simple que era estúpido.
Lovino se revolvió entre las sabanas de hospital para acercarse más al cuerpo del hispano y abrió los ojos ligeramente para comprobar que los pulsos del corazón del mayor seguían reflejándose en la pequeña maquina y se acurruco nuevamente cerca del español sin notar que se había despertado.
La voz de Natalia susurrando reboto en el interminable pasillo del hospital.
-Natalia, son las 7 de la mañana- dijo claramente un chico, probablemente Toris.
Natalia entreabrió la puerta de la habitación del español mientras miraba al lituano con cara de pocos amigos.
-¿Tengo cara de que me importe?- pregunto la chica chasqueando la lengua, perecía que cierta bielorrusa se había levantado con el pie que no era.
-Natalia, por favor- Toris le agarro de los hombros haciendo que la puerta se cerrara nuevamente -Apenas has dormido y yo no puedo pasarme la noche sin dormir pensando en que colapsaras en algún momento por no dormir-.
-Toris, ya, para- Natalia aparto las manos de Toris y abrió la puerta tan bruscamente que Lovino se despertó de una manera violenta, alertado y clavo su mirada en Natalia que aunque hubiese abierto la puerta aún le aguantaba la mirada al lituano.
-Buenos días salvaje-Lovino bostezo y se frotó los ojos mientras parecía que Natalia estaba enfrascada en una pelea con Toris.
-Espero que lo digas por ella- dijo Antonio sintiendo su garganta completamente seca, necesitaba beber algo.
-¡Claro que si bastardo!-dijo Lovino girándose hacía Antonio apenas dándose cuenta de la situación, el sueño lo medio nublaba, y el cuarto medio oscuro, solo alumbrado por los destellos del alba, tampoco ayudaba -¡Antonio!-.
Lovino se abalanzo hacia él cuando por fin pudo ver de forma nítida su brillante sonrisa y sus ojos de color esmeralda.
Natalia dejo de discutir con Toris y miró hacía el interior del cuarto y vio a Lovino tirado sobre Antonio. Las lagrimas habían brotado nuevamente de los ojos de Lovino y estaban empapando el pijamas de cuadros que llevaba puesto.
Antonio hundió sus dedos en el pelo de Lovino, jugando con su pelo y enredando en sus dedos en el y sonriendo suavemente, esperando a que la respiración del chico volviese a la normalidad.
-Pensaba que te perdía, que nunca iba a oírte hablar....- gimoteaba Lovino con su voz entrecortada y agitada -¿Eres idiota?-.
Antonio acuno con sus manos la cara de Lovino provocando que la ley de la gravedad reaccionara y las lagrimas del italiano cayeran sobre sus mejillas y se deslizaran por ellas.
-Yo vivo por y para ti- sonrió Antonio mientras las lagrimas de Lovino seguían cayendo sobre sus mejillas -Moriría por ti-.
Lovino volvió a dejarse caer sobre el español aferrándose a él con fuerza.
-Me enfadaría contigo si no estuviese tan jodidamente feliz- sollozo el menor apretado con sus manos el pijama del español.
Natalia camino hacía Antonio y se sentó en una pequeña silla de plástico rojo.
-Antonio- dijo Natalia provocando que el español clavara sus ojos en la chica mientras abrazaba a Lovino con fuerza.
Toris entro y se situó al lado de Natalia apoyando su espalda contra la pared y cruzo sus brazos alternando miradas entre la bielorrusa y el español.
-Bueno, al parecer el cabeza de tulipán no aparece y no hay forma de relacionarlo con Bella por lo cual están esperando a que las cosas por tu caída se tranquilicen para volver a salir- explico Natalia moviendo sus dedos nerviosamente como intentando hacer una pelea de pulgares entre sus manos -Es bastante probable que le intenten hacer daño a Lovino.... No puedo seguir escondiéndolo....Bella es la causante de que todos tus novios desaparecieran.... Ella los asustaba o los sobornaba-.
La voz de Natalia casi se quiebra, no podía dejar de pensar que si le hubiese dicho como era Bella esto no habría ocurrido.
"A lo hecho pecho".
La voz de Antonio se coló entre sus pensamientos, es una frase que siempre le decía cuando le regañaban por haber golpeado a alguien aunque nunca había sentido remordimientos hasta ahora.
-Natalia- la voz de Antonio sacó a la albina de sus pensamientos.
-Dime Antonio- dijo Natalia inclinándose hacia él mientras Lovino giraba su cabeza mirándola a ella, había parado de llorar.
-Tengo una pregunta- insistió el chico que aparentemente se había quedado completamente descolocado ante la confesión de Natalia, tal vez porque había recibido demasiada información de golpe.
-Solo pregunta- Natalia se mordió el labio inferior para no soltar un "de una puta vez", Antonio había sufrido una caída, tenia que tener algo de humanidad.
Antonio cerro los ojos durante un par de segundo y los abrió nueva mente sin detener las caricias que parecían tranquilizar al italiano aunque este seguía sollozando por lo bajo, el español se mantuvo en silencio durante un tortuoso silencio durante al menos 1 minuto tratando de organizar su mente.
-¿Quien es Bella?- pregunto mirando a Natalia a los ojos.
-¿Perdona?- pregunto Natalia confundida inclinándose a Antonio preguntadose si lo había escuchado bien.
-No sé quien es Bella- dijo esta vez de una forma más clara mientras Toris y Natalia intercambiaban miradas.
Lovino se alarmo mirando a Antonio mientras se sentaba sobre su cintura.
-Antonio.... ¿Sabes quien soy?- pregunto Lovino señalándose a si mismo mientras su mano comenzaba a temblar.
Antonio se sentó sonriendo mientras rodeaba con sus brazos la cintura de Lovino.
-Tu eres mi perfecto y hermoso novio- sonrió el español de una forma estúpida y beso a Lovino volviéndose a tirar sobre la cama arrastrando a Lovino con él mientras seguía besandole.
-No te aproveches de que estoy sensible bastardo- murmuraba Lovino contra los labios del español, pero cuando parecía que iban a romper el beso Lovino se encargaba de volver a empezarlo.
Natalia miro a Toris algo preocupada.
-Llama al doctor.