Capitulo 11 - Olvidar (Final)
Antonio se había quedado unos días más en el hospital, le habían dicho que sólo por si acaso se quedase unos días más en observación.
Para entretenerse hablaba con la chica que estaba en la camilla de al lado de vez en cuando, pero la mayor parte del día se lo pasaba esperando a que el malhumorado italiano apareciese por la puerta con una revista y algo de comer.
Lovino dejaba las cosas sobre la camilla del español y el moreno se limitaba a mirarlo como si fuese el único en la habitación, como si fuese la cosa más preciada en su vida, lo miraba como si fuese su todo y, de alguna forma, lo era.
Cuando el italiano se acomodaba al lado suyo en la camilla, sujetando la revista por la zona en la que había un crucigrama y un sudoku, era cuando el más alto aprovechaba para robarle un par de besos consiguiendo que maldiciones susurradas se escapasen por sus suaves labios y sus mejillas se tiñiesen de carmesí.
Las enfermeras que venían de vez en cuando a ver si todo iba bien solían reírse de ellos ya que normalmente Lovino se quejaba de cosas totalmente estúpidas o por el exceso de amor en publico que Antonio demandaba.
-¿Esta todo bien?-preguntó Antonio después de que Lovino se hubiese relajado nuevamente en sus brazos mientras acariciaba cuidadosamente sus mejillas.
-Natalia esta todo el rato rondándome, no quiere que la chica que hizo esto se acerque a mi.
Antonio miró al italiano a los ojos durante un par de segundos, manteniendo el fleco del menor lejos de su cara para poder observar sus bonitos ojos.
-Me alegro de tener a Natalia- sonrió depositando un dulce beso en la nariz de Lovino antes de abrazarle ligeramente más fuerte que antes - Tengo que darle las gracias por cuidar a la persona más importante de mi vida.
Lovino acarició con su nariz el cuello del español para que no notase su notable sonrojo.
-No digas cosas vergonzosas....bastardo....hay gente al rededor que te podrían oír....
El italiano se dispuso a seguir con su pequeña regañina pero el más alto le obligó a mirarle a los ojos.
-Han pasado cosas, muchas cosas de echo, pero realmente no me importa la chica que olvidé, tan pronto como salga de este hospital voy a terminar la carrera y juntos nos vamos a ir a algún sitio lejos de aquí, muy lejos de aquí, vamos a comprar una bonita casa en el campo y nos vamos a casar, porque, dios, Lovino, juro que eres o único que necesito para ser feliz.
-Eres idiota- Lovino sonrió dándole un ligero golpecito en la nariz a su novio.
-Tu idiota- le corrigió el español agarrando la mano del otro chico y colocandola sobre su pecho -podríamos adoptar y tener una bonita familia.
Lovino clavó sus ojos en Antonio y se rió suavemente.
-¿Qué? Estar aquí solo durante buen parte del día me hace pensar- Antonio sonrió depositando un pequeño beso en los labios del italiano.
-Tus sueños no me desagradan del todo y por lo que tengo entendido cierta rubia no va a molestarnos más.
-¿La chica que no recuerdo?
Lovino asintió.
-Al parecer se ha trasladado a otra universidad, también tengo que decir que Natalia la tenía contra las cuerdas a ella y al cabeza de tulipán- dijo Lovino en tono jocoso.
-Natalia impone bastante.
-Y que lo digas, aún así como ya te dije sigue rondandome porque tiene miedo de que me haga daño.
-Deberías decirle que se deje de culpar por todo.
-No me hace ni maldito caso.
El italiano se incorporó de la camilla.
-Oye, voy a bajar a comprar un café ¿Quieres que te traiga algo?- preguntó.
-Un chocolate caliente estaría bien.
-Vuelvo en un minuto.
-No me voy a mover.
Lovino emitió una suave risa antes de salir de la habitación, Antonio miró a la chica de la camilla de al lado, pero esta estaba dormida.
-¿Puedo pasar?- una voz ligera y dulce resonó en la sala.
Una chica con el pelo corto y rubio apareció por la puerta y se acercó a Antonio.
-¿Bella?
-Oh- la belga se sentó en una pequeña silla situada al lado de la camilla de Antonio -Me dijeron que me habías olvidado.
-Solo sé que por tu culpa me caí por las escaleras.
-Oh, eso....
Bella se acomodo en la silla y colocó el pelo que le estaba estorbando detrás de sus orejas.
-Voy a mudarme- continúo mientas con su pie daba pequeños golpecitos -Y a trasladarme, solo vine aquí a explicarme.
-Lovino volverá en un par de minutos, no sé si le hará gracia que estés aquí.
-Solo quiero explicarme- repitió la rubia -Yo, estoy enamorada de ti, he estado enamorada de ti desde que eramos pequeños, aún recuerdo que...
Bella hizo una pequeña pausa tomándose unos segundos para relajar su respiración.
-Que cuando estábamos en el colegio tu fuiste el único que me trataba bien, que agarraba mi mano cuando me sentía mal, que daba la cara por mi....Nunca fui muy sociable ¿Sabes?- las lagrimas se habían comenzado a acumular en los ojos de Bella -Nunca te fijaste en mi, y yo quería que sintieses algo por mi, porque tu realmente me gustas, no me di cuenta que te hacía tanto daño alejando a esas personas de tu lado y no me di cuenta de que mi egoísmo hizo que saliese dañado de varias maneras..... No te pido que me perdones, hacer daño y pedir perdón no arregla nada, prometo que no te volveré a molestar nunca más, lo prometo, simplemente no quiero que me odies, ni a mi ni a mi hermano, él solo hacía lo que podía para hacerme feliz, así que, así que....
Bella no pudo seguir dardo explicaciones, se estaba ahogando, después de respirar profundamente se apoya en la camilla y empezó a llorar.
-En serio, te prometo que no sabía que lo estaba haciendo mal, tu y mi hermano eran lo único que siempre tuve a mi lado, los únicos que me hicieron sentir querida.
Antonio se sentó y acarició el pelo de la belga, con cuidado. Bella se había vuelto algo muy delicado a sus ojos y ahora mismo solo quería abrazarle.
Lovino apareció por la puerta y miró a Antonio en pánico, su novio lo calmó indicándole con las manos que no se pusiese a gritar que todo estaba bien.
Era momento de perdonar y seguir viviendo.
Fin