Capítulo 7 - Como destruir un mundo.
Lovino se despertó con un suave olor cálido que solo le hizo querer revolverse y hundirse más en la calidez de las mantas.
Le costó un par de minutos darse cuenta de donde estaba, no era su habitación.
La puerta se abrió suavemente, con cuidado, intentando no hacer ningún tipo de ruido que pudiese perturbar la quietud de la pequeña habitación, a pesar de lo meticulosa que había sido la persona no pudo ocultar el sutil olor a chocolate caliente.
El italiano se destapo la cara para encontrarse con que el español dejando dos vasos de papel sobre el escritorio para después intentar calentar sus manos con su aliento, aunque su mirada se termino posando en el pequeño italiano que se escondía debajo de las mantas blancas.
-¿Te desperté?-pregunto el mayor con una sonrisa radiante agarrando nuevamente los vasos de papel y sentándose en el borde de la cama -Lo siento si te desperté-.
Lovino negó suavemente agarrando el vaso de papel que le ofrecía el hispano.
-¿Como llegue aquí?- pregunto Lovino soplando el humeante chocolate caliente.
Antonio se quito las botas que llevaba y se acomodo al lado de Lovino dándole pequeños sorbos al chocolate caliente.
-Anoche, sobre las 11:45 p.m estallo una tormenta muy fuerte, con nieve, truenos y rayos- explico el mayor -A los pocos minutos apareciste tu y te metiste en mi cama-.
Lovino se ruborizo. Sus recuerdos de anoche estaban tan turbios como el agua de los charcos que seguía en movimiento por la fuerza de la lluvia.
-Da igual, ¿La universidad?- pregunto el italiano terminándose el chocolate caliente.
-Suspendida por el clima- contesto rápidamente el hispano -Incluso una de las ventanas se rompió-.
Lovino se acurruco entre las mantas mirando Antonio.
-¿No podemos salir?- pregunto el italiano bostezando suavemente.
-Se supone que no, que es peligroso, pero Francis y Gilbert han ido a buscar un par de cervezas-.
-¿Y Natalia y Toris?- .
-Siguen durmiendo-.
-Bastardo- Lovino agarro la mano de Antonio y tiro de él con suavidad -Tengo frío-.
-¿Quieres una de mis chaquetas?- pregunto acariciando la roja y fría mejilla de Lovino.
Lovino cerro los ojos y se acerco un poco mas a él.
-Algo así....-.
Un trueno retumbo en el cielo lo que hizo que el mayor chasqueara la lengua mirando a través de la ventana.
-Parece que otra tormenta esta por comenzar- Antonio miro a Lovino que había puesto su cabeza sobre su pecho -¿Quieres ir a desayunar algo? La cafetería esta abierta-.
Lovino negó con la cabeza abrazándole con mas fuerza.
-Tengo que ir a mi edificio, ayer se me olvido la libreta de historia-.
-Te acompaño- dijo con determinación Antonio.
Lovino observo durante un par de segundos a el español, oyendo como la lluvia parecía azotar todo el edificio y lo hacia crujir ruidosamente. Por un segundo creyó que las mugrientas tablas de madera cederían en algún momento.
-No, esta bien, no te preocupes-.
-La lluvia esta cayendo demasiado fuerte, no te voy a dejar solo-.
