Una llegada inesperada ❁ HyunIn

♡ : CAPÍTULO XIV

El castaño se acercó a Félix y Chan, quienes hablaban pero notó la miradas tristes que llevaban y le entraron ganas de llorar y joder como odiaba que su humor cambiase todo el tiempo. Cuando llegó con ambos abrazó a Chan llorando. Chan miró a Hyunjin quien venía caminado hacia ellos. Artículo hacia el azabache un: ¿Qué le sucede?

—Jeongin, cálmate— gruñó él azabache un poco celoso y tomó al castaño de la cintura para alejarlo completamente de Chan.

—Hyunjin, se va ir de esta ciudad— dijo mientras quitaba las lágrimas de sus mejillas.

Chan veía divertido al castaño, por la forma en que estaba actuando ya que no conocía tanto al castaño solo habían intercambiando unas cuantas palabras en todo este tiempo.

—Lo sé, le dije que se quedara— abrazó a Jeongin, pero su padre tenía la última palabra.

—Hablaré con su padre— sentenció Jeongin apoyando su rostro en el hombro de Hyunjin. Este rio por lo adorable que se estaba portando Jeongin.

Tampoco quería que Chan se vaya, pero no podía hacer nada al respecto.

—¿Cuándo se va?— miró a Hyunjin.

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—¿Ya te encuentras mejor?—preguntó Hyunjin divertido. Estaban en hora de clases. Ellos compartían unas cuantas clases juntos.

—Cállate—dijo entre dientes él castaño.

—Joder, Jeongin. Pareces a un cachorro enojado simplemente adorable—apretó las mejillas de Jeongin, quien le terminó dando un manotazo.

—Déjame prestar atención a la clase—habló en tono bajo para no ser regañados por el profesor—Deberías hacer lo mismo.

—¿Crees qué nuestro cachorro salga igual de adorable que tú?—cuestionó Hyunjin mientras tomaba apuntes.

—¿Llamas a nuestro hijo cachorro?—preguntó Jeongin con las cejas alzadas.

—No hables y presta atención a la clase—dijo Hyunjin. Jeongin sólo bufó volviendo su atención a las clases.

—Sabes, mis días han sido más felices desde que ya no peleamos—soltó Hyunjin.

Jeongin volteó hacia él sorprendido. Siempre pensó que hacía la vida de Hyunjin miserable por su culpa.

—No sé porque me odias—susurró Jeongin garabateando en su cuaderno.

—No te odio—confesó—, ni te odiaba. Tenía mis razones para molestarte.

—¿A si? ¿Cuáles eran?—Jeongin preguntó interesado por la respuesta. Si Hyunjin no lo llegó a odiar ¿por qué se la pasaba molestándolo?

—Quería acostarme contigo—dijo. Jeongin lo empujó.

—Que gracioso Hyunjin.

Suspiró volviendo su atención a lo que el profesor estaba explicando. Luego de media hora el timbre sonó. Tomó sus cosas y salió rápidamente del aula sin detenerse. Recordó que Hyunjin estaba con él, pero no se detuvo, le habían entrado unas ganas de ir hacer pipí.

Después de unos minutos salió del baño secándose las manos con sus jeans sin mirar a ver por donde caminaba. Sintió como lo tomaban de los hombros para empujarlo. El castaño pudo controlar el equilibrio para no caer, enojado miró a ver a la persona quien lo había empujado y no se sorprendió al ver que fue Soyeon.

—¿Por qué mierda fue eso?—exclamó molesto. Cada vez que Soyeon lo desafiaba le entraban unas ganas de golpearla, pero él nunca lo haría.

—¿¡Crees que no sé lo que intentas hacer!?—dijo cruzada de brazos.

—¿Y supuestamente qué quiero hacer?

—Quieres quitarme a Hyunjin—habló molesta—, Y no dejaré que lo hagas.

Jeongin abrió la boca para reírse, Soyeon se acercó al castaño queriéndole hacer daño pero Jeongin se alejó.

—¡Esta embarazado!—Ahogó un gritó Yuqi. Jeongin abrió los ojos.

Soyeon posó su vista en el vientre abultado del castaño, Jeongin se alarmó cuando ella frunció su ceño. Tenía miedo que supiera que el bebé que estaba esperando era de Hyunjin y que ella le hiciera algo.

—Pero mira quien salió zorra—escupió Soyeon—. Vayámonos Yuqi, ya no tenemos nada que hablar con este, porque Hyunjin ahora ya no se podrá fijar en él.