♡ : CAPÍTULO XXII

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[QUINTO MES.]

El azabache suspiró cansado. Este mes de embarazo era un caos, Jeongin se quejaba todo el día de lo cansado que se encontraba, de la hinchazón de pies, tobillos y los calambres. Esto había ocasionado que Jeongin durmiera tanto. La mayor parte del tiempo el castaño se la pasaba molesto. En algunas ocasiones peleaban, peleas generadas por Jeongin. Por otra parte pudieron conocer el sexo del bebé y esta tan orgulloso de que fuera una niña. El castaño, al igual que él, habían llorado cuando les dijieron que tendrían una niña. Ambos habían empezado a buscar nombres, pero por el momento ninguno les había gustado así que decidieron seguir buscando.

Para ser sincero en esas semanas se había puesto celoso varias veces, para no decir muchas, cuando se enteró que Changbin y el castaño habían sido novios. Tuvo aguantarse los celos que sentía en ese instante apretando sus puños dejando blanco sus nudillos. Al igual que las veces que Changbin se acercaba a Jeongin con excusa de preguntarle las tareas, pero él no era tonto se daba cuenta de la voz dulce y la mirada de Changbin cada vez que veía o hablaba con él castaño.

La verdad es que el azabache se encontraba confundido, no sabía que podía llegar a ser bastante celoso. Para ese momento su cabeza era un lío, porque sabía que había desarrollado sentimientos muy fuertes hacía él bonito castaño y es que desde siempre se ha sentido atraído por él. Al principio le dio miedo que llegó a insultarlo, con la estúpida idea que así dejaría de sentir esas cosas, pero siempre fue un fracaso, esos sentimientos no se iban, así que solo se rindió y había empezado a tratar mejor al castaño, aunque a veces lo sacaba de sus casillas y al final el resultado de todo eso era que esperaban una pequeña bebé y no se arrepentía en lo absoluto, de lo único de lo que si se arrepentia, era el hecho de haber insultado a Jeongin en ese tiempo, ahora protegía más que su vida al castaño y la pequeña que crecía dentro del vientre de Jeongin.

—Ya quiero largarme de esta mierda de Universidad—se quejó el castaño copiando los apuntes de la pizarra—, ni volver a verle la cara a los estúpidos profesores.

El azabache lo miraba un poco sorprendido, ya estaba acostumbrado a los cambios de humor que tenía el castaño y lo rápido cambiaban. Ahora se encontraba molesto con todo, no sabía lo gruñón que se podía poner soltando insultos y siendo sarcástico

—Todos quieren eso Jeongin—murmuró bajo para no ser escuchado por el profesor.

—Hyunjin, ¿Podemos ir por un helado después?—preguntó jugando con el bolígrafo.

El azabache amaba a todo los tipos de Jeongin, desde el tierno y tímido hasta él gruño y arisco.

—Por supuesto—tomó la mano de Jeongin para darle un dulce beso a esta. Sonrió cuando las mejillas del castaño se colorearon y apareció una pequeña sonrisa. Él azabache juraba que jamás había visto una sonrisa tan bella y brillante como la de Jeongin.

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Jeongin esperaba al azabache en la salida, puesto que este había ido a buscar algo que se le había olvidado en el salón, pero ya se había tardado tanto que el castaño se preocupó un poco, pero decidió esperar un poco más.

La verdad es que el castaño no quería ir por un helado, solo quería estar en un lugar tranquilo con el azabache. Había pensado mucho y decidió decirle a Hyunjin acerca de sus sentimientos hacía él. Se había enamorado de aquel azabache y no estaba seguro de como lo tomaría y eso le aterraba, tenía miedo de que no sintiera lo mismo y lo dejara.

Cerró por un momento sus ojos alejando todo lo negativo de su cabeza reemplazándolo con momentos lindos.

—Jeongin, ¿Qué haces aún aquí?—preguntó Changbin acercándose al castaño.

—Uh, se le olvidó algunas cosas a Hyunjin—respondió abriendo los ojos—. ¿Tu que haces aquí?

—Salgo un poco más tarde que ustedes—mencionó con una mueca—. Estaba por irme a mi casa.

Changbin miró detenidamente el vientre del castaño con una mueca en su rostro. Y es que ahora se llevaban realmente bien pero el sentimiento de tristeza no se iba, mucho menos cuando él castaño sonreía en grande cuando veía a Hyunjin para luego tirarse para abrazarlo. Él es egoísta porque quiere todo eso que tiene el azabache, todo eso que él perdió.

—¿Qué es? Ya sabes es niña o niño— preguntó mirando como el castaño se quejaba cuando el bebé pateaba.

—Es niña—dijo orgulloso.

—Supongo que después que nazca ¿tu y Hyunjin se casaran?—preguntó con un poco de miedo de saber la respuesta.

Se preguntarán porque pregunta si teme de la respuesta y es sencillo. Necesita saber todo, saber si aún tiene una oportunidad con aquel castaño.

—No—negó con la cabeza—, Hyunjin y yo no somos nada—No aún, tal vez lo seamos por fin al final del día. Jeongin quería responder eso, pero no quería dar una conclusión precipitada.

—Supongo que no te molestara que yo haga esto—Changbin no dejó al castaño cuestionar, porque sus labios se presionaban juntos. Changbin los movía suavemente contra los del castaño, pero los de Jeongin no se movían, no se molestaba en corresponder el beso en cambio apoyó sus manos en el pecho de Changbin para empujarlo.

Decir que Jeongin estaba molesto era poco, no se acercaba a lo que en verdad sentía. El castaño quería golpearlo tan fuerte hasta hacerle perder la conciencia.

Lo que no sabían, es que cierto chico de cabello azabache había presenciado todo marchándose de allí con un ramo de rosas en las manos y el corazón en mil pedazos.

—¿Por qué mierda hiciste eso?— empujó a Changbin lejos.

—Jeongin.

—¡No te di permiso de besarme!—gritó furioso—. ¡Te he dicho miles de veces que no quiero nada contigo!

—Jeongin—intentó acercarse al castaño pero este se alejó bruscamente.

—No me toques—señalo—, solo lárgate antes de que te golpee.

Changbin asintió sintiéndose realmente culpable. No había visto tan molesto a Jeongin en su vida. Sabía que la había cagado.

—No te atrevas a volverme a dirigirme la palabra—dijo antes de que Changbin saliera. Suspiró intentandose calmar.

Luego de minutos de esperar al azabache empezó a preocuparse así que tomó su teléfono mandándole un mensaje.

Jeongin: Hyunjin, ¿Dónde estas? Ya te tardaste.

Luego de cinco minutos recibió una respuesta por parte del azabache.

Hyunjin: Solo vete a casa.

Jeongin: ¿Por qué te fuiste? ¿Hice algo que te molesto? Si fue así, lo siento Hyunjin.

Hyunjin: Solo vete a casa.

Una llegada inesperada ❁ HyunInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora