♡ : CAPÍTULO IX

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El azabache conducía por las calles para poder llegar a la Universidad. Había estado pensando en ponerse a trabajar en la empresa de su familia, ya que sería padre y necesitaba el dinero para mantener a su hijo. El dinero no era problema para él, ya que su familia contaba con mucho dinero, pero quería ganar dinero por el mismo, pero por otra parte quería poder estar presente en cada etapa del embarazo de Jeongin, así que el trabajo tendría que esperar por un tiempo. Otras cosas que rondaba por su cabeza era como pedirle a Jeongin que estuviera con él cuando hablara con su madre, ya imaginaba a Jeongin diciéndole "es tu mamá tú se lo dices solo" y él tendría que calmarse para no gritarle.

Entró al estacionamiento de la universidad y apagó el motor para luego bajar del auto. Lo primero que pudo distinguir fue a Jeongin platicando con Félix en unas bancas cercanas.

Caminó hacía ellos. Algunos personas lo miraban con ojos soñadores, para Hyunjin era algo normal ya que era atractivo y poseía unos preciosos ojos verdes.

Al estar a pocos metros de ambos chicos, sonrió por la manera en que los ojos de Jeongin se arrugaban cada vez que sonreía en grande para luego volver a la normalidad y como aquellos brillaban. Puede que Jeongin la mayoría del tiempo se queje de todo, pero sin duda tenía que reconocer que tenía su encanto.

El castaño levantó la mirada y se encontró con la de Hyunjin, por unos minutos se sostuvieron la mirada. Jeongin la desvió poniendo su atención en lo que Félix le comentaba. Sintió a Hyunjin sentarse a lado suyo.

—Hola ¿No sabes dónde esta Chan? No me contesta los mensajes—habló dirigiéndose al azabache. Este negó algo confundido porque Chan casi no faltaba a clases.

—Tal vez se sintió mal. —Se encogió de hombros. Dirigiéndose a Jeongin—. ¿Ya desayunaste?

—No, de hecho íbamos a ir la cafetería— informó mirando a Hyunjin.

—Vamos, te voy comprar algo para comer. Siempre andas comiendo chucherías—Félix rio. Jeongin hizo un puchero—. Ni creas que con esa carita vas hacerme cambiar de opinión.

—Bien. —Bufó levantándose sin prisa para que los mareos no se hagan presentes—. ¿Vienes Félix?

—Creo que yo esperaré aquí un rato más—dijo el ojimiel.

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Ambos chicos caminaban hacia la cafetería. Hyunjin veía como Jeongin bostezaba de vez en cuando y como se restregaba sus manos en sus ojos tratando de alejar el sueño de su sistema.

—¿Qué tanto me miras?—soltó Jeongin cuando sintió la mirada de Hyunjin sobre de él.

—Espera—Detuvo a Jeongin del brazo—, necesito preguntarte algo.

El castaño se cruzó de brazos alzando una ceja esperando a que Hyunjin le preguntara.

Hyunjin se mordió el labio.

—Le diré a mi madre que estamos esperando un hijo—Suspiró—, y necesito que estés allí para que mi madre no piense que estoy bromeando.

—Hyunjin..

—Sé que no te importa cómo se los diré a mi familia. —El castaño dejó de escucharlo y se sintió herido por la forma en que Hyunjin pensaba acerca de él.

—¡Claro que me importa!—dijo dolido y sus ojos empezaron a llenarse de lágrimas. Se sorprendió ante esto porque estaba llorando por algo sin importancia.

—Jeongin, no llores. —Lo atrajó a sus brazos. Ya se le estaba haciendo costumbre hacer eso y nunca pensó que podría estar así con Jeongin, porque probablemente lo que hubiera hecho era golpearlo, pero le gustaba más este Jeongin. También ama al Jeongin malhumorado, al enojón.

—Si me importa, quiero estar allí cuando se lo digas. —Sonrió de lado apretando más a Hyunjin—. Creó que yo también tengo que hablar con mi madre.

—Estaba pensando el sábado. —Se alejó del abrazo acomodando sus cabellos—. ¿Quieres que hablemos con tu familia primero?

—Prefiero primero que hables con tu familia y si se lo toman bien hablamos con la mía—sugirió Jeongin.

—Claro, que me maten primero a mí— dijo bromeando.

Jeongin sonrió en grande y asintió.

El azabache negó y reanudaron su caminata a la cafetería.

Una llegada inesperada ❁ HyunInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora