¡Hi! Diosito me bendijo siendo acuario, así que quise hacer este especial para mi (ahre, la esquizo). Así que aquí les traigo un par de capítulos bien candentes por que si 🔥.
Special part 1: los miembros deciden darte un pequeño presente de cumpleaños.
Advertencias: female reader x skz members. Smut, lenguaje explícito.
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Una vez que la pequeña reunión entre los miembros, un par de mis amigas y uno que otro personal del staff terminó, Chris y yo nos dedicamos a limpiar un poco el desorden. Agradecía infinitamente que mis amigas eran bastante discretas al momento de reunirnos, así nos dejaban una carga mínima de trabajo.
Cuando terminé con los vasos de vidrio en donde tomamos clericot, Chris me sorprendió por la espalda, cargándome y acomodándome en su hombro.
— ¡Amor! — me reí. Siempre me encantó la fuerza de Chan.
Me depositó con delicadeza en el colchón de la cama, dejando mi espalda sobre las sábanas y con el encima de mi, mirándome como su mayor tesoro.
— ¿Te divertiste hoy? — preguntó.
La reunión había sido su idea, el sabía cuanto extrañaba a mi bola de idiotas.
— Como no tienes idea — le contesté.
— Bien — murmuró. Se puso de rodillas aun estando encima de mi, desabrochándose su camisa azul que le quedaba como una segunda piel. A pesar de que todo el día disfruté de sus músculos marcándose, me deleitó dejándome verlos al desnudo — por que ahora me toca darte mi regalo — dijo, cambiando esa tierna aura a una peligrosa y excitante.
Una de las cosas que más adoro es lo expresivo que es. Muestra sus emociones con tanta facilidad, que ahora podía ver en su rostro la perversión y lujuria. Y no podía estar más feliz.
— ¿Que harás, Christopher? — Me reí, mordiendo mi labio inferior. El gruñó y después lo tenía devorándome la boca. Su caliente y húmeda lengua paseándose por mi cavidad, acariciando mi músculo con sensualidad, generando en mi una oleada de placer al imaginar su lengua moviéndose así en otro lugar. Gemí aun con sus labios pegados a los míos.
— Se lo que estás pensando — jadeó. Odio que así como yo se leerlo, el sabe interpretarme a mi — y es justo lo que voy a hacer.
Ni si quiera me dió tiempo de reprochar. No quería que se detuviera, pero quería darle placer también. Aun así, cuando menos me di cuenta, ya tenía sus manos recorriendo mi cintura, acariciando con delicadeza por debajo de la blusa que aún traía. Tengo la costumbre de no usar brasier, cosa que a él no le molesta en lo mínimo. De hecho, justo ahora saca ventaja de ello, acariciando suavemente mis pezones con sus enormes dedos y después jaloneando, como sabe que me encanta que lo haga, mientras me mira con su rostro sobre mi abdomen.
