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——Señorita James. — me miró seria y fijamente. ——¿Podría explicarme qué son estas horas de llegar?

En cuánto puse un pie en la sala, dirigí brevemente mi mirada hacia el culpable principal de que ahora yo este aquí a punto de ser regañada. Ese idiota estaba de lo más tranquilo jugando con su lápiz, girandolo una y otra vez con una de sus manos, pude distinguir su sonrisa burlona y lo estaba disfrutando.

——Estoy esperando su respuesta, señorita James.

——Profesora Kang, no fue mi culpa. Alguien se llevó mi uniforme y lo estuve buscando, por eso demoré.

——¿Y espera que le crea esa mentira? Trae puesto su uniforme.

——No es mío, he tomado este de la caja que está en el sótano de abajo.

La profesora Kang rió ligeramente, antes de quitar sus lentes y colocarlos sobre su escritorio.

——Debe creer que soy una tonta, ¿cierto, señorita Tn?

——¡Le digo la verdad, profesora!

——Guarde silencio y no vuelva a elevar la voz de esa manera.

——Profesora, Kang. — ahí estaba esa voz irritante. ¿Qué estupidez dirá ahora? ——Anoche mi compañera se quedó despierta hasta tarde, no ha podido dormir bien, es lógico que no haya querido levantarse, le fue fácil usar la excusa del uniforme perdido.

——¡Cállate, Jungkook! — lo miré molesta, no solo había conseguido que me regañaran, sino que también, quería hacerme perder los estribos. ——Tú te robaste mi uniforme, admítelo.

Rió.

——¿Para qué querría yo, tu uniforme?

——Para molestarme, parece que ese ha sido tu entretenimiento del año, no te cansas de ello.

——¡Suficiente! Ambos están en esta institución porque son jóvenes rebeldes, sus padres han invertido mucho dinero para que el día que salgan de aquí, sean jovencitos de bien. —dirigió su vista hacia mí, nuevamente. ——Señorita, esa acusación es muy grave.

——Pero es la verdad.

——Sin pruebas de ello, no podemos hacer nada y me temo que tendrá usted un castigo.

Cerré los ojos con fuerza, estaba molesta, no era mi culpa.

——Ve a los establos Tn, limpiaras el lugar completamente, sin excepciones.

——¿Qué? ¿Iré allí a limpiar mierda?

——¡Señorita James!

Bufé y miré a Jeon una última vez, juro que me vengaré.

.

Después de varias horas, mi castigo había culminado, estaba ahora mismo de camino a mi habitación, bueno, a la habitación que compartía con otra persona.

Agotada y apestada, lo único que quería hacer era tomar una ducha y dormir un poco.

——Ah, ya estás aquí. — dijo en cuánto me vió abrir la puerta. Al parecer, acababa de salir de la ducha. ——Tn, te ves... ¿cómo decirlo?

——Cállate.

Pasé a un lado de él, en verdad lo detestaba, de todas las personas en este internado, ¿por qué tenía él que ser mi compañero de cuarto?

——Si vas a ducharte, no hay agua caliente.

——¿Qué? — volteé a verlo.

——Lo que has escuchado, bonita. — se acercó a mí, su varonil aroma, se fundió en mis fosas nasales. ——He disfrutado la ducha caliente, pero lamento decir que tú tendrás que bañarte con agua fría.

——Es una jodida broma, ¿cierto?

——No, no lo es.

——Jeon, esto es tu maldita culpa. — pensaba no darle demasiada importancia e ignorarlo, pero él se empeñaba en hacerme perder la paciencia y lo peor de todo, era que lo disfrutaba. ——Tomé un castigo que no merecía, por ti, he ido a los establos, no sabés lo mal que huele allí y ahora me dices que no hay agua caliente.

——Se lo mal que huele, lo llevas impregnado en tu cuerpo. — rió.

——Eres... Ahg! — ni siquiera quise decirle algo ya, revolví mi cabello y me dirigí hacia el baño.

Solo escuché su risa de fondo antes de cerrar la puerta. ¡Genial, se supone que aquí los padres que buscan algún tipo de redención para sus hijos rebeldes, pagan buen dinero a este lugar y ni siquiera había agua caliente para tomar una ducha!

Comenzaba a arrepentirme de estar aquí por voluntad propia.

.

——¿Disfrutaste de la ducha?

Decidí hacer oídos sordos, no permitiría que perturbara la poca paz que había logrado conseguir.

Estaba él recostado en su cama, usando uno de sus brazos como almohada, ligeramente pude visualizar que en su mano libre sostenía algún tipo de prenda, la cual lanzaba de arriba a abajo.

——¿No sientes que el día se ha pasado muy rápido? — volvió a hablar. ——He estado aburrido toda la tarde.

——¿Y qué quieres? ¿Un premi... — no terminé mi frase, había visto en sus manos mi uniforme. ——Sabía que tú lo tenías.

——¿Qué? Oh, esto. —me lo enseñó. ——Lo encontré por ahí.

——¡Jeon Jungkook!

——¿Estás molesta ahora, James? Te ví demasiado tranquila hace un momento.

——Será mejor que me lo devuelvas.

——¿O qué? — sonrió de manera desafiante, yo pedía paciencia, pero él no cooperaba.

——Te daré hasta tres, no quiero pelear contigo, solo dámelo. No estoy dispuesta a que vuelvan a castigarme solo por no tener el jodido uniforme. — su silencio era más que suficiente para darme a entender que no tenía intenciones de devolvermelo. Era ridículo discutir por un uniforme, pero llevarlo era una regla obligatoria de este lugar. ——Uno... dos...

——Si lo quieres, ven aquí y tómalo.

A la mierda, me cansé de su tonto juego, iría por lo que pertenece. Me acerqué a su cama e intenté arrebatarle el uniforme, pero de un rápido movimiento lo quito de mi alcance.

——Oh no. — negó. ——Inténtalo una vez más, bonita.

Bufé, en verdad me hacía perder los estribos, parecía un niño, uno que no soporto.

——¡Ya dámelo! — otro intento fallido, causó que cayera encima de él, pero sin esperarlo, ahora me encontraba yo, debajo suyo.

Sus ojos se cruzaron con los míos, su aliento a menta, rozaba en mi cuello. Esto se sintia raro.

——Quítate de encima.

Un golpe en la puerta, llamó nuestra atención.

——¡Hora de dormir!

Miré a Jeon, y lo empujé un poco para quitarlo de encima, cogí mi uniforme y corrí a mi cama.

[.....]

Han pasado varios días ya, caminaba por los pasillos del internado, pero detuve mis pasos en cuanto ví a "la más sagrada de las reglas" según la directora, ser corrompida. La suerte estaba de mi lado este día y claro que la iba a aprovechar.

Sonreí, ¿en verdad Jeon pensaba tener relaciones dentro del internado?

——Descarado. — susurré en cuanto los ví dirigirse a la habitación, para colmo, la que compartíamos.

Un golpe seco a la puerta y el grito eufórico de la directora, los alertó. Gracias al cielo aún conservaban su ropa.

——¡Señor Jeon Jungkook, señorita Park Hanna! ¡A la dirección, ahora!

La directora Jang, se marchó, estaba yo allí parada, dí un sorbo a mi jugo, al menos arruiné su fiesta y cobré lo que me debía. Jungkook me miró molesto antes de salir por completo de la habitación.

Survive || JjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora