Capítulo 34 - ¿Final?

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Hola a todos, ya llegamos al final, aunque en realidad habrá varios extras para que sepamos un poco más de ellos. La historia de Addie ha sido  una larga lucha, dolorosa muchas  veces y merece más días felices junto a Joseph, así que  aunque éste es el final hay varios epílogos en camino.

También me cuesta dejarlos ir. A pesar de que esta historia ha sido más triste que las otras, amo pasearme por Dorset

Gracias por acompañarme durante más de un año y por el apoyo. Sepan que amé leer sus comentarios y que me alegró que estuvieran del otro lado. Me parece mentira que haya pasado tanto tiempo y también volver a terminar ( casi) otra historia.

 A esos casi 90 lectores que se mantuvieron firmes con esta historia, les doy un abrazo inmenso , de corazón, y espero les guste.

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Antes de llegar a la recepción dieron un paseo en el carruaje, Joseph había diseñado la ruta y pasaron por los lugares más bonitos de Dorset que aún cubiertos de nieve rezumaban belleza.

Incluso pasaron cerca de su árbol y Adeline lo miró entusiasmada desde la ventanilla.

-Pensaba que ya no podría encontrarte allí cuando llegara el invierno- le dijo a Joseph.

-Y ahora , esposa, podremos venir juntos, una vez que regresemos a Dorset- dijo él resaltando la palabra esposa.

-Dilo de nuevo- lo urgió.

-¿El qué?- preguntó haciéndose el inocente.

-Joseph...

-Esposa, esposa mía, amada mía – dijo él y la besó, esta vez sin contenerse.

-Esposo mío, amado mío – susurró Adeline cuando se separaron.

-De verdad necesito que lleguemos a esa recepción, y que termine pronto y llevarte lejos cuanto antes- dijo él y eso la hizo sonreír.

Cuando llegaron a la mansión de los Clifford estaban esperándolos en el gran salón, todo había sido decorado para la ocasión. Había comida y bebidas en abundancia y los invitados estaban alegres.

Había también un precioso pastel de bodas. Su suegra no había dejado ningún detalle al azar, Adeline nunca se había atrevido a soñar con una boda, pero sin dudas la señora Lawrence se había esforzado porque todo fuera soñado, más de lo que ella habría deseado.

Incluso había un pianista con una violinista amenizando la velada con su música.

-Es una pena que sea de día o hubiéramos podido bailar, no hemos tenido la ocasión de bailar juntos – le susurró Joseph.

-Lo haremos después, prometiste que sería un noviazgo largo – dijo ella y él asintió. Saludaron a los invitados e interactuaron con ellos. Luego cuando fue el brindis se reunieron con sus padres y, los anfitriones de la casa, los Devereaux y algunas otras familias prominentes. Joseph le hizo una muy breve señal a su madre, nadie lo notó, pero Adeline sí.

-Qué día dichoso, debes mantenerte saludable para cuando lleguen tus nietos- dijo la señora Wellington y a la señora Lawrence aprovechó el momento.

-Hay tiempo para eso, aunque como mi salud no ha estado muy bien , el médico me aconsejó que fuera a las termas de Bath en lugar de pasar el invierno aquí. Es una bendición que ahora que somos familia pueda pedirle a Celine Blythe que venga conmigo, ¿vendrás, verdad querida mía? Con Joseph y Adeline lejos, estaré sola- dijo con tono dramático.

Florecer sin miedo -  Saga Dorsetshire 0Donde viven las historias. Descúbrelo ahora