Alma gemela trabajando

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Toge miraba atentamente a Yuta, mientras este le servía chocolate caliente.

Okkotsu ya le había curado el pie.

Por suerte donde trabajaba Okkotsu, tenían cosas para primeros auxilios, también tobilleras e incluso algunos medicamentos básicos.

—Tienes que ir a doctor mañana, para que revisen bien y descarten cualquier lesión.

Toge solo asintió, su alma gemela era multiusos, sabía hacer de todo.

—¿Que libro querías comprar?

—Una novela Bl —gesticulo Inumaki algo avergonzado.

Miro otra vez a Okkotsu y luego se tapo la cara con las manos.

Que lindo— pensó Yuta —acercándose para acariciar el cabello albino. Cada vez que se veían, más ganas eran las que tenía de tocarlo y eso no estaba bien. Ya habían decidido ser solo amigos por el momento.

Que difícil es hacer lo correcto.

—¿Cuál novela? Yo te la traigo.

Inumaki le mostró una foto que llevaba impresa antes de salir.

—Esperame aquí.

Toge espero sentadito moviendo sus pies, como niño bueno, mientras esperaba en una esquina.  Hasta que pego un salto cuando escucho llegar repentinamente a alguien.

—Okkotsu-senpai, llegaron los libros para reponer ¿Donde los dejo?

Antes de esperar la respuesta de Yuta, el chico de pelo azabache alborotado lo miro y volvió a hablar

—¿Quién es el pequeño albino?

—Megumi, el es Inumaki, un amigo y deja los libros en esa encimera, te ayudo a colocarlos después.

El tal Megumi volvió a mirarlo como si fuera un ratoncillo de laboratorio que se había vuelto verde.

—¿Que hace aquí?

Pero que simpático, pensó el albino, tendré que hacerle alguna broma, está demasiado serio. O pensándolo mejor, creo que no, en una de esas terminaba siendo sacado por una ventana. Una sonrisa bastará.

Toge al instante le sonríe.

Megumi abre los ojos, pero no dijo nada. Antes de irse se acerca a Toge y le susurra.

—Pensaba tirarte por la ventana por interrumpir el trabajo pero, eres lindo. Luego de eso el chico se sonrojo y se fue a dejar las cajas.

Oh...¿Era lindo? Se preguntó Inumaki, que sentía un poco de calor subir por sus mejillas.

Todo sucedió ante los ojos de Yuta. Okkotsu pensaba seriamente en "hablar" con su compañero Megumi, no le gustó nada ese acercamiento ¿Que le habrá susurrado, para dejar a Inumaki tan nervioso?

No es que pensara mal de su compañero de trabajo, y no es que estuviera celoso, claro que no, pero Megumi solia ser un poco estricto, no quería que hiciera pasar un mal rato a su... amigo.

....................

Paso una hora, donde Toge se quedó aún en la esquina mirando todas las estanterías, lo más tranquilo posible, para no seguir dañando su tobillo, mientras Okkotsu trabajaba junto a Megumi. Este último le daba miradas serias, como si quisiera saber qué relación tenía realmente con su superior. Toge lo entendía, se veían algo sospechosos; darse miraditas y sonreír como idiotas no ayudaba a dar una imagen de solo amigos.
Si Inumaki no quería darle problemas a Yuta era mejor meter la cabeza en un libro y no molestar más de lo necesario.

.................

Yuta estaba empezando a molestarse.
¿Porque su compañero miraba tanto a Inumaki? ¿Se enamoró de su alma gemela? — Ah, no, eso sí que no, que se consiga la suya, ese destinado ya estaba ocupado y era exclusivamente suyo — sentencio Yuta. Miro fijamente a Fushiguro con el seño fruncido, dándole a entender que ya estaba siendo insistente.

—Megumi, Inumaki no es una laucha de laboratorio, deja de mirarlo, lo pondrás incómodo — y a mí de los nervios, pensó Okkotsu — No es muy educado observar de ese modo.

—Disculpe senpai.

—Tranquilo, no estoy molesto.

Toge por su lado los veía conversando mientras no había clientes.
Que envidia, yo también quiero participar —pensaba Toge mientras miraba sus pies e inflaba las mejillas. Inumaki era curioso por naturaleza, sociable con los más cercanos, le gustaba jugar y bromear y Yuta era eso, una persona cercana, su amigo  —maldito trabajo, termina pronto —pensó para sí — ya estoy aburrido.

.................

Yuta miraba a Toge, que de un momento a otro tenía las mejillas infladas como un hamster. Lindo, muy lindo —pensó Okkotsu.

—Inumaki, ya que no hay clientes, ven conmigo y conversemos un poco — dijo Yuta levantandose para cargar a Toge y acercarlo donde ellos estaban atendiendo antes — Megumi sabe un poco de LS, así que no sera necesario que anotes.

El albino miro a Megumi con ojos impresionados ¿Es que acaso aquí solo aceptaban pelinegros guapos e inteligentes? Con razón tienen tanta clientela para ser una simple librería. Yo también vendría todos los días solo para admirar el panorama.

Inumaki volvió a sonreír, asintiendo más que satisfecho, ya había vuelto a tener la atención de Okkotsu.

.......................

Está vez las horas pasaron más rápido, no había nada mejor que una conversación entretenida, Megumi había resultado ser una buena persona, bastante tranquilo y responsable, pero a diferencia de Yuta, Megumi no era inseguro o tímido. Esa amistad le servirá mucho a Okkotsu, pensó Inumaki, es bueno saber que su alma gemela no estaba del todo solo, había alguien que se le notaba le tenia aprecio e incluso podia notar cierta admiración, eso dejaba contento al albino, mientras mas personas buenas rodearan a su destinado, mas rápido mejoraría y sanaría. Algo bueno saco con torcerse el tobillo.

....................

Cuando llegó la hora de salida, eran las siete y estaba completamente oscuro. Megumi ya se había despedido de ambos, de mejor manera que cuando llegó. Era un avance, ya se había ganado al amigo de Yuta. Además, era increíble como se desenvolvía Okkotsu en el trabajo, era literalmente otra persona, como si cambiaran un interruptor, de modo tímido a modo sociable. No había persona que no sonriera cuando Okkotsu les deseaba un bonito día. Y como no sonreír, si Okkotsu era muy hermoso y amable. No solo eso, también tenía gran parte de los libros memorizados y donde estaban puestos, por lo que buscarlos era tarea fácil. Inumaki estaba pensando seriamente en tener un negocio de libros y que su alma gemela atendiera, de esa forma ganaría bastante, tendría a su chico cerca todo el tiempo y lo vería sonreír.

Soy todo un emprendedor, penso Inumaki, tengo mente de tiburón.

—Inumaki —dijo Okkotsu, interrumpiendo los pensamientos de Toge — Se que no es tan tarde pero, ya oscureció y estás lastimado. Te gustaría quedarte en mi casa, no vivo lejos y puedo cargarte en mi espalda.

Toge no podía creerlo ¿Iba a pasar la noche con su alma gemela? Bueno, con su amigo, no es como si Yuta lo estuviera invitando a ver "Netflix".

—Podemos ver películas, tengo Netflix.

....parece que si verían películas y conociéndolo, sería literalmente ver películas. Parecía un panorama normal que se tiene entre amigos, el lo hacía todo el tiempo con Maki y Panda. ¿No iba a pasar nada, verdad? Además estaba lastimado del pié, seguramente Okkotsu no aprovecharía, una lastima, pensó Toge.

El albino no se demoró ni dos segundos en asentir, si bien sabía que sería como una pijamada de amigos, no estaba mal aprovechar y recargar energías, abrazando a su alma gemela.






Continuará.......

Va quedando poquito, gracias por leer, un abrazo 🤗

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