Alma Gemela

Alma gemela un comienzo

Toge después de escuchar todo lo que realmente pasó, comenzó a entender varias cosas. Al menos su destinado, no lo odiaba, simplemente no había hablado con él, por circunstancias mayores. Eso sí, su alma gemela, tenía que trabajar su mal genio, eso es seguro. Y ya estaba buscando ayuda, lo cual le parecía correcto y responsable. Inumaki sabía que no todo el mundo, era mentalmente fuerte para soportar todo tipo de daños, lo cual estaba bien, todos eran diferentes y si buscaban superarse y salir adelante, era totalmente admirable. Admitir que se está mentalmente mal, aceptarlo, pedir ayuda y sobretodo hacer algo para corregir ese mal, no debía ser tarea fácil.

Toge empezó a mirar a Okkotsu con algo más que solo amor, vio en él, a alguien con ganas de ser mejor, quería aprender de sus errores y por sobretodo amarlo correctamente.

El albino estaba feliz, al fin sabía toda la verdad y Yuta le dijo algo muy bonito. Que lo había salvado. Era la primera persona que le decía algo así. Que no era un discapacitado e inútil. Si no que ayudó de cierta manera.

—Toge, si cambiaste de opinión y estás enojado, está bien, puedes decírmelo. Puedes incluso darme un golpe, me lo tendría más que merecido —dijo Okkotsu, preocupado.

¿Golpearlo? ¿No sería eso exagerar un poco? Esta bien, lo pensó en su momento, pero de allí a hacerlo, había un trecho bastante grande.

—No estoy enojado —Escribio Toge, en el cuaderno casi olvidado — solo estaba pensando, que eres una persona sincera, amable y tímido. Me dan ganas de molestarte.

Yuta, al leer lo que Inumaki escribió, se echó a reír, y con ganas, pocas veces se reía con alegría verdadera y con ganas reales, Toge lograba lo que pocos conseguían.

—Puedes molestarme todo lo que quieras — dijo feliz Okkotsu -¿Entonces, somo amigos?
¿Me perdonas mi estupidez?
—Te perdono Yuta, pero ¿Quieres ser solo, amigos? - escribió Toge.
—...

Yuta se había quedado completamente mudo.

—¿Yuta? —escribio Inumaki —¿Dije algo malo?

Continuará.......