Race of Fate | ENHYPEN

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"No estuvo mal, creí que querías suicidarte en esa última curva..."

"Di aunque sea por una vez que lo hice bien" Bufé molesta dejando un vaho en el aire, escondiendo mis manos en el refugio cálido de mis bolsillos.

Sorbí mi nariz por milésima vez desde que llegamos a la helada pista, la llegada del invierno había comenzado a hacer notable su presencia hace un par de días.

"Dejemoslo aquí por hoy..." Sunghoon habló dando vuelta para subir al asiento del conductor.

Fruncí el ceño y no tarde en seguirlo.

"¿A qué te refieres? Todavía nos queda tiempo"

Comenzamos a entrenar 1 hora y media atrás, esperaba que no estuviera teniendo otro de sus ataques de idiotez aguda. Estaba comenzando a simpatizar con su lado amable...

"Es mejor que entrenamos cuando no haya tanto frío" Concluyó serio antes de posar su mano en la manija del vehículo, acción que se vió interrumpida cuando me interpuse entre ambos.

"No tengo frío, sigamos entrenando" Me crucé de brazos cual niña caprichosa, aunque era por una buena causa.

El pelinegro levantó la mirada, haciendo desvanecer toda mi valentía con un solo gesto. Sus ojos, negros como la noche, tenían cierto brillo destacable en ellos, algo que jamás había notado, un detalle lindo que me gustaba señalar...

"Haerin..." Escalofríos subieron por mi espalda.

Hace días trataba de asimilar porque me ponía tan nerviosa cuando lo tenía cerca, sabía que no me gustaba, que mi lugar era con Heeseung, que Sunghoon era un tarado y que estaba mal no alejar mi rostro cuando podía...

Lo sabía pero...

Aún así nunca lo hacía.

"Te estás resfriando" Concluyó dejandome perpleja y un poco avergonzada.

Me negaba a enfermarme, no ahora, la cena en parejas era esta noche, las vacaciones de invierno ya habían comenzado y mi primer carrera sería la semana próxima. No podía estar resfriada.

"Claro que no" Mentí sorbiendo mi nariz por inercia, cerré los ojos y maldije en mi interior a mi incapacidad de contener los mocos.

A Sunghoon esto pareció causarle gracia, jadeó una sonrisa ligeramente mientras que su cabeza giró hacia un costado. De que se reía, imbécil.

Inesperadamente apoyó una mano sobre el vehículo, aprisionandome contra él, robandose un latido de mi corazón. La diferencia de altura provocaba que tenga que mirar hacia arriba, sintiendo algo de miedo ante lo que podía salir de esto...

"Díselo a tu nariz, si no fuera porque estámos aquí y no en un circo juraría que eres un payaso"

"Eres increíble..." Murmuré ofendida antes de tratar de irme, pero él fue más rápido al colocar su otra mano, dejandome sin escapatoria.

Su rostro, inexpresivo pero a la vez observandome como si tratara de leer mis pensamientos, averiguar algo, entender mi comportamiento o simplemente causar nervios en mi interior, cosa que estaba logrando. Su silencio ardía en mi impaciencia como un bosque en llamas, me quemaba esta tensión, tensión que comenzaba a preguntarme si solo yo sentía, esperando equivocarme, esperando no estar volviendome loca por pensar que sus lunares eran más lindos bajo la luz del atardecer...

"Se nota que aún tienes curiosidad..." Sus palabras salieron acompañadas del vaho evidencia del frío arrasador.

No sé de dónde había sacado que tenía curiosidad por besarlo, la primera vez que lo mencionó fue hace meses, se había vuelto su manera personal de molestarme.