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La cantidad de gente era agobiante.

Respiré profundo observando a la multitud que se avecinaba a la fiesta, chicos y chicas muy guapos, comenzaba a preguntarme si era una fiesta de mi universidad o me había equivocado de dirección.

El arrepentimiento se apoderó de mi viendo como la mayoría de los presentes se conocían entre si, saludandose y riendo.

Me volteé, decidida a irme pero me vi interrumpida cuando mi rostro chocó contra algo.

"¡Pero que mi―"

O mejor dicho, alguien.

"Lo siento mucho, fue mi culpa yo―" Sentía mi labio inferior arder.

"¡No, no, no!... Lo siento, fue culpa mía..."

Se trataba de un chico muy alto, de cabello negro, usaba una chaqueta de cuero con ciertos pinches en ella y creo que uno había alcanzado mi boca...

"Estás sangrando..."

"¿Qué? Mierda..." Verifiqué su comentario al sacar un pequeño espejo de mi bolso y confirmar que en efecto: Tenía el labio levemente cortado, pero aún así dolía.

"Debo irme..." Fue cuando sentí su mano posarse sobre mi muñeca.

"Espera, no puedes irte así, hay que curarte... Ven" Sin dejarme opción, me guió hasta dentro de la casa, por la puerta trasera, pasando directamente hacia el baño.

El trayecto no había sido para nada tranquilo, al parecer todos conocían a este chico, todos menos yo. Los saludos y gritos de ánimo de sus amigos comenzaban a hacerme desconfiar, además de pasar vergüenza.

"¡Aún es temprano Choi!"

"Cierra la boca idiota..." Él respondió sin ninguna gracia.

El pelinegro sacó del baño un botiquín de primeros auxilios, las miradas del afuera eran inevitables, pues la puerta se encontraba abierta de par en par...

"¿Te sientes incómoda? Puedo dejarte a solas si prefieres..."

Aunque estaba a punto de decir que si, recordé a lo que había venido esta noche...

Negué lentamente con la cabeza y cerré la puerta a mis espaldas, causando que una pequeña mueca se formara en sus labios.

"Okay... eso será suficiente, el corte es pequeño"

"¿Se ve muy mal?"

"Para nada... y el corte tampoco" Sonreí involuntariamente ante su comentario con doble sentido.

Cabía mencionar que este chico era guapo, muy guapo, la forma de sus ojos al sonreír, sus labios gruesos y rosados, el escote de su camiseta dejando ver su clavícula marcada a la perfección...

Comenzaba a olvidar porque estuve llorando hoy.

"¿Cuál es tu nombre?" Preguntó luego de un segundo de silencio y tensión.

"...Haerin, Kim Haerin" Respondí disimulando una vez logré salir del transe. Atolondrada.

"Tierno..." El pelinegro rió haciendome saber que no había funcionado.

"Soy Choi Yeonjun, un placer conocerte... Kim Haerin" Extendió su mano hacia mi y no dudé en estrecharla, sintiendo una electricidad al conectar nuestros ojos.

"¡Hyung!"

"¡¿A caso no sabes golpear?!" Yeonjun regañó al rubio que ahora se encontraba en la puerta.

Podía sentir mis mejillas arder...

"¡¿Haerin?!―

"¿Lo conoces?" Preguntó con una mirada de confusión genuina.

Race of Fate | ENHYPEN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora