Race of Fate | ENHYPEN

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Quedé muda...

Y no solo por la falta de palabras coherentes en mi mente sino porque mis labios habían sido sorprendidos por el tacto de los de Sunghoon.

Finalmente, luego de tantos simulacros... me había besado.

El chico sostenía mi rostro con ambas manos, profundizando nuestras bocas en un lento y suave beso, podía jurar sentir un fuego quemar mis quejillas, ante su tacto y ante la vergüenza que sentí en aquel momento repentino... ¿Yo? Tiesa, aún con los ojos abiertos, sin poder creer lo que estaba sucediendo.

Se separó de mi segundos después. Inhalé tratando de encontrar algo que decir pero mi mente simplemente estaba en blanco...

"No voy a pedir perdón, porque no me arrepiento en lo absoluto y sé que he sido un completo estúpido contigo desde que nos conocemos pero noㅡ" Rompió el silencio hablando con desespero, esta vez fui yo quién lo interrumpió al colocar mis manos sobre su chaqueta y acercarlo a mi, para unir nuestros labios una vez más.

De hecho mi mente no estaba en blanco, el único pensamiento era una voz que demandaba "Besalo" y no pude evitar obedecer.

Sunghoon se separó sin dejar de mirarme a los ojos, con una mirada que podía jurar pretendía absorber mi alma,  para luego tomar mi cintura y jalarme hacia él con fuerza, como si necesitara de mi boca para respirar, un beso agresivo pero romántico, apasionado y con fuertes notas de necesidad, expresadas por ambas partes...

Era el beso que tanto había proclamado, el que no sabía que necesitaba.

Nos separamos por falta de aire, parte de mi aún estaba perpleja y la otra quería comenzar a dar brincos de felicidad.

Controlate, Haerin.

"No creas que te dejaré en paz luego de esto, te acabas de condenar a ser mi punto débil..." Dijo logrando erizarme la piel.

"No creí que Park Sunghoon tuviese un punto débil..."

"No lo tenía... hasta que una mocosa molesta y hermosa se chocó conmigo en una fiesta... Quizá la conozcas" Confesó con humor, sacándome una sonrisa.

"¿El bullying no parará ni aunque sea tu 'punto debil'?" Pregunté con ironía.

"Oh no niña, ni de chiste... aunque ahora si te ofendes... puedo arreglarlo con besos..." Mordió el lóbulo de mi oreja suavemente haciendome reír, con sus manos posadas sobre mis caderas.

"¡Ya! ¡Espera!..."

"¡Haerin! ¡¿Has visto a Sungㅡ Wow..." Sunoo apareció por la puerta de repente.

"¡Hijo deㅡ  ¡¿Qué hay del plan?! ¡No pasé toda la tarde buscando rosas para nada!" Cuestionó molesto.

"¿Plan?" Pregunté confundida.

"Tienes 5 segundos para salir corriendo antes de que te alcance y te cosa la boca con un alambre..." Sunghoon lo amenazó.

"¡Oh no, no éstaㅡ"

"Cinco..."

"¡Me debes un muffin!" Exclamó al seguir las instrucciones.

¿Tenían un plan? ¿Era eso por lo que actuaban tan sospechosos aquel día?

"¿A que se refería con plan?" Interrogué con curiosidad.

Sunghoon pasó su brazo por detrás de mi hombro, entrelazando su mano con la mía, casi por inercia comenzamos a dar lentos pasos hacia la salida.

"¿Me dejarás sorprenderte como se debe o te conformarás con un primer beso en un establo viejo y maloliente?" Cuestionó con obviedad.

Y la verdad sería una de las pocas y creo que primera vez que lo admitiría, pero Sunghoon tenía razón.