Capítulo 9: ¿Puedo...?

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Yo fui quien se acercó de forma más directa, sin saber muy bien que buscaba con esto, aunque es evidente que terminamos besándonos de un modo lento y pausado.

Sus suaves labios se entrelazaron con los míos de modo tranquilo, casi queriendo investigar si esperaba un segundo beso o dejar el primero como algo de dos personas bajo los efectos del alcohol.

No sé qué estamos haciendo, pero tras sentir su mano deslizándose por mi mejilla mientras se acercaba un poco más, acomodándose en el proceso, terminamos convirtiendo un beso lento en uno un poco más intenso.

Mi cuerpo se estremeció por lo bien que se sentía, llegué al punto de aproximar mi mano a través de su mejilla rasposa, una que en medio del beso me daba un poco de cosquillas.

No es una barba incómoda ni desagradable, tiene un largo espectacular que le queda magnífico, además trata de mantener un largo que simula ser una barba de 3 a 4 días como máximo.

Me gusta, aunque también me gusta la calidez de sus labios que consiguieron hacerme suspirar de lo agradable que era.

Al momento en el que cortamos el beso, nuestros ojos se observaron nuevamente. Me sentí tímido, aunque sonreí y desvíe la mirada hasta la pantalla, queriendo retomar mi trabajo, pero intentando que no fuese incómodo estar cerca.

—Si sigues así, me veré obligado a beber otra botella de vino contigo— comenté, mientras sus labios incrementaron el tamaño de su sonrisa.

Cuando lo miré nuevamente, él fue quien se acercó por segunda vez, aunque en el proceso cerraba la pantalla de mi laptop, buscando acomodarse un poco más cerca.

El beso no era tan calmado como el anterior, de hecho, lentamente me iba recostando mientras yo estiraba mi mano para dejar la laptop sobre la mesita de mi izquierda.

Dejé que se acercara, animándolo a subirse sobre mi cuerpo mientras nos besábamos con un poco más de lujuria, rozando nuestras lenguas con suavidad.

Era lento, pero suave, me estaba gustando como su lengua se rozaba contra la mía, antes de cortar el beso un instante para tomar las copas y dejarlas sobre la mesita de la izquierda.

Él fue quien las acomodó, antes de mirarme de nuevo y no tardamos en besarnos, bajando un poco las sábanas a la vez que mis manos buscaban cubrirlo con las cobijas, volviendo el beso un poco más caliente.

Ya no eran suaves roces, sino que ahora nos estábamos comiendo vivos, rozando nuestros cuerpos con cierta intensidad que nos obligaba a buscar un poco más de contacto.

Yo podía deslizar mis manos a través de su pecho desnudo y viajar hasta su espalda, mientras que él con un poco de timidez deslizaba sus manos bajo mi camisa de dormir.

Creo que llevo demasiado tiempo sin sentir el cuerpo de alguien más rozando el mío, eso explicaría el calor sofocante que sentía.

—¿Puedo...?— preguntó en un susurro jadeante sobre mis labios, mientras sus manos trataban de indicarme que quería abrir mi camisa.

—Sí...— suspiré antes de ser besado nuevamente.

Me engañó, a pesar de que sus manos parecían indicar mi camisa, lo que realmente me quitó fueron los pantalones mientras con bastante agilidad sacaba mi pierna izquierda y dejaba el pantalón arrollado en mi tobillo derecho, perdiendo la prenda entre los besos que nos dábamos.

Yo llevaba ropa interior, pero él me la quitó junto al pantalón, lo que me dejó expuesto y bastante avergonzado.

Me puse un poco nervioso, aunque mientras nos besábamos estiré mi mano para alcanzar un interruptor con el que podía apagar la luz, dejando una luz led que iluminaba el borde de la cama.

RIVALES | BoyLoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora