Capítulo 44

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{...Muchos meses antes...}

Las risas de varios hombres se mezclaban en aquel moderno club donde sentados en unos sofás con forma de media luna permanecían todos con una chica a cada extremo de sus brazos.

Los amigos jugaban un juego de cartas causal, bebiendo y disfrutando de ese fin de semana en el que habían conseguido coordinarse para verse.

—¿Ya te enteraste?— preguntó Ross— tu querido mejor amigo se va a divorciar.

—¿Mi mejor amigo?— preguntó Evans riendo, lanzando sus cartas a la mesa.

—El matrimonio de Aysel se acabó más rápido de lo que imaginé— comentó Jessi, bebiendo un sorbo de su vaso.

—Espera, ¿Es en serio?— preguntó Evans viendo a todos con incredulidad— ¿Aysel se divorciará?

—¿No estabas enterado?

—No me preocupo por mierdas, obviamente no estaba enterado— contestó— Igualmente me sorprende que esa mujer le haya durado tanto tiempo.

—Su esposa es muy guapa— comentó Saimon.

—Demasiado para alguien como Aysel— añadió Evans.

—Ahora seguramente están peleando por la repartición de bienes— murmuró Jessi.

—Sería una pena verlo en bancarrota— comentó Evans riendo.

—¿Tendrá que dividir la empresa?— preguntó Ross— ¿no la había adquirido antes del matrimonio?

—Si eso ocurre, deberías comprarle los bienes a su esposa— sugirió Jessi— sería divertido.

Evans alejó su brazo de la cintura de una rubia que lo tenía fuertemente sujeto, tratando de aferrarse al elegante hombre con varios millones en el banco. Este tomó su copa, deteniendo a pensar en aquel comentario de su hermano que lo hizo sonreír con fascinación.

—Si su linda esposa no logra hundirlo en la mierda, entonces lo haré yo— comentó con una sonrisa.

—¿No es eso muy cruel?— preguntó Saimon— según sé hubo cuernos. No está confirmado, pero el pasar por eso y perder la empresa es...

—Sólo por verlo de rodillas en el suelo, llorando y sufriendo me daría el trabajo de enamorarlo y quitarle todo— comentó Evans, mientras los chicos lo miraban con incredulidad.

—No te atreverías— comentó Ross.

—Pruébame— respondió con una sonrisa Evans.

—Hagamos esta situación más interesante— sugirió su hermano— como no creo que seas capaz, hagamos una apuesta.

—Te escucho hermanito.

—Si no consigues enamorarlo, nos das un millón a cada uno, pero, si lo consigues, nosotros te lo damos a ti

—Que sean dos— sugirió con completa seguridad.

—¡Y tendrás que dejarlo en el altar!— mencionó con emoción Saimon, esto debido al dinero que se estaba poniendo en juego.

—Hecho— accedió— será muy sencillo, vayan preparando el dinero porque les enviaré una invitación en primera fila de mi boda.

{...Actualidad...}

Me siento estúpido al pensar en el pasado, yo creía que a su lado las cosas serían diferentes, que sería fácil enamorarlo y jugar con sus sentimientos.

Estúpida e inmaduramente dejé que el desprecio que le tenía por el pasado se apoderaran de mí, sin llegar a imaginar que sería yo el que terminaría destruido.

RIVALES | BoyLoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora