Capítulo 39

812 97 16
                                    

A la mañana siguiente todo era tranquilo, cuando me estaba preparando el desayuno imaginé que él tendría hambre, así que me acerqué a la puerta donde con suavidad la toqué para ver si estaba despierto.

Él me abrió apenas unos segundos después, ya estaba bañado y uno de sus bolsos estaba en la habitación, así que también se cambió de ropa.

—¿Te sientes mejor?— pregunté.

—Un poco— respondió— lamento las molestias, realmente buscaré un empleo y te pagaré— me decía con agobio al creer que todo esto era una molestia.

—Desayunemos, después hablamos sobre lo demás— sugerí.

Su estómago gruñó justo después de que acabé mi frase, lo que consiguió sonrojarlo al instante mientras bajaba la cabeza, siguiéndome en silencio.

Lo hicimos con calma, todavía era temprano para mí, así que tras desayunar, tomé mis cosas y en el auto de mi amigo lo llevé a una estilista.

Le cortaron el cabello, le hicieron un tratamiento para el rostro y pronto pude ver unos bonitos, pero hinchados ojos de color miel.

Él estaba avergonzado, me seguía a todas partes, pero lo hacía con extrema timidez. Esto comenzó al ver el auto que tenía de repuesto. Sé que es llamativo, pero a pesar de que dije "no es mío" Él seguía muy nervioso e incómodo.

—¿Dónde vamos ahora?— preguntó al meterme en un edificio que es desconocido para él.

—A conseguirte un trabajo— respondí.

—Pero no tengo título universitario, además no creo que los señores estirados que trabajan aquí quieran a alguien como yo— me decía, haciéndome carcajear.

—Yo soy uno de esos "señores estirados"— dije riendo, viendo como rápidamente abría los ojos con sorpresa.

—Y-Yo... l-lo siento... no lo decía...— fue diciendo con nerviosismo, pero no me lo tomaba a mal, así que sólo me reí.

Me estacioné en mi lugar, viendo como Evans llegaba apenas unos segundos después.

—¿Por qué estás usando el auto de Neizan?— me preguntó viendo el auto con rechazo.

Yo me acerqué con nerviosismo, jugando con mis dedos mientras trataba de buscar las palabras correctas para informarle sobre lo que ocurrió.

—Lo siento...—dije bajando la cabeza.

—¿Por qué?— preguntó confundido.

—Choqué tu auto...—susurré bajito.

—¿Qué? —preguntó tomándome de los brazos— ¿estás bien? ¿No te pasó nada?— preguntaba con preocupación.

—No, pero tu auto...

—Eso no importa ahora, ¿Quién fue el imbécil que te chocó? No se dio a la fuga, ¿o sí? Sí lo hizo o no, soy capaz de buscarlo por cielo, mar y tierra para encerrarlo en la cárcel hasta el último de sus días— me decía con enfado, mientras yo oía detrás de mí un lloriqueo— ¿Quién es el?— preguntó demostrando que no se había dado cuenta de su existencia hasta ahora.

—Él es Mike— dije acercándome al susodicho, tomándolo de los hombros para ponerlo entremedio de los dos— es el "imbécil" que me chocó.

—L-Lo siento... y-yo...

—¿Y qué hace aquí?— preguntó viéndolo fijamente, con mucho desprecio en sus ojos— atentar contra mi vida cómo mínimo te debería hacer recibir 80 años en prisión.

Yo sentí como el cuerpo de Mike se ponía rígido, mientras yo trataba de no sonreír. Evans dice "mi vida" justamente porque él me considera como tal y... es tierno, aunque ahora mismo no debería gustarme sus palabras.

RIVALES | BoyLoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora