Capítulo 17: ¿Cómo me llamaste?😏

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Irme de viaje sin saber a dónde vamos es algo que jamás he hecho, ni siquiera me permitió armar mi maleta, dijo que uno de los sirvientes se encargaría de ello y que no debía preocuparme de nada.

Él, tras aceptar el viaje, se encargó de todo, lo único que hice fue subirme al Jet privado y mirar por la ventana, esperando a que el viaje terminará pronto.

Fue largo, más de lo que esperaba, aunque me reí un poco al darme cuenta de que ciertamente él me había dicho el destino, pero que había olvidado hasta ahora.

Me bajé del avión con un abrigado equipamiento para la nieve, avanzando junto a él hasta el lugar de destino que me hizo chillar un poco al darme cuenta de que, en efecto, ya sabía dónde estábamos.

Me trajo a los domos con magníficas vistas a la aurora boreal que tuve la fortuna de ver al nada más llegar al lugar, ¡Me puse muy feliz! El frío se me quitó mientras avanzábamos por el camino, tomándonos de la mano mientras nuestros pies se hundían en la nieve con cada paso que dábamos.

Era hermoso, quería quedarme fuera y observar la maravillosa vista, pero Evans me arrastró con él hasta nuestro domo, uno que tenía una temperatura ideal y que nos permitió quitarnos la ropa para estar más cómodos.

Tras el viaje, era evidente que estábamos cansados. Él quería darse un baño y dormir, mientras que yo sólo miraba el cielo a través del techo de vidrio que teníamos sobre nuestras cabezas.

La vista desde la cama era genial, aunque sobre la cama había unos pétalos con forma de corazón y champán. Evans dijo que era normal, pues las únicas habitaciones disponibles eran las nupciales.

Era un poco romántico el ambiente, aunque no hicimos nada sobre aquellos pétalos, simplemente nos bañamos y nos metimos a la cama, durmiendo muy abrazados y calentitos.

Mi emoción estalló al momento en el que al despertar pude ver la nieve cayendo con suavidad, deshaciéndose en el vidrio debido al calor de este.

—¿No es genial?— preguntó viendo el cielo conmigo.

—Sí, aunque me da frío de sólo pensar en salir— comenté acomodando mi cabeza en su pecho.

Su brazo izquierdo se pasó bajo mi cuerpo, acariciando mi espalda con ternura mientras subía y bajaba sus dedos a través de mi espalda desnuda.

—Eso lo hace más genial— me aseguró con una sonrisa— vamos a...

—No...— chillé aferrándome con más fuerza— quedémonos aquí un poco más.

—¿Y qué hay del desayuno?— preguntó riendo.

—Estoy muy cómodo aquí— le aseguré, buscando su mirada— quedémonos un poco más...

—Bien— accedió viéndome a los ojos, antes de que mis labios buscaran los suyos.

Nos besamos dulcemente, acomodándonos un poco para besarnos con comodidad, queriendo alargar el momento el máximo tiempo que se nos era posible, consiguiendo que nuestros cuerpos llenos de testosterona a primera hora de la mañana se sintieran calientes.

Quise hacerlo, esta vez yo fui quien se trepó sobre el cuerpo del otro primero, bajando mi pantalón por debajo de las cobijas mientras él sonreía en medio del beso, esperando con impaciencia a que lo pusiera dentro de mí.

Como era una habitación nupcial, había condones y lubricante sobre la mesita de noche, había varios, incluso de sabores, así estaba seguro de que lejos de sobrarnos, seguramente nos faltarían cajas de preservativos.

—nnngh...—gemí metiendo la punta de su pene en mi agujero, sintiendo como se deslizaba a través de mí hasta que fue imposible meter más.

Mi piel se estremeció, él estaba más duro que las otras veces, parecía haber extrañado esto debido a lo deseoso que se mostraba, besándome en el proceso con intensidad mientras acercaba sus manos a mis nalgas.

RIVALES | BoyLoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora